(Martín)
El día de mi cumpleaños estaba siendo divertido. Poder pasarlo con los chicos, sus novias y en especial con mi pequeña era el mejor regalo, y más aún después de los días tan intensos que habíamos dejado atrás. Propuse a aleja separarnos del resto, pasar parte de este día solos y a ella no le pareció un mal plan.
-Muchachos, nos vemos a la salida - dije colocando mi brazo en los hombros de Aleja y acelerando el paso
-No hace falta que huyáis - bromeó mi hermano
-Con decir que queríais estar solos hubiera bastado - le siguió Villa
-Cuidado con lo que hacéis por ahí que hay niños - añadió Isaza
-Váyanse al carajo- les respondí haciéndoles un corte de manga
Cuando dejamos al resto atrás, Aleja y yo nos dirigimos a una pequeña zona en la que había algunos de esos puestos en los que conseguir peluches. Estuvimos allí durante un buen rato hasta que fui capaz de ganar un enorme peluche de Piolín para ella.
-¿No se supone que el regalo deba hacértelo yo a ti? - bromeó agarrando el enorme muñeco
-Tú eres un regalo - respondí posando mis labios sobre los suyos
Nos montamos en un par de atracciones y después paramos en una de las heladerías del parque, dónde compartimos un enorme helado de varios sabores. La miré pensando en lo mucho que me gustaría que se quedara durante toda la gira, pero por desgracia tanto ella como el resto de las chicas volverían a Bogotá en unos días.
-Estoy muy llena - rió- ya no pudo comer más
-Vamos una cucharada más - dije acercándole mi cuchara rebosante de helado
- No, por favor - apartó la cara divertida
Insistí en que se comiera esa cucharada y cuando se dio por vencida, manché su nariz y parte de sus labios con el helado. en su rostro se dibujo una divertida cara de sorpresa e indignación y sin pensárselo dos veces me devolvió el gesto restregando helado por mi mejilla. Reímos al darnos cuenta de que un par de niños nos miraban sonriendo. Ella siempre tímida se sonrojó y se limpió con una servilleta y yo hice lo propio.
Recorrimos el parque agarrados de la mano, riendo por cualquier tontería y haciéndonos fotos divertidas. No quería que se acabara el día. Deseaba que el tiempo avanzara más lento y se alargara lo más posible cada momento con ella.
-Bueno y después de todo el día me toca darte tu regalo - dijo mientras estábamos sentados en un banco
-No tienes que regalarme nada - respondí cubriendo sus manos con las mías
-Pero quiero hacerlo - se quejó
-Okey - reí- está bien, dame ese regalo
Sacó una cajita negra y alargada de madera. La tendió frente a mi y abrió el pequeño pestillo que tenía, dejando que viera dentro de ella dos baquetas personalizadas. Estaban talladas a mano. Sonreí al verlas y besé a Aleja lleno de felicidad.
-Me encantan, princesa - dije sacándolas de la caja- ahora estarás conmigo en cada concierto
-Ese es el propósito de este regalo - se sonrojó
-Eres increíble, mi amor - la volví a besar
Cerré la cajita y tras disfrutar de sus labios durante un rato más, decidimos volver a buscar al resto del grupo. Ya estaba entrado la noche y el parque no tardaría mucho en cerrar y por suerte para nosotros aún teníamos toda la noche por delante para seguir celebrando mi cumpleaños con total intimidad.
![](https://img.wattpad.com/cover/133982275-288-k319488.jpg)
ESTÁS LEYENDO
¿Quién te dijo esa mentira?
FanfictionAl final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...