Capitulo 51

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(Isaza)

Cuando supe que veníamos a Cartagena reservé una mesa en un bonito restaurante de la ciudad, tenía en mente pasar una noche especial con ella y no quería que nada lo estropeara, así que dejé que Inma fuera a arreglarse mientras yo me encargaba de que todo lo que tenía planeado para esa noche estuviera a punto. Al volver a nuestro alojamiento Inma estaba en el dormitorio, de pie frente a la cama donde tenía un par de vestidos.

Abrí mi maleta, fingiendo sacar mi ropa y saqué una caja que dejé sobre los vestidos. Inma me miró confusa y se acercó para abrir la caja. Dentro había un bonito vestido de encaje de un suave color beige, de manga larga y un increíble y elegante escote, que llegaba hasta una bonita cinturilla de perlas del mismo color que el vestido. Se lo había comprado unos días antes del viaje con la ayuda de mi madre y mis hermanas por que sabía que ellas tendrían un mejor criterio que el mio.

-Quiero que te lo pongas esta noche - susurré abrazándola por la espalda y apoyando mi barbilla en su hombro

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-Quiero que te lo pongas esta noche - susurré abrazándola por la espalda y apoyando mi barbilla en su hombro

-No tenías que habérmelo comprado - dijo sonriente

-Solo quería tener un pequeño detalle - respondí - ahora pontelo, mientras yo voy a cambiarme

Ella se metió en el baño para terminar de vestirse y arreglarse. Estaba nervioso, si todo salía bien esa noche iba a ser una muy especial y además deseaba ver como quedaba ese vestido sobre Inma. Me vestí con un traje negro que conjunté con una camisa blanca y una corbata negra también.

-¿Necesitas ayuda con eso? - dijo Inma saliendo del baño al ver que no era capaz de hacerme el nudo de la corbata

-Sí, por favor - me giré

Se me abrieron los ojos como platos al verla. Recordaba habérmela imaginado con él, cuando mis hermanas me dijeron que lo comprara, pero verla superaba todas mis expectativas. Estaba preciosa. Había ondulado su melena dejándola suelta y se maquilló pintando sus labios de un intenso color burdeos. Se acercó a mí, parecía sonrojada por la forma en que la miraba.

- A ver - susurró agarrando ambas tiras de la corbata - esto por aquí y ya está

-Gracias - sonreí - estás...preciosa- dije aun embobado

-Supongo que tienes buen gusto para los vestidos - se sonrojó aun más

-El vestido se ve aun más bonito por quién lo lleva puesto - dejé un dulce beso sobre sus labios

Se calzó unas sencillas sandalias de tacón marrón claro y agarró un pequeño bolso del mismo color de sus zapatos.

-¿Lista? - pregunté mientras metía su móvil en el bolso

-Listisima -sonrió - Aunque un poco nerviosa

-¿Por qué? - pregunté

-No sé, tengo la sensación de que preparaste algo - se agarró de mi brazo

-Solo vamos a cenar - mentí

Pedí un taxi que nos llevó hasta la puerta del restaurante, donde dije mi nombre al encargado que nos dirigió a nuestra mesa. Tal y como había pedido nos prepararon una mesa apartada para que pudiéramos tener un poco de intimidad, fuera de la vista del resto de los comensales. Nos sentamos uno frente al otro y nos tomamos nuestros tiempo en decidir que queríamos cenar momento en que, aprovechando su distracción le hice una foto.

-Podrías avisarme para las fotos - me miró sonriente

-Me gusta hacerte fotos desprevenida - reí

Uno de los meseros nos sirvió el vino que yo escogí para la cena. Inma pidió algo de pescado mientras que yo opté por carne y de primero compartimos unos entrantes y una ensalada. Conversamos durante un largo rato y reímos casi hasta llorar. En definitiva tuvimos una cena agradable y divertida. Pedimos el postre y decidí que ese era el momento oportuno para hacer lo que llevaba esperando toda la noche. Me senté en la silla que quedaba a su lado. Se giró hacía mí quedando ambos cara a cara. Respiré hondo para quitarme los nervios y agarré sus manos con dulzura.

-Inma...-susurré - creo que ya te has dado cuenta de que tenía todo esto planeado desde hace unos días...

-Sí, algo me olía - rió

-Quería que esta noche fuera especial, porque hay algo que me gustaría decirte - noté como ella apretaba mis manos con dulzura - sé que no llevamos mucho tiempo juntos, pero toda nuestra relación es una locura - la miré - esto que hay entre nosotros crece a mucha velocidad, pero a pesar del poco tiempo y de que quizá aun tengamos muchas cosas que descubrir el uno del otro, sé que eres tú...

Miré sus ojos emocionados y esa sonrisa se agrandaba a medida que yo hablaba. Acaricié su mejilla con detenimiento, alargando un poco el momento y pensado en mis siguientes palabras.

-Sé que eres tú a quien quiero en mi futuro - continué- quien quiero que esté ahí acompañándome en esta aventura que es Morat, y en todas las que vengan...- sonreí - no sé como seguir esto la verdad, debería haber preparado un discurso o algo...- bromeé

-Creo que deberías ir al grano - rió - sé de sobra lo que sientes por mí porque es exactamente lo mismo que yo siento por ti - dijo - así que ve directamente a lo que quieres pedirme...

-Veo que ya descubriste a que viene todo esto ¿no? - reí

-Sí, creo que ya sé por donde van los tiros - sonrió

-Entiendo que esto no te hace gran ilusión, pero quiero que sepas que esto no es algo a corto plazo...-dije sacando una pequeña caja de mi bolsillo - ¿Quieres, en un futuro, casarte conmigo? - abrí la caja que dejo ver un sencillo anillo de oro rosa que llevaba incrustadas pequeñas piedras rojas simulando el hilo rojo del que tanto hablábamos...

Se quedó pensativa durante un momento pero sin que esa sonrisa alegre se borrara de su cara. Aquellos segundos se me estaban haciendo un poco eternos.

-Dí algo por favor - pedí nervioso

-Acepto, con la condición de que sigamos disfrutando de esto durante unos meses más antes de cometer una locura como esta - me besó

-Como te dije es algo a largo plazo -respondí - me da igual si nos casamos mañana, o dentro de dos años - sonreí - lo que quiero es que hagamos de esto algo duradero

-Pues en ese caso, señor Isaza - rió- ya puedes ponerme ese anillo

-Ya sabía yo que cambiarías de opinión - dije colocándole el anillo en el dedo anular de su mano izquierda

- No hagas mucha broma a ver si me voy a arrepentir - rió

Sonreí y la besé. La besé feliz porque ahora no solo era mi novia, sino también mi prometida.

¿Quién te dijo esa mentira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora