¿Quién te dijo esa mentira?

Capitulo 90 - Final

(Isaza)

Miré de nuevo el reloj aún eran las cinco de la mañana y yo ya no podía dormir más. Estaba inquieto, nervioso por la siguiente ecografía de Inma. Y es que probablemente nos dirían si esperábamos una niña o por el contrario un niño. Llevaba meses ansioso por que llegará este momento y apenas faltaban unas horas para descubrirlo.

Me giré hacía Inma que estaba profundamente dormida. Se la veía relajaba, incluso parecía sonreír. Eché su pelo hacía atrás con cuidado de no despertarla. Acaricié levemente su mejilla y mientras la observaba volvía recorrer con mi mente el camino que nos había traído hasta aquí. Como nos conocimos. Nuestras peleas y desencuentros que traían a nuestros amigos de cabeza. La primera vez que nos acostamos. Esas noches que pasábamos tirados en mi cama, mirando el techo y hablando de la primera estupidez que se nos venía al pensamiento. Las risas, los abrazos y también las lágrimas. Desde que la había conocido había dado un vuelco a mi vida y sentía que todo estaba completo, que no necesitaba nada más solo tenerla cerca.

-¿No puedes dormir? - susurró adormilada

-No - respondí - estoy un poco nervioso

-Es lógico, pero deberías descansar - dijo abrazándose a mi

-Es que no paro de pensar en el momento en que no digan que...- empecé a hablar

-Que será niño - me cortó

-Estás muy convencida - reí - pero estoy seguro de que será una niña, y ganaré la apuesta

-Y llamaré a la niña Camila, como mi crush - dijo en tono burlón

-No te burles de mí - dije riendo - y ya te dije que no tiene nada que ver con Camila Cabello, que simplemente me parece un nombre bonito además, yo por lo menos he pensado un nombre cosa que tú aún no hiciste

-Eso es lo que tú te crees - respondió - yo también tengo pensado nombre, pero no te lo voy a decir

-¿Y por qué no? - Pregunté curioso

-Porque son las cinco de la mañana y quiero seguir durmiendo - respondió

La miré risueño y dejé que se volviera a acomodar en la cama. No tardó demasiado en volver a quedarse dormida y yo acabé también rendido al sueño.

Ambos nos despertamos nada más sonar la alarma del despertador. Inma entró primero en la ducha, mientras yo me encargaba de preparar el desayuno. Me apoyé en la encimera y miré por la venta, mientras daba un sorbo a mi café recién hecho. Hoy era un día importante para nosotros y eso no podía hacerme más feliz. Oí los pasos de Inma acercarse por el corredor hasta la cocina, donde entró ya duchada y arreglada. Agarró el vaso de zumo que le había preparado se sentó en una de las butacas.

-¿Vas a decirme el nombre que pensaste? - pregunté

-Bruno - respondió sonriente - Bruno Isaza Gónzalez

-Es bonito - respondí - pero como va a ser niña, no podrás utilizarlo

-Ve a darte una ducha y a quitarte esa idea de la cabeza - bromeó

Le dí un beso en la mejilla antes de dirigirme al baño, dónde me dí una ducha corta pero que junto al efecto del café me ayudó a despejarme. Me vestí con unos jeans negros y una sudadera también oscura. Me puse una de mis gorras y después de colocarme las botas salí para buscar a Inma, que estaba en el salón poniendo en orden todo su papeleo.

Desde que habíamos vuelto a Bogotá tras a gira en España, Inma se había centrado por completo en la escritura. Había escrito pequeñas historias, e incluso se había dedicado a preparar algunos cuentos infantiles. Sentía que por fin había dejado atrás sus miedos simplemente estaba decidida a hacer lo que la hacía feliz. La escritura era una de sus pasiones y algo par lo que tenía un don, aunque bueno, Inma era buena en muchas cosas. La música, la escritura, su abuelo se había encargado de educarla bien para todo lo que tuviera que ver con el arte.

-Deberías plantearte la idea de publicarlos - le dije apoyado en el marco de la puerta

-Me lo he planteado - respondió - pero por ahora están bien así

- Sabes que eres buena escribiendo - la animé - y muchos niños estarían encantados de leer tus cuentos

-No se trata de ser buena - dijo - es solo que por el momento me los quiero guardar par mí, para nuestro bebé que son para quién los he escrito

-Estoy deseando verte leyéndoselos - sonreí

Conduje hasta el hospital. Habíamos llegado algo pronto y además el médico que debía verla llevaba algo de retraso en su consulta, así que nos tocó matar el tiempo en la sala de espera.

-¿Primeriza? - le preguntó una mujer sentada frente a nosotros

-Sí - respondió Inma entono amable - ¿Usted también?

-No, este es mi tercer hijo - respondió riendo - ¿Saben ya lo que va a ser?

-Aún no, se supone que nos lo dicen hoy - contestó

-¿Y tiene alguna preferencia? - nos preguntó

-Sí - respondí yo - y es algo en lo que no no ponemos de acuerdo

A medida que el tiempo pasaba en esa sala, yo me ponía más y más nervioso. La espera se me estaba haciendo eterna y casi respiré aliviado cuando la enfermera le dijo a Inma que entrara a la consulta.

-¿Cómo va todo, Inma? - le preguntó el doctor -¿Alguna molestia?

-No, ninguna - respondió ella encogiéndose de hombros

-Supongo que estarán ansiosos por saber el sexo - sonrió el doctor

-Bastante - contesté yo notablemente nerviso

- Pues vamos a echar un vistazo, para ver que todo sigue bien y veamos si el bebé por fin quiere revelarnos ese secreto

Nos dirigimos a una sala contigua. Inma se tumbó en la camilla y alzó su camiseta, dejando al aire su ya notable barriguita. La enfermera echó un poco de gel sobre ella y el médico se encargó de pasar el ecógrafo lentamente hasta que dio con el bebé. Ya había asistido a varias de esas ecografías, pero seguía emocionándome ver a ese pequeño creciendo cada vez más.

-No nos va a poner fácil averiguar qué es, pero hoy no saldrán de aquí sin saberlo

El doctor dio algunos toques sobre la barriga de Inma que miraba expectante la pantalla. Vimos como el bebé se movió un poco y ambos reímos ante aquello.

-Parece que eso no le ha gustado - dijo Inma

-Muchachos creo que ya puedo decirles que van a tener...