¿Quién te dijo esa mentira?

Bonus 9

(Alejo)

La boda cada vez estaba mas cerca. En apenas unos meses Tania, esa chica que conocí casi por casualidad se convertiría en mi mujer y eso me hacía el hombre más feliz del mundo, pero escribir los votos matrimoniales estaba siendo más difícil de lo que creía. Y es que no es fácil describir un sentomiento tan grande. Tania era mucho más que mi prometida. Era mi compañera en el largo y sinuoso camino de la vida. Era capaz de darle color a un día gris con solo sonreír o de hacerme sentir bien con un simple abrazo.
Recordé el día que la conocí, un día cualquiera que acabó llevandome a conocer a la mujer con la que quería compartir mi vida.

'Era un domingo despejado en la lluviosa ciudad de Bogotá. Queria aprovechar para retomar algo de contacto con la naturaleza recorriendo los maravillosos cerros de la capital. Adora pasear por plena naturaleza, pues conseguía relajarme y casi me inspiraba a componer algunas canciones.
Me senté a admirar las vistas desde uno de los miradores cuando al cabo de unos minutos,  oí unos pasos acercarse hasta donde yo estaba. Me giré un poco y vi a una chica, iba sola como yo y venía muy preparada.
Colocó una pequeña manta sobre el suelo y se sentó sobre ella ante mi atenta mirada. Sacó una pequeña libreta y sin percatarse de mi presencia se puso a retratar la ciudad de Bogotá desde las alturas. Me quedé embobado viendola tan concentrada hasta que fui capaz de hablar.

-Dibuja increible- dije llamando su atención

-Gracias - sonrió timida

-¿Sueles venir aquí? - pregunté

-Cuando hace buen tiempo sí- contestó- Bogotá es como una fuente de inspiración para mis dibujos y más desde este sitio...

Hablamos durante horas. Hasta que la noche hizo acto de presencia y nos obligó a volver al bullicio de las calles. No volví a verla, durante días. Dias en lo que nos sacaba de mi cabeza a aquella chica. Hasta que unas semanas después las lluvias decidieron regalarnos un bonito día soleado y sin casi pensarlo volví a aquel sitio donde la había visto y alli estaba ella sentada en su manta de cuadros con su libreta en la mano.

Me acerqué a ella y me senté a su lado sobresaltandola un poco, pero sonrió al verme.

-Tú por aquí otra vez - dijo volviendo la vista a su cuaderno

-Y traigo comida - dije sacando unos sandwiches de mi mochila

-¿Esto qué es? -rio - ¿una primera cita improvisa?

-Me parece una gran idea - sonreí- pero para poder tener una primera cita en condiciones - dije pensativo- antes debo saber tu nombre

-Tania - sonrió dejando el cuaderno a un lado - ¿y tú eres?

-Alejandro -respondí - pero todo el mundo me llama Alejo

Reímos, conversamos y nos prometimos una segunda cita que llegó tan solo unos días después'.

Ya hacía casi cinco años de aquel encuentro y alli estaba yo, intentando escribir mis votos. Unos que le demostraran que ella había sido mi más bonita casualidad en la vida y que de alguna manera, al recordar todo aquello salieron casi de manera involuntaria.