¿Quién te dijo esa mentira?

Capitulo 57

(Isaza)

Tras cenar en el jardín, nos sentamos en unas mantas sobre el césped y las chicas propusieron jugar a las películas. Así que hicimos cuatro equipos. Tania con Alejo, Villa conmigo,  Martín con Aleja, y puesto que Simón nos faltaba, Eli, Sue e Inma iban  juntas.

-Oye chicos - preguntó Eli - ¿Dónde se metió Simón?

-Hoy no pudo venir - respondió Martín - quiso quedarse en casa a terminar un trabajo de la facultad y así tener el resto del fin de semana libre

Eli asintió como dándose por satisfecha con esa respuesta y empezamos a jugar. Pasamos un rato divertido en el que más de uno acabó llorando de la risa. El equipo de las chicas nos ganó por goleada y es que las tres eran unas expertas cinéfilas y se las sabían prácticamente todas.

-Somos las amas - dijo Eli chocando los cinco con Sue e Inma

-Seguro que hicieron trampa - bromeé

-¿Alguien tiene mal perder? - dijo Sue

-Perder le duele en el ego - añadió Inma entre risas 

-Y el ego de Isaza es muy grande - bromeó Martín- ¿Verdad, Inma?

-¿Él? ¿Ego? - preguntó Inma irónica - para nada, solo se casa conmigo porque con él mismo no puede - me guiñó un ojo

Le sonreí sacándole la lengua.  Nos pasamos la noche allí, hasta altas horas de la madrugada. Hablando sobre la gira, contando anécdotas y gastándonos bromas unos a otros. Alejo y Tania empezaron una conversación más seria sobre lo estresante que estaban siendo los preparativos de la boda y de toda las cosas que aun les quedaban por organizar. Todos los escuchábamos atentos, soltando algún chiste o comentario. 
Miré a Inma de reojo. Estaba sentada a mi lado, callada y parecía distraída jugando con el césped. Me miró sonriente cuando se dio cuenta de que yo la estaba observando y se abrazó a mi apoyando su cabeza en mi pecho, dándome a entender que estaba cansada y quería dormir.

-¿Por qué no te vas a la cama? - susurré acariciando su espalda 

-Es que no quiero aguar la fiesta - respondió 

-No seas boba, vete a dormir - acaricié su mejilla - estás muerta de sueño

Inma se levantó y tras darnos a todos las buenas noches, entró a la casa. Gesto que todos imitamos al poco rato.
Fui el primero de los chicos en despertar y me dirigí directamente a la cocina a por un café. Allí me encontré con Tania, Sue y Eli, preparando la cafetera.

-Buenos días Juan Pablo - me saludaron

-Buenos dias chicas -respondí - ¿Aun sigue dormida? - pregunté por Inma

-Como un tronco - respondió Sue - ¿Los chicos también duermen?

-Sí, andan todos roncando - bromeé

Cuando el cafe estuvo listo salimos a la mesa del porche donde desayunamos tranquilamente. Simón llegó en su coche y se acercó a nosotros. Eli le apartó la mirada molesta, mientras los demás le saludamos. Había traído unos bollos para desayunar y no pudimos resistir la tentación de comernos uno.
A medida que pasaba la mañana los chicos fueron despertando y yo fui a buscar a Inma, a quién encontré sentada en la cama recogiéndose el pelo, cuando abrí la puerta de la habiatación.

-Por fin te levantaste, dormilona - la saludé apoyado en la puerta

-Ay, déjame -dijo con mala cara

-¿Te levantaste con el pie izquierdo? - reí

-Con el derecho- dijo sarcástica- para los zurdos el izquierdo es el bueno

-Que mal te sienta no dormir conmigo - bromeé

Rodó los ojos negando con la cabeza y me acerqué a ella. Me senté a su lado y ella se levantó. Era divertido cuando se levantaba así, porque esquivaba toda muestra de cariño, pero en este tiempo ya había aprendido como contraatacar esos malos humos mañaneros. La agarré por la cintura y la senté sobre mis piernas. Apoyando mi cabeza en su hombro.

-Isa, no empieces - se quejó- déjame

-Sabes que no lo voy a hacer - respondí  rodeando su cintura con mis brazos

Hizo un mohín y se cruzó de brazos, como si de una niña enojada se tratase. Era tierna incluso cuando no pretendía serlo. 

-¿No dormiste bien? -pregunté dejando un beso en su mejilla

-Pues no - respondió - ¿me puedes soltar ya?

-He pensado que no - dije haciendole pequeñas cosquillas en el costado

-No empieces o te pego - intentó decir enfadada

Continué con mi empeño de animarle la mañana, hasta que no pudo evitar sonreír.

-Así mejor - susurré - ya eres libre

La dejé levantarse. Buscó algo de ropa y se la puso. Unos vaqueros oscuros y rasgados, un top blanco de tirantes y una chaqueta finita de color rosa a juego con sus converse.

-Ve a desayunar, Simón trajo bollos- dije sabiendo que estaria hambrienta - yo voy a cambiarme también

Le dí un beso corto en los labios y sali del dormitorio de las chicas en dirección al que yo compartía con los chicos. Alli estaba Simón pensativo, dejando sus cosas sobre una de las camas.

-¿Aun no arreglaste las cosas con Eli? -pregunté mientras buscaba que ponerme

-No, pero de hoy no pasa - respondió- fui un egoista...

-Bastante - respondí - aunque en parte entiendo tu postura

-¿Ah si? -preguntó sorprendido

-Sí, es decir, si a mi Inma me dijera que se va dos meses fuera - dije- también me daría miedo, pero no sería capaz de decirle que no lo hiciera...-me expliqué- nosotros nos pasamos meses fuera y ellas tienen que convivir con ello, así que es lógico que Eli se enfadara, le estabas pidiendo que no hiciera algo que tú haces constantemente

-Lo sé - dijo sentandose en el borde de la cama- pero en ese momento no lo pensé así, solo me dejé llevar por mi miedo a perderla...

-No la vas a perder -dije - si te ha aguantado todo este tiempo...mucho tiene que quererte - bromeé intentado animarlo

-A veces no sé ni porque somos amigos - negó con la cabeza

-Yo también me lo pregunto - dije dandole unas palmaditas en la espalda

Cuando acabé de vestirme con unos sencillos pantalones color camel, una camiseta negra y mis habituales botas, salimos al jardín donde estaban todos. Durante la mañana decidimos dar un paseo en grupo por los alrededores de la finca. Estaba bien respirar un poco de campo, dejando de lado el mundanal ruido de Bogotá.