Bonus 5

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(Sebastián Yatra)

Busqué a Inma en el aula del final del pasillo y ahí estaba corrigiendo algunos trabajos de los niños. Estaba concentrada, mordisqueando su bolígrafo, cosa que me pareció realmente adorable. La observé unos segundos pensando en lo diferente que veía a Inma tras estás semanas con ella. Recordé la primera vez que la vi sentada en la barra del bar de aquel evento, con ese vestido que hubiese dejado sin aliento a cualquiera de los asistentes a ese sitio. Mi coqueteo aquella noche había empezado como un juego que no sabía que acabaría atrapándome de tal manera.

Durante este tiempo en esa escuela había descubierto muchas cosas sobre ella que me atraían. Esos ojos que siempre me miraban risueños. Su sonrisa siempre presente en ese rostro de niña que tenía. Me encantaba la forma en que sus lentes lucían sobre la puntita de aquella nariz achatada. Me derretía la forma en que reía y me volvía loco oírla cantar. Y aunque mi cabeza me decía que ella tenía novio y que no podía ser más que un amigo para ella, mi corazón decía que lo intentara, que luchara para poder tenerla a mi lado.

-¿Vas a quedarte ahí parado todo el día? - preguntó al percatarse de mi presencia

-Podría, observarla es algo muy interesante, señorita- bromeé

-Tienes que dejar de llamarme, señorita - rodó los ojos

-¿Por qué? ¿No le gusta? - sonreí alzando una ceja

Negó con la cabeza y recogió todo lo que tenía sobre la mesa, para guardarlo en su bolso. Era la última hora de clase y habíamos quedado para ensayar la canción antes de la actuación de esa misma tarde.

-¿Está nerviosa por la actuación? - pregunté mientras afinaba su guitarra

-Un poco - respondió- nunca he cantado en público

-Pues es una pena - dije - esa voz es un tesoro

-¡No! ¡Mierda! - exclamó - ¡Genial, Inma!

Me sobresalté al escucharla. Una de las cuerdas de su guitarra se había roto. Sentí sus ganas de tirar la guitarra al suelo y gritar, pero supongo que no lo hizo por que no estaba sola allí.

-Tranquila puedes utilizar la mía - se la ofrecí

-Te lo agradezco - me agradeció el gesto - pero como buena zurda que soy no aprendí a tocar la guitarra con la derecha

-Pero yo puedo enseñarte - enarqué una ceja

-Pues no sé cómo - rodó los ojos y dejó su guitarra sobre la mesa

Se levantó nerviosa y agarré su mano para atraerla hacía a mi. La senté en mis rodillas de espaldas a mi y coloqué la guitarra sobre su regazo, rodeando a Inma con mis brazos.

-Ponga sus manos sobre la guitarra -le pedí

-Sebastián, de verdad esto no es necesario - intentó levantarse pero no la dejé

-Por favor, pon las manos sobre la guitarra - pedí de nuevo

Respiró hondo y aunque dudó un poco me hizo caso. Coloqué mis manos sobre las suyas y apoyé mi barbilla sobre su hombro para alcanzar a ver y sentí como ese gesto la incómodo un poco. Adoraba sentir que mi presencia o mi tacto la ponía nerviosa, pero en aquel momento supe que su reacción tenía más que ver con Juan Pablo que conmigo así que la dejé levantarse.

-Sebas, tienes que dejar este juego - susurró - No es bueno para ninguno de los dos

Recogió sus cosas y salió de allí lo más rápido que pudo.

'Enhorabuena Sebas, al final la espantaste' me dije a mi mismo. Quise ir tras ella pero sabía que aquello solo empeoraría las cosas, y era mejor que no hubiera más tensiones entre ambos si queríamos que la actuación en la que ella había trabajado con tanta dedicación, saliera bien, pero para eso lo primero que necesitábamos era otra guitarra y conocía el sitio perfecto dónde conseguirla.

¿Quién te dijo esa mentira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora