(Inma)
Me desperté temprano a pesar de ser sábado. Isaza y los chicos se habían ido unas semanas a dar unos shows por Argentina y Chile, así que Malta y yo teníamos toda la cama para nosotras. Miré el teléfono y casi vuelvo a dejarlo en su sitio al ver la fecha de mi cumpleaños reflejada en la pantalla. Tenía algunos mensajes de felicitación, pero abrí primero el de Juan Pablo.
*¡Hey, cumpleañera! Imagino que estarás dormidita y que leerás esto por la mañana, pero no podía irme a dormir sin desearte un feliz cumpleaños. Sé que no te emociona la idea de hacerte un añito más vieja, aunque si espero que te haga ilusión saber que es el primero que pasamos juntos...Bueno, no literalmente, pero tú ya me entiendes. Disfruta mucho de tu día junto a las chicas y no te olvides de buscar tu regalo por casa. Te quiero*
Sonreí como una boba, algo que venía siendo habitual todas estas mañanas, en las que él se encargaba de dejar pequeños mensajes de buenos días.
*Sí estuvieras aquí, disfrutaría más de mi entrada a los 23* -respondí-*Te quiero*
Leí el resto de mensajes entre ellos los de las chicas, las que sabía me habrían preparado alguna sorpresa para aquel día. Dejé el móvil sobre la mesa y con toda al curiosidad del mundo me puse a rebuscar por toda la casa buscando el regalo del que Isaza hablaba. Busqué en todas las habitaciones de la casa, siendo la última el estudio, y allí en el pequeño habitáculo en el que ellos grababan había un panda de peluche junto a él lo que parecía una cajita envuelta con un bonito papel azul. Me deshice del papel y abrí la caja, dentro de ella habría un pequeño montón de fotos impresas como si fueran fotos instantáneas y en cada una de ellas él se había encargado de escribí o dibujar algo. Él sabía que adoraba ese tipo de regalo y había perdido parte de su tiempo en prepararlo.
*Me encanta el detalle* - escribí junto al emoji enamorado- *¿cómo sabías que el panda es mi animal favorito?*
Supuse que aún estaría durmiendo y que tardaría en contestar, así que fui a darme una ducha. Dejé el teléfono en el estante cercano al lavabo y tras desvestirme me metí bajo el agua calentita. Apenas llevaba un par de minutos de ducha cuando el móvil empezó a sonar. Me asome un poco para ver quien era y el nombre de Juan Pablo se reflejaba en la pantalla. Salí de la ducha y me tape con una toalla antes de descolgar a videollamada.
-Buenos días, gordito - lo saludé sonriendo
-Buenos días, cumpleañera - respondió con voz de recién levantado - Felicidades
Estaba sentado en la cama, con la espalda apoyada en el cabecero y con el pelo revuelto. Me encantaba ese Isaza tan adorable por las mañanas.
-¿Qué tal dormiste? - le pregunté al verle bostezar
-Duermo mejor cuando te tengo al lado - respondió- pero supongo que bien ¿tienes planes para hoy?
-Creo que las chicas me prepararon algo - rodé los ojos
-Parece que no te hace mucha ilusión - rio
-No es eso - susurré- es que las conozco y me da miedo pensar en que han podido preparar
-No lo pienses, disfruta y cuando yo vuelva, lo celebramos juntos - me guiñó un ojo
-¡Felicidades Inma! - oí a Martín
-¡Gracias! - respondí
-Te tengo que dejar, tenemos que irnos y aun he de ducharme - dijo Juan Pablo - te quiero, pásalo bien
-Lo haré, te quiero - me despedí
Colgué la llamada y me sequé el pelo. Avisé a las chicas para que se vinieran a comer a casa y me vestí para salir a comprar unos dulces y algunas cosas para preparar una buena comida. Me pasé gran parte de la mañana cocinando y contestando alguna que otra llamada, entre ellas la de Sebastián.
-Feliz cumpleaños, señorita - dijo nada más descolgar
-Muchas gracias, Sebas - respondí
-¿Ya le hicieron algún regalo? - preguntó
-De momento solo he recibido el regalo de Juan Pablo - reí - aunque creo que en un rato me llegara alguno más
Hablamos durante un rato. Le pregunté como iban las cosas con mi prima, con la que había empezado algo así como una relación de amigos con derechos. Sue estaba feliz, y él también lo parecía así que no podía oponerme a que estuvieran 'juntos', aunque sabía que Villa no lo estaba pasando bien. No solo Sue parecía estar olvidándole, sino que además había perdido la oportunidad de despedirse de Pati como era debido.
Las chicas llegaron a eso de las dos del mediodía, venían cargadas con algo de ropa y maquillaje, y es que esa noche no me libraba de salir con ellas. Comimos entre risas y antes de que sacará los dulces me dieron mi regalo de cumpleaños. Un viaje para ellas y para mí a España, que coincidía con fechas en las que los chicos estaban por allí.
-¿Este regalo es para mí o para Isaza? - bromeé
-Vamos primita- me miró Sue - sé que echas de menos tu tierra y que te encantará estar por allí con él
-Pero que si no te quieres venir - bromeó Eli - pues nada vendemos tu billete y nos sacamos un dinerillo
Pasamos una tarde divertida y al cabo de unas horas fuimos a arreglarnos. Habían traído sus mejores vestidos. Salvo Sue que había optado por un mono negro con un escote que dejaría a todos boquiabiertos. Yo me decidí por unos pantalones rojos de talle alto, que conjuntaban con una americana del mismo color a modo de traje, que combiné con un top de encaje negro, bastante sugerente, que quedaba por encima del ombligo dejando ver algo de mi vientre entre el final de este y la cinturilla del pantalón, y para completar el look me puse unas sandalias de tacón negras.
-Si te viera Isaza te daba bien lo tuyo - bromeó Eli
-Y Simón te lo daba a ti- dije al ver el vestido blanco que se había enfundado y que dejaba también muy poco a la imaginación
-Sue, haznos una foto y se la mandamos a Isa y Monchi - dijo Eli
Posamos divertidas, Eli agarrando mi pierna alzándola a la altura de su cintura y yo pasando mis brazos alrededor de su cuello y poniéndonos morritos la una a la otra, foto absurda que compensamos con una más normal. Nos hicimos algunas fotos y selfies más todas juntas y nos fuimos a disfrutar de la noche de mi cumpleaños.
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¿Quién te dijo esa mentira?
FanfictionAl final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...