Al final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...
Los abuelos de Inma eran realmente simpáticos. Inma se parecía mucho a su abuelo, no sólo físicamente, sino también en ciertos gestos y en el talento.
-Deberías haberle visto enseñandola -me susurró Celia mientras Inma y su abuelo tocaban juntos el piano - acababa desquiciado porque sabia el potencial que ella tenía pero le costaba mucho aprender
-Es muy talentosa - sonreí mirándola embobado
-Y muy afortunada, es muy linda la forma en que la miras -dijo Celia risueña
-El afortunado soy yo - me encogí de hombros
-¿Usted también toca verdad? -me preguntó su abuelo
-Sí -respondí - con su permiso -agarré un guitarra que alli tenian
La afiné un poco y empecé a tocar los acordes de una de las canciones favoritas de Inma 'Si preguntan por mi' de Alex Ubago. Sabía que adoraba esa canción, porque la cantaba constantemente y me había tomado mi tiempo para aprenderla
-A pesar que la luna no brille mañana -empecé a cantar- dará igual, sólo verte reír es lo que me hace feliz, mi alma..- continué- Y es verdad que una mirada distinta, o algún gesto más frío, se clava en mi pecho, daga del desconcierto, pero amor ahí esta la magia. Ahora que te veo niña, ya te echo de menos. No imagino mis heridas si algún día te vas lejos, mi vida, por esto...
-Si preguntan por mi, no les digas donde fui -me siguió ella- que tu alma sea fuerte cuando mires hacía el frente - sonrió mirando a su abuelo que la miraba emocionado- no recuerdes todo lo que no te di - le deje seguir un poco más- y es que quedan tantas cosas por contarte y que me cuentes, tantos ratos y pasiones por vivir a tu lado...
-Ay dios, la de tardes que me dabas escuchando a Alex Ubago cuando éramos más jóvenes - dijo Sue riendo - con lo rockera que era yo
-Siempre me gustó la música melancólica - bromeó Inma
-Ay bueno ¿y recuerdas de niña cuando nos cantabas por Gloria Estefan ? - dijo Celia sonriendo
-Era tan graciosa - dijo Sue pellizcando las mejillas de Inma - Recuerdo ese verano que pasamos en Cartagena - empezó a contar - que conociste a un niño y decías que algún día te casarías con él
-¿En serio? - preguntó Inma que parecía no acordarse
-Ay sí, mijita - rió su abuela- no recuerdo el nombre de aquel muchacho, tú apenas tenías cinco añitos y ambos querían casarse por que decían que se amaban
-Ay sí, ya recuerdo - rió Inma
Miré a Inma con el ceño fruncido. Aquella conversación trajo uno de mis recuerdos de niño. Rememoré un verano en Cartagena en que conocí a una niña de pelo castaño y con gafitas verdes de la cual hablaba a mis padres como si fuera mi primer amor.
-¿Tú de niña usabas gafas verdes? - pregunté
-Sí, unas redondas de un verde moco increíblemente feo - me respondió Sue - ¿Por qué lo preguntas?
-Por que creo que el niño del que hablan era yo - susurré
-¿No puede ser? - dijo Sue mientras Inma me miraba con una expresión interrogante
-Sí, a ver yo solía veranear en Cartagena y recuerdo conocer a una niña con anteojos verdes - me expliqué - de la que juraba estar enamorado y a la que prometí casarnos cuando fuéramos grandes
Su abuela se levantó del sofá y buscó un álbum de fotos. Pasó algunas de las páginas hasta que encontró una foto del verano al que se referían.
- ¿Está es la niña de la que habla? - me preguntó enseñándome una foto de Inma y Sue riendo
-Sí, esa es - sonreí y miré a Inma casi emocionado
-¡Ay es tan bonito todo! - exclamó Sue - Cásense ya
-No seas exagerada, Sue - dijo Inma sonriendo aún incrédula
Tras conversar durante un rato más. Inma y yo tuvimos la oportunidad de quedarnos solos unos minutos y me pidió que la acompañara a la buhardilla. Subimos y una vez allí busco una pequeña caja de hojalata con su nombre grabado. Nos sentamos en un viejo sofá y allí la abrió, rebuscó entre cosas que parecían recuerdos y sacó una pequeña caracola metida dentro de un frasquito con arena atado una cuerdita a modo de colgante.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
- Creo que este regalo me lo hiciste tú - dijo colocándose un mechón de pelo tras la oreja
Agarré el colgante y sonreí. Casi pude trasladarme a aquel día. Nos estábamos despidiendo porque el verano se acababa. Había hecho ese colgante un par de días antes con la ayuda de mi madre y se lo regale para que no se olvidara de mi.
-Creía que no te acordabas - dije mirando ese pequeño colgante
-Y no me acordaba hasta que se han puesto a hablar de ello - dijo sonriendo
-¿Me habías olvidado? - bromeé - eso duele
-Ay, no seas dramático seguro que tú te olvidaste de mi acabado el verano - bromeó
-¿Quién te dijo esa mentira? - fingí sentirme ofendido - no fuiste, ni eres fácil de olvidar
Me miró risueña, con un precioso brillo en aquellos ojos verdes. Le acaricié la mejilla y le coloqué el colgante tal y como lo había hecho de niños.
-No puedo creer que fueras tú - me miró emocionada - O sea ¿cuántas posibilidades hay de que un amor de la infancia del que no has sabido nada en dieciocho años, sea la persona de la que te vuelvas a enamorar?
-Supongo que una entre infinito - reí- pero estoy encantado de reencontrarme con mi primer amor - la besé
La besé recordando el beso en la mejilla que aquella pequeña niña tímida me regaló aquel día, para despedirse de mi. Y pensado en todos los que me regalaría de aquí en adelante. Sí, ya sé que sueno muy cursi, pero Inma y yo habíamos estado unidos, destinados a encontrarnos. Quizá y toda esa bobada del hilo rojo no fuera solo una leyenda, porque tenía delante de mí, a la chica de la que me había pasado enamorado todo un verano durante mi infancia y a la que siempre quise volver a ver.
-¿Sabes lo unico triste de todo esto? - dijo separandose de mis labios- que no vas a poder cumplir la promesa que me hiciste, esa de casarnos cuando fuéramos grandes...ya sabes que yo soy antimatrimonio
- ¿Quién sabe? - me encogí de hombros- quizá consigo que cambies de idea - la volví a besar