(Isaza)
Besé a Inma con ternura. Odiaba que estuviéramos enojados y más sabiendo que ella me necesitaba. La miré acariciando sus mejillas y retiré el pelo de sus hombros, despejándolos y dejando también al descubierto su cuello, el cual tenía todo enrojecido.
-¿Te lo volviste a encontrar? - pregunté odiándome a mí mismo por no haber ido tras ella
Asintió y miró hacía otro lado. Me contó lo que había pasado. Como él las habia sorprendido, a ella y a su prima, todo lo ocurrido y también lo que habían hablado con los policías que se habían aparecido allí. Le dí un beso en la sien cuando acabó de hablar y simplemente me limité a abarazarla.
-El día que me lo encuentre, no sé si seré capaz de controlarme - dije enfado- solo espero que la policía haga su trabajo
-La policía no hará nada - dijo ella decepcionada - ya pasó una vez y volverá a pasar otra...pero en este país las cosas van así, no actuamos hasta que todo va a mayores y Leo no se anda con chiquitas...
-No pienses así, estoy aquí ¿vale? - susurré - sé que últimamente no estoy todo lo que debería, pero estoy contigo y si se lo ocurre volver a tocarte un pelo...no sé de lo que seré capaz
-No tienes que meterte en ningún lío por mí y ya sé que estás - respondió apartándose - el problema es que no estás solo para mí...
-Inma, ¿qué tengo que hacer para que entiendas que para mí solo estás tú? - sujeté su cara entre mis manos - Sophie solo es una buena amiga, nada más...Te quiero a tí, a mi futura esposa - la besé de nuevo
-Yo también te quiero Juan Pablo - me sonrió levemente- y quizá lleves razón, tengo la cabeza hecha una lío, todo lo que está pasando me supera, pero estoy segura de que Sophie no te ve solo como un amigo...
Se quitó la camiseta, dándome la espalda, la cual al igual que el cuello tenía marcada a causa del golpe contra la pared que ese estúpido le había dado.
-Tienes toda esta zona amoratada - le acaricié la espalda con las yemas de los dedos- ¿te duele?
-Sí, pero creo que es algo que puedo soportar - respondió
'Voy a matar a ese cabrón' me juré a mi mismo, mientras ella se ponía el pijama en sielncio. Inma no parecía la misma desde que había llegado a Madrid y me rompía por dentro que aquella chica fuerte, risueña y alegre pareciera haberse quedado en Bogotá, dejando el camino libre a una Inma encerrada en sí misma, seria y tan insegura. Tan sólo era un fantasma de sí misma y sabia que no iba a ser fácil devolverle esa alegría tan suya.
Salimos al dormitorio y nos metimos en la cama. Yo me tumbé en mi lado, mientras que ella se sentó apoyando la espalda en el cabecero.
-Me gustaría que estos días solo fueran una mala pesadilla - dijo empezando a llorar - daría lo que fuera por despertarme y estar en Bogotá, contigo y con Malta, en casa...
-Pequeña.... - susurré incorporándome a su lado y apoyándola en mi pecho - a mi también me gustaría estar allí - la abracé con fuerza
- Siento que toda esta mierda siempre va a estar presente - dijo entre sollozos- que no voy a ser capaz de superarlo nunca y siempre voy a ser una cobarde llena de miedos...
- ¡Ah no! - negué con la cabeza - no eres ninguna cobarde. Eres más fuerte y valiente de lo que crees - le alcé la cara - y vas a superar esto, porque yo te voy a ayudar
Le limpié las mejillas. Inma me necesitaba más que nunca y debía estar ahí para ella. Quería transmitirle seguridad, confianza y hacerle saber que no estaba sola para enfrentarse a Leo. Y sabía que la había fallado estos días, que no estuve para ella al cien por cien, pero eso iba a cambiar. Tenía que conseguir que esa sonrisa volviera a dibujarse en su bonito rostro que ahora estaba cubierto de lágrimas y unas pequeñas ojeras bajo aquellos preciosos ojos verdes.
-¿Sabes qué? - empecé a decir
-¿Qué? - dijo apoyándose de nuevo en el cabecero y mirándome atenta
-Que hay una cosa con la que puedo hacerte sonreír - fruncí el ceño mirándola pensativo
-¿Que cosa? - me preguntó
Con suavidad empecé a hacerle cosquillas. Conocía a Inma lo suficiente como para saber que aquello no fallaría. Al principio parecía resistirse, pero al final acabó riendo levemente.
- Isaza para por favor - me pidió con una media sonrisa
- No sé si parar, esa sonrisa aun me perece muy pequeña - bromeé
-No sé que haría sin tí - susurró antes de darme un beso en la mejilla y abrazarse a mi de nuevo
Nos acomodamos en la cama y así nos quedamos dormidos.
Desperté temprano. Apenas había dormido durante la noche, sin embargo Inma parecía dormir plácidamente. Había acumulado mucho cansancio durante los días anteriores y ahora dormía como la koala qur era. Se la veía relajada, disfrutando de su sueño. Tenía la mano en la que portaba su anillo, anillo sobre mi pecho y la envolví con mi mano con cariño. Acaricié la alianza, imaginando como sería ese día en que la viera vestida de blanco y caminando hacía mi delante de todos nuestros amigos y familiares. Como sería es futuro juntos, siendo una verdadera familia.
-Buenos dias, pequeña - la saludé al ver que abría los ojos
-Buenos días -susurró
-¿Como dormiste? - le pregunté girándome hacia ella
-Bien, pero me duele la espalda y el cuello... - dijo- ¿qué tal tú?
-Pues hoy voy a tener que mimarte todo el día - la besé- yo apenas dormí, no dejo de pensar en todo lo que te hizo ese cabrón...y en que debería haber estado ahí para defenderte...
-Olvídalo, no me hizo nada grave - respondió- así que no te tortures...
Se acurrucó abrazándome y acariciandome la espalda con dulzura. Aunque no lo dijera sabia que ella estaba decepcionada. La conocía y deseaba que yo la hubiera seguido el día anterior para intentar hablar con ella. Que hubiera estado allí con ella, pero a veces el orgullo era más grande que yo.
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¿Quién te dijo esa mentira?
FanfictionAl final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...