Capitulo 43

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(Isaza)

Acabábamos de llegar a casa. Los abuelos de Inma habían insistido en que nos quedáramos a cenar pero después del gran descubrimiento de aquella tarde, nos apetecía estar solos, además Malta había decidido jugar en mitad del barro y teníamos que bañarla. La metimos como pudimos en la bañera, odiaba que la bañaran y siempre ponía resistencia.

-Vamos Malta - la acarició una vez metida en la bañera- si solo es agua y jabón

Inma se quitó los pantalones y la chaqueta que llevaba para no mojarlos, quedándose únicamente con la camiseta que me había robado esa misma mañana. Se metió en la bañera con Malta, para tranquilizarla y que pudiéramos bañarla bien. 

-¿También quieres que te bañe a ti? - bromeé mientras abría el grifo del agua

-Sería todo un detalle por tu parte - rió

Enjabonamos a Malta que se sacudió un par de veces llenándonos de espuma a Inma y a mi. La aclaramos como pudimos y antes de mandarla a su cama la secamos con una toalla que tenía específicamente para ella. 

-Ya puedes irte - le dije mientras se sacudía una vez más

Malta salió corriendo. 

-¿Dónde crees que vas? - le dije a Inma que se disponía a salir de la bañera

-A quitarme esto  - dijo señalando la camiseta empapada - y tú deberías hacer lo mismo 

-A lo mejor quiero que me lo quites tú - dije acercándome a ella y agarrándola por las caderas

-Ya eres mayorcito para desvestirte solo - susurró cerca de mis labios

-Pero me gusta como lo haces tú - la besé pasando mis manos de sus caderas a su trasero

Empezó a desabotonar mi camisa y cuando llegó al último, la abrió acariciando mi abdomen y abrazándome. Entré a la bañera pegando su espalda con la pared y sin que ella se diera cuenta abrí el grifo dejando que el agua cayera sobre nosotros.

-¡Te odio! - dijo riendo al notar el agua caer

Sonreí y la besé echando su cabello mojado hacia atrás. Agarró los bordes de mi camisa y me atrajo hacía ella, haciendo aquel beso más intenso. Me deshice de su camiseta, tirándola sobre el suelo del baño y retiré uno de los tirantes de su sostén para besar su hombro hasta llegar a su cuello.  Acaricié su espalda antes de quitarle el sujetador, que para mi sorpresa tenía el cierre en la parte delantera.

-Vaya este tiene trampa - sonreí

-Para que no lo quitaras tan fácilmente -me miró provocadora

Admiré las vistas durante unos segundos y volví a besarla. Nos deshicimos del resto de nuestra ropa y nos dejamos llevar bajo las gotas de agua que se deslizaban por nuestros cuerpos.

Nos colocamos las toallas cuando salimos de la ducha y dejamos todas las prendas empapadas en el cesto de la ropa sucia. Me sequé el pelo sentado en el borde de la bañera, mientras Inma se cepillaba la melena.

-Creo que voy a cortarme el pelo - dijo colocando el cepillo en su sitio

-¿Por qué? A mi me gustas con tu melena - la abracé por detrás posando mi barbilla en su hombro

-A lo mejor quiero dejar de gustarte - bromeó

-Te va a ser difícil conseguir eso - respondí - ¿Qué te apetece cenar? 

-Me apetece pizza - dijo- ¿pedimos una? 

-Voy a ello - la besé en la mejilla y fui a vestirme con algo cómodo, mientras pedía la pizza.

Cuando la pizza llegó, Inma se encargó de atender al repartidor y una vez este se fue, ella entró al salón. Dejó la caja de la pizza sobre la mesa. Se sentó a mi lado en el sofá. 

-Oye, gordito - empezó a decir- ¿qué vamos a hacer con Martina?

Desde que volvimos de México no habíamos hablado del embarazo de Martina y en parte me alegre que fuera ella quien sacara el tema porque yo no era capaz de hacerlo.

-Obviamente debemos asegurarnos de que ese bebé es mio - respondí serio

-Que dudo mucho que lo sea - susurró ella antes de dar un bocado a una porción de la pizza

-Estás muy segura - la miré asombrado por su confianza

-Mucha casualidad es que, habiéndose tirado a medio Bogotá -dijo rodando los ojos - se acuesta una noche contigo, si es que de verdad esa noche paso algo, y vaya se queda preñada de ti -negó con la cabeza- ese hijo puede ser hasta del vecino de enfrente

-Y digamos que se diera esa casualidad - susurré 

-Pues en ese caso, espero que ese bebé se parezca a ti - me besó en la mejilla - porque se tengo que soporta un bebé con esa cara de rancia que Martina lleva por la vida, le veto la entrada a esta casa -bromeó

-Inma, esto es serio - me queje, aunque en el fondo adoraba que le quitara hierro al asunto

-Ya te lo dije en México, y te lo vuelvo a repetir - tomó mi rostro entre sus manos - voy a apoyarte en todo, estoy aquí para ti y no tengo pensado irme, a no ser que tú me lo pidas

-Sería incapaz de pedirte eso - la besé

Acordamos hablar con Martina lo antes para pedirle una prueba de paternidad, aunque la conocía demasiado bien como para saber que encontraría la manera para escaquearse.

Disfrutamos tranquilamente del resto de la cena mientras veíamos una película que pasaban por uno de los canales del televisor y cuando esta acabó, fuimos directos a dormir. 

Despertamos al día siguiente a eso de las once de la mañana. El domingo se presentaba tranquilo y decidimos comer fuera. Me pidió que fuéramos a un sitio de comida española y así lo hicimos.

El sitio, llamado 'Restaurante Gaudí' era acogedor y tenía una decoración que recordaba al parque Güell de la preciosa ciudad de Barcelona

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El sitio, llamado 'Restaurante Gaudí' era acogedor y tenía una decoración que recordaba al parque Güell de la preciosa ciudad de Barcelona. Nos sentamos en una de las mesas dentro del local y pedimos la comida y un par de copas de vino blanco.

-¡Ay dios! - dijo probando la comida- como echaba de menos la comida española

-Te quejarás de mi comida colombiana - enarqué una ceja

-No, me encanta la comida colombiana - se explicó- pero una tira para su tierra, y la comida española no tiene muchos competidores

Disfrutamos de una comida, y en general de un domingo agradable, que pasamos recorriendo la ciudad de Bogotá. 

¿Quién te dijo esa mentira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora