(Inma)
Isaza estaría a punto de llegar a España con los chicos y aprovechando los días que él no estaría, hasta que nosotras viajaramos allí, decidí pasar un poco de tiempo con mis abuelos. No podía dejar a Malta sola, y sabía que Elena, la madre de Juan Pablo no tendría problema en quedársela, asi que esa misma mañana fui a visitarla.
-Inma, linda ¡qué sorpresa! - exclamó nada más abrir la puerta
-Hola, Elena - saludé
-¿A qué debo esta visita? -preguntó - pasa por favor
Me dejó el camino libre para entrar en su casa. Desaté a Malta de su correa y no tardó en correr buscando al resto de personas que vivían allí, pero solo estaba Elena.
-Verás Elena, voy a pasar unos días con mis abuelos - expliqué girandome para mirarla- y bueno sé que a vosotros no os importa quedaros con ella...y además en unos días también iré a España con las chicas a dar una sorpresa a los muchachos - dije casi avergonzada por pedirle el favor
-Déjela aquí sin problema- me respondió- las niñas estaran encantadas de tener a Malta en casa
-Muchas gracias - sonreí
-¿Por qué no nos tomamos un café juntas? -propuso - me gustaría que conversaramos
Reconozco que me asusté al oír esas palabras, porque generalmente no iban seguido de nada bueno, y aunque aquella familia me tratara tan bien suponía que después de Martina, tendrían miedo de que alguien más hiciera daño a su hijo.
-Claro - acepté y la seguí hasta la cocina
Preparó un par de cafés y nos sentamos en unas butacas que tenian alrededor de la pequeña mesa de la cocina.
-¿De qué quieres hablar? -pregunté algo miedosa
-De Juan Pablo - respondió - nos hemos tenido tiempo de hablar y me gustaría que lo hicieramos - dio un sorbo a su café
-Elena yo...no sé exactamente que es lo que quieres que te diga -susurré algo insegura
-Mi niña tranquilícese - rio- no voy a decirle nada malo -tomó mi mano con la dulzura de una madre- en esta casa solo podemos estar agradecidos con que apareciese en la vida de Juan Pablo
-No creo que sea para tanto- me sonrojé
-Créame que sí - respondió- Martina, destrozó por completo a nuestro hijo - empezó a decir con algo de enojo en su voz - ella no solo le engañaba, llego a apartarlo de nosotros. Cuando andaba con ella apenas venía a vernos y lo manipula de una manera nada normal...
La escuche con mucha atención. Sabía que Martina era una perra mala y que habia tratado horriblemente a Isaza, pero con él nunca había profundizado en el tema. No por desinterés, pero él era orgulloso y se guardaba todo para sí mismo, y aunque preguntarás era como dar de frente contra una pared. Si querías que Juan Pablo te hablara de algo que le dolía, debías esperar que fuera él quien sacara el tema. Por eso evitaba preguntarle sobre Martina, aunque moría de curiosidad por saber más sobre esa relación. Recordaba lo roto que estaba Isaza cuando le conocí y como se encerraba en ese profundo mal humor, e imaginaba que detrás de esos engaños debía haber algo más.
-...todos lo pasamos mal y nos dolía en el alma que se comportara de esa manera -continuó- pero así de repente apareció esa chica que hizo que se olvidara de ese bicho malo de Martina...
-Supongo que te refieres a mi - reí
-No sé como lo hizo, Inma - me sonrió de una manera muy cálida- pero nos devolvió al Juan Pablo de siempre - dijo- y de un tiempo a esta parte, volvió a querer pasar tiempo con nosotros, con su familia, así que no sé que le dijo, pero gracias por ello
Recordé la conversación que había tenido con Isaza sobre mis padres tras volver de México, como le conté que ellos habían priorizado un negocio antes que a su propia hija. Y ahora entendía esa mirada triste, que no solo reflejaba que se sintiera apenado por mi situación, sino que además reflajaba esa decepción consigo mismo por haber dejado que Martina le apartara de su familia durante tanto tiempo. De una familia que lo había apoyado en todo momento, incluso en su relación con ella. Comprendía ahora también porque apenas unos días después decidió llevarme a conocer a sus padres y es que para él una de las cosas más importantes era hacerme sentir a gusto. Que yo sintiera que estaba en casa.
-Yo nunca le dije nada, al menos no directamente -respondí- no sabía que Martina había llegado a eso, y por alguna extraña razón entiendo que no solo retomo su relación con vosotros solo porque os echara de menos...
-No entiendo - me miró confusa
-Ya imagino que Juan Pablo no les ha contado nada de porque yo vine aquí - me expliqué- pero una de las razones era la mala relación que yo tenía con mis padres...ellos no me apoyaron cuando de verdad lo necesité y bueno todo fue a peor - miré hacia otro lado- hasta el punto de que tengo cero relación con ellos...
-Seguro que tiene arreglo - dijo con tono calmado
-No lo creo, Elena - respondí- pero a lo que quiero llegar es que Juan Pablo está empeñado en hacerme sentir que este es mi hogar, que yo pertenezco aquí
-Y entendió que si nosotros te aceptabamos sentirías que tenías una familia - me respondió
Asentí con los ojos empañados y ella me agarró la mano con más fuerza.
-Elena, puede que yo haya cambiado la vida de tu hijo - susurré- pero te aseguro que él ha reconstruído la mía a partir de un montón de escombros...
-Cuando mi hijo me confesó que te pediría matrimonio, me pareció una locura - rió- pero ahora entiendo porque lo hizo y solo puedo decir que aquí tiene una familia, Inma
Ambas nos sonreímos. Elena era esa madre que a mi me hubiera gustado tener y agradecía que ella, su marido y sus hijas me aceptaran de una manera tan sencilla. Sentir que tenía una familia que me quería y con la que podía contar me llenaba de alegría y me entristecía a la vez, porque deseaba haber oído palabras tan sinceras como aquellas por parte mis padres.
Mi teléfono sonó sacándonos a ambas de ese ambiente tan maternal que Elena había creado y ví un mensaje de Isaza.
*Ya estamos en nuestro apartamento* - dijo enviandome una foto de él tumbado en su cama
*¿Cómo fue el viaje?* -pregunté
*Muy largo* -respondió casi de inmediato- *¿cómo va tu mañana?*
*Muy bien* -respondí- *vine a visitar a tu mamá y estabamos teniendo una bonita charla, que has interrumpido* -bromeé
Tras hablar con Isaza durante unos minutos y despedirme de Elena, emprendí camino hacía casa de mis abuelos para pasar unos díaa tranquilos junto a ellos.
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¿Quién te dijo esa mentira?
FanficAl final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...