Capitulo 77

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(Inma)

Estaba nerviosa, disgustada y confusa al mismo tiempo. Nerviosa por saber que pasaría con el bebé. Disgustada porque la manera de enterarme de que iba a ser mamá había sido la más horrible que puede haber y confusa porque aunque me gustaba la idea de que Isaza fuera el padre del bebé y montar una familia con él, el hecho de que fuéramos a ser padres tan jóvenes no me despertaba gran emoción. Sentí que todo estaba viniendo de golpe y me agobiaba, me asustaba no saber hacerle frente. 'Tú y tus miedos' me dije a mi misma.

-¿Qué piensas? - preguntó Isaza entrando por la puerta de la habitación

-En que no sé si me hace ilusión ser madre ahora mismo- respondí

-¿Acaso no te gusta la idea de formar un familia conmigo? - preguntó serio

-No tiene nada que ver con eso - miré hacía otro lado - es solo que no me veo preparada, ni con fuerzas para ser madre...

-Has trabajado con niños durante meses - me dijo - estás más que preparada para ello

-No es lo mismo - me defendí - un hijo requiere tiempo, dedicación y mucha responsabilidad

-Óyeme - susurró sujetando mi cara con sus manos - juntos vamos a aprender y nos adaptaremos a esta nueva etapa

Lo miré y acaricié su mejilla. Se le veía cansad y sin apenas fuerzas. Tenía los ojos algo rojos de haber llorado y bajo ellos había dos enormes ojeras. Seguro había pasado toda la noche en vela.

-Deberías descasar - le dije - estás agotado

-Estoy bien - respondió

-No, no lo estás - rocé su nariz con la mía - échate aquí a mi lado y duerme un poco

-Inma, no creo que esté permitido compartir la cama del hospital - rió

-Me da igual sino lo está - respondí- necesitas dormir y cabes en esta cama así que, échate y descansa

Me aparté un poco hacía un lado y él se acurrucó a mi lado. Colocando su cabeza cerca de mi vientre. Le acaricié ese pelo revuelto tan suyo y apenas tardó unos minutos en quedarse dormido. Lo miré dormir tan relajado y tierno que quería que el mundo se parara allí, en ese instante de paz.

Viéndolo allí, me puse a pensar en todo lo que nos había pasado durante estos meses. Las cosas buenas, las malas. Esas idas y venidas. En todo lo que había supuesto esa relación para mí. Isaza tenía esa capacidad de hacer que me replanteara todo, de sacarme de mis convicciones y de hacerme disfrutar de todas las pequeñas cosas que me rodeaban. Tenía una bonita forma de hacerme ver todo desde otra perspectiva y de hacerme increíblemente feliz. Era esa persona especial que tarde o temprano llega a nuestra vida y nos cambia todo. Recordé el momento en que desperté de ese estado de transición tras lo ocurrido con Leo. Recordé ese Isaza destrozado y envuelto en lágrimas que removió totalmente mi corazón. No podía imaginarme todo lo que habría pasado durante esas horas, toda esa angustia y desesperación de no saber que sucedía, además tenía ese absurdo defecto de echarse las culpas por algo que no le correspondía.

-Te amo - susurré mientras aun estaba dormido- y no te haces a la idea de cuanto

Me recosté un poco sobre la cama, con cuidado de no despertarlo y agarré mi teléfono que estaba sobre un pequeña mesa junto a la cama. Tenía varias notificaciones de redes sociales y les eché un pequeño vistazo. Miré también los mensajes de whatsapp entre los que tenía a Elena, la madre de Isaza y a Tania, a quienes no dudé en contestar diciéndoles que todo estaba bien.

-Me ha sentado tan bien esta pequeña siesta - dijo Isaza aun medio dormido

-Duerme un poco más - le aconsejé

-No lo necesito - se incorporó en la cama colocando su cara a la altura de la mía- estoy deseando que volvamos a casa

-Yo también - sonreí- pero creo que esto va para rato

-Inma, sabes que los chicos y yo debemos retomar los conciertos - empezó a decir - no quiero irme y dejarte aquí, pero...

-Pero tienes que hacerlo, es tu trabajo - le corté - no te preocupes por mi, estoy segura de que mi prima y las chicas me cuidarán bien, y sino pues te llamaré y te pediré por favor que vuelvas a por mi - reí

-No tendrías que pedirlo por favor - bromeó antes de besarme- y por cierto, yo también te amo

Me abracé a él, como si no quisiera soltarlo nunca, pero una de las enfermeras entró en la habitación rompiendo ese bonito momento.

-Perdón - dijo risueña - no era mi intención molestar, pero Inma, te traje algo de comer

-No, comida de hospital no - bromeé

-Ya sé que no es la mejor - dijo ella - pero es la que hay

-Tranquila, no dejara nada en el plato - dijo Isaza levantándose de la cama

La muchacha colocó la bandeja de comida sobre una mesa y salió de la habitación, dejándonos de nuevo solos. Miré la comida con desagrado. Odiaba con toda mi alma la comida de los hospitales, pero como había dicho la enfermera, era la que había, así que empecé a comer.

-¿No quieres? - le pregunté a Isaza - está muy rica

-Pues si es así, disfrútala, toda para ti - dijo riendo

-Lo que daria por un bocadillo de jamón iberico - hice un gran puchero

-Pues tienes que conformarte con... ¿qué es eso verde? - bromeó

-¿Sabes eso que dije de que te amaba? - me puse seria - pues era mentira, te odio, mucho

-Severa mentira esa - exageró su precioso acento colombiano

Me gustaba tanto verlo así. Relajado y risueño. Compartiendo risas y bromas. Siendo él mismo.

-No quiero más - dije

-Vamos come un poco más tienes que reponer fuerzas - se sentó a un lado de la cama mirándome

-En serio no, está horrible - me quejé

-Seguro que no es para tanto - dijo antes de probar lo que suponía era puré de verduras- okay, no te lo comas

-¿Tanto te gustó que lo quieres para tí? - reí al ver su cara de desaprobación

-Sí, justo eso - apartó la comida y se acercó a mi para besarme

-Sabes a puré rancio - bromeé

-Tú también, pero no por eso voy a dejar de besarte - sonrió

¿Quién te dijo esa mentira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora