El año de la felicidad parte 2 (capítulos 201 en adelante)

¾ de Ranma

Ranma ½ no me pertenece.

Mas en momentos de desasosiego quisiera ser como Rumiko y portarme mal con los fans.

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Fantasy Fiction Estudios presenta

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El año de la felicidad

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¾ de Ranma

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Subir por la montaña la había dejado fatigada y con la respiración agitada. La mochila de viaje pesaba sobre sus hombros por la falta de costumbre en usarla. Al levantar los ojos y observar de nuevo aquel paisaje extrañamente agreste y despojado tuvo una sensación desagradable en el estómago; recordó la primera vez que estuvo allí, con su padre, cuando tenía apenas dieciséis años y su vida había cambiado para siempre.

Recordaba lo primero que había pensado al caer en aquellas aguas heladas y horribles y descubrirse con un par de generosos senos: ¿seré mujer para siempre? El horror de aquel momento era indescriptible, y por muchas noches después le había dado pesadillas espeluznantes donde se encontraba sonriéndole a muchachos encantadores que lo invitaban a salir, le decían lo hermosa que era o querían tomarla de la mano, besarla o darle un romántico abrazo. Recordaba despertarse con el cuerpo cubierto de sudor y palparse, sistemáticamente, la protuberancia entre sus piernas, la única cosa que él creía en aquel momento que lo volvía hombre. La cosa que debía proteger ante todo.

La pelirroja se sonrió con nostalgia pensando en aquello, que parecía haber sucedido hacía cientos de años, o que parecía haberle ocurrido a otra persona y no a él.

Luego, las terribles aguas de Jusenkyo le habían marcado de nuevo la existencia cuando casi le arrebataron a Akane. Ranma cerró los ojos, en eso no quería pensar, su corazón, en carne viva, no deseaba revivir aquella angustia, aquella infinita desolación, él también había muerto un momento con Akane aquella vez, y hubiera permanecido así, muerto en vida, si ella lo abandonaba.

Tomando aire Ranko anduvo el camino que lo separaba de la casa del guía de Jusenkyo desde la que se veían, un poco más allá, las pozas malditas.

Cerca de la puerta de entrada a la casa, el guía estaba fumando una pipa y leyendo una revista sentado cómodamente en una silla plegable.

—Buenas tardes —saludó la pelirroja.

El hombre la observó por encima del borde de la revista, pestañeó y saludó:

—Oh, honorable visitante llegar. Campo de Jusenkyo estar a disposición, usar cuando querer y cuanto querer. Entrada gratis.

—¿Entrada gratis? —murmuró la pelirroja—. Sería el colmo que cobraran por entrar a este sitio tan peligroso.

—Peligroso, sí, Jusenkyo ser peligroso —asintió el guía—. Honorable visitante extranjera saber y estar informada.

—¿Acaso no me recuerda? —preguntó Ranma acercándose más al guía.