(Inma)
-O sea, ¿ella es la chismosa? -preguntó Villa entre risas-Sí, esa soy yo- respondí encogiéndome de hombros
-No puedo creer que te pusieras así, Isa- le reprochó Sue casi indignada
Yo no pude más que reír ante la indignación de mi prima. Era divertido pensar que la primera persona que había conocido en la ciudad me odiara y resultara ser parte del grupo de amigos de mi prima Sue.
-Inma -comenzó a decir Simón- no le tengas en cuenta su reacción, últimamente vive enfadado con el mundo
-Mal de amores -añadió Villa
Miré a Isaza. Su mirada cambió de repente como si al oír el comentario de Villa hubiera reabierto una herida de esas que cuesta cerrar. Ahora entendía aquella reacción tan brusca y antipática de aquella noche, pero aún así seguía sin hacerme gracia el hecho de que me tomara por una chismosa entrometida. A mi también me habían roto el corazón y no por ello trataba mal a la gente.
El resto de la tarde transcurrió tranquila entre risas y anécdotas que los chicos contaban sobre sus conciertos. La verdad es que no estuve muy participativa en la conversación, me limite a observar a todos y cada uno de los asistentes a esa pequeña reunión. Me dediqué a ver como Villa acariciaba con delicadeza en brazo de mi prima mientras se intercambiaban miradas cómplices. Como Eli y Simón se devoraban con la mirada, casi deseando estar solos en aquella habitación. O como Aleja y Martín entrelazaban sus dedos y él la miraba con ternura cuando ella reía. Y mientras tanto allí estábamos Isaza y yo. Dos corazones rotos en medio de tanto amor. Quizá si hubiéramos empezado con buen pie ambos estaríamos consolándonos mutuamente.
Le observé durante unos segundos. Y creerme en cualquier otra situación habría caído rendida ante aquellos ojos color café que divagaban por la habitación buscando una salida. Unos ojos que hablaban sin necesidad de decir nada y que mostraban a alguien muy roto por dentro. Me preguntaba quién le habría hecho tanto daño.-Tierra llamando a Inma - bromeó Eli sacándome de mis pensamientos
-¿Qué pasa? - dije volviendo a la conversación
-¿En qué planeta andabas? - preguntó Aleja
-Andaba examinando a Isa - comentó Simón con una voz muy sugerente
-Eso no es cierto - Negué
-Sí, yo también lo vi - insistió Villa
Sentí como Isaza reía para sí. Como sintiéndose orgulloso por atraer mi atención, y si la llamaba pero no de la manera que todos creían. Simplemente me sentía identificada con él. Con esa mirada perdida y en parte también con su mal humor.
-¿Os apetece comer algo? -intenté cambiar de tema - por que yo me muero de hambre
-Pues ahora que lo dices...-dijo Villa- yo si tengo hambre
-Tú siempre tienes hambre - apuntó Martín
-Voy a hacer algo para picar
Me levanté del sofá casi de un salto y fui directa a la cocina. Me alegraba dejar un poco de lado todo ese ambiente de amor y estar un rato sola, haciendo algo que me encantaba. Cocinar.
-Pues yo creo que acabarás tirándotelo - dijo Eli entrando a la cocina y dándome un buen susto
-¿De qué hablas? - enarqué una ceja
-¡Oh vamos! Sabes perfectamente que hablo de Isa - rodó los ojos- acabareis haciéndolo como conejos, y sino al tiempo.
-Si tú lo dices - negué con la cabeza
Cogió un par de cervezas de la nevera y emprendió su camino de vuelta al salón.
-Solo espero que cuando te lo tires me cuentes tooooodos los detalles - me guiñó un ojo y salió de la cocina riendo.
Si había algo que adoraba de Eli era esa naturalidad para soltar las cosas. Decía absolutamente todo lo que pensaba sin filtro alguno y aunque a veces era un poco brusca, pero si algo tenías claro de ella es que siempre te iba a decir la verdad, aunque te cayera como un cubo de agua fría.
-Está loca - dije para mí
-¿Tú? Sí - oí a Isaza tras de mi- ¿Ahora también hablas sola?
-Es más interesante hablar sola que hablar contigo - fingí una sonrisa
-Pero mirarme si es interesante - rió
Obvié su comentario. No me apetecía nada tener que soportar ese aire de grandeza varonil que tenían los hombres cuando sabían que una chicas los había mirado.
Termine de preparar los aperitivos y salí de la cocina tras los pasos de Isaza. Dejé los platos en la mesa y volví al sitio en el que había pasado toda la tarde.-¿Y qué tienes pensado hacer Inma? - me preguntó Villa llevándose comida a la boca
-Si te soy sincera- comencé a decir - no tengo ni idea
-Podrías intentar buscar trabajo en alguna escuela - sugirió Sue - estudiaste educación infantil de algo tiene que servirte
-Supongo que es una idea- asentí
-Podrías probar en la escuela que hay un par de calles más abajo - añadió Eli
-Quizá mañana me pase por allí a preguntar -dije - pero mientras tanto seguiré yendo con Aleja al comedor social
-Sabia que te iba a gustar -sonrió cual niña pequeña
-Y bueno...-comencé a decir- ¿me van a contar como se conocieron? - pregunté mirando a Villa y Sue
-No puedo creer que aún no te lo haya contado - bromeó Villa - casi lo sabe toda Bogotá
-Eres un exagerado- farfulló Sue dándole un leve codazo
-¡Eh! Eso dolió - Dijo Villa haciendo pucheros
- Lo que digo, un exagerado - murmuró Sue - El caso primita, es que nos conocimos gracias a Eli y Simón, que nos presentaron al poco de hacer su relación oficial
-¿Y como se conocieron ustedes dos?- miré curiosa a Aleja y Martín
-Martín y yo nos conocimos de pura casualidad - me respondió Aleja- como sabes los fines de semana trabajo en una pequeña cafetería que Martín solia frecuentar con sus amigos antes incluso de entrar en la banda
-Si supieras que solo iba a esa cafetería para verte - susurró Martín
Aleja se sonrojó ante el comentario de su novio, que le regaló un dulce beso en la mejilla.
-Y así fue como conocimos a Aleja - dijo Sue - por ser la novia de Martín
-¿Creí que había preguntado como nos conocimos tú y yo? -bromeó Villa
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¿Quién te dijo esa mentira?
Fiksi PenggemarAl final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...