(Isaza)
Hacía ya unas semanas que las chicas habían vuelto a Bogotá, mientras que a nosotros aún nos quedaban algunas más de gira. Reconozco que estaba loco por volver a Colombia y ver como ese bebé crecía poco a poco dentro de la panzita de Inma. Disfrutar de esas primeras ecografías y saber si sería niño o niña. Intentaba hacerme a al idea de lo difícil que iba a ser compaginar ser papá con la banda. Pensé en Inma durante un largo rato, en lo diferente que era de sus padres, a los que había tenido el placer de conocer unos días antes de que ella se fuera.
'Habíamos decidido pasar el día solos. Madrid nos regalaba un preciosos día soleado y en apenas unos días nos separábamos de nuevo. Estábamos en El Retiro, esa pequeña zona de naturaleza de Madrid que siempre me había inspirado tanto y que ahora podía disfrutar con ella. Andaba pensativa mirando a la nada, mientras yo la observaba intentando descifrar que era lo que pasaba por su mente.
-¿Puedo saber en qué piensas? - preguntó finalmente
-Aunque parezca estúpido, en mis padres - dijo antes de soltar un largo suspiro
-No me parece estúpido - contesté
-A mi sí, después de todo lo que me han hecho...- empezó a decir- siento que no puedo irme de aquí sin verles y decirles que van a ser abuelos...
-Tienen derecho a saberlo, supongo - respondí acariciando su espalda - y aunque te lo niegues, son tus padres y los echas de menos...
-Es absurdo ¿verdad? - negó con la cabeza - ¿Cómo puedes echar de menos a personas que pareció no importarles tu felicidad?
-No creo que siempre fueran así ¿no? - fruncí el ceño- no sé, imagino que también tendrás buenos recuerdos con ellos...
-Sí, la mayoría de cuando era niña - me miró con una media sonrisa - y creo que esos recuerdos son los que me hacen querer darles la oportunidad de ser abuelos...¿Me acompañarías? -preguntó
No dije nada, solo me paré frente a ella y la ayude a levantarse, contestando así a su pregunta.
Tras más de media hora de viaje en metro, llegamos a nuestra parada. Notaba a Inma nerviosa a medida que nos acercábamos al edificio en el que sus padres vivían. Coloqué mi brazo sobre sus hombros y ella entrelazó su mano con la mía. He de reconocer que tenía curiosidad por ver como eran, saber si ella se parecía a su padre o a su madre.
Al entrar en aquel edificio supe que sus padres no eran precisamente de clase obrera, sino que Inma venía de una familia a la que probablemente le sobraba el dinero.
-¿Inma? ¿Inma González? - preguntó una mujer de mediana edad que se encaraba de vigilar el portal
-Veo que te acuerdas de mi - respondió sonriente
-¡Ay mi niña! - la abrazó - ¡Qué alegría verte! Y veo que vienes muy bien acompañada - la mujer me miró con una amplia sonrisa
-Él es Juan Pablo - me presentó - mi prometido, y ella es Lucía, trabaja en este edificio desde hace años y siempre ha cuidado de mi cuando mis padres tenían que irse fuera
-Un gusto conocerla - sonreí
-¿Y no era que tú nunca te ibas a casar? - bromeó Lucía - el gusto es mío, muchacho, cuídala mucho
-Y así era, pero alguien me hizo replantearme la idea - Inma me miró y me encogí de hombros- ¿sabes si están mis padres en casa?
Lucía asintió y tras despedirse de nosotros nos dejó avanzar hacía el ascensor. Llegamos a la última planta y cuando estuvimos delante de la puerta, pulso el timbre con decisión. Una mujer de unos cuarenta años nos abrió la puerta. Tenía los mismos ojos que Inma y ahí supe que ella era su madre.
-Inma, cariño - la abrazó emocionada -no puedo creer que estés aquí
-Yo tampoco -respondió Inma intentando zafarse del abrazo de su madre
-¿Cómo estás? -preguntó sujetando la cara de Inma entre sus manos- ¿Y quién te acompaña?
-Mi nombre es Juan Pablo - me presenté - soy el novio y prometido de su hija, mucho gusto
Nos miró un poco sorprendida por la noticia, y finalmente sonrió. Nos dejó pasar y seguí a Inma hasta el salón dónde estaba el que suponía era su padre. Andaba concentrado en la pantalla de su ordenador, vestido con una camisa y unos pantalones de traje perfectamente planchados. Alzó la vista al ver a Inma y se levantó dejando las gafas junto al portátil.
-Hola...-susurró el bastante sorprendido - me alegro de verte
-Hola, papá - respondió ella- me gustaría poder decir lo mismo
-Mi nombre es Fernando González - me extendió la mano - ¿Tú eres?
-Juan Pablo Isaza - respondí estrechándole la mano - encantado señor González
-Veo que te va bien en Colombia - dijo su padre con lo que parecía una sonrisa en la cara
-Está mucho más guapa - añadió su madre colocándose junto su esposo
-Ya ¿podemos sentarnos? - dijo Inma - tengo, tenemos algo que contaros
Sus padres asintieron y nos sentamos en los sofás del salón. Su madre nos ofreció algo de beber e incluso de comer y cuando volvió de la cocina, se sentó junto al adre de Inma, a quienes miraban expectantes.
-Sí estamos aquí - empezó a decir Inma - es para contaros que vais a ser abuelos, hace unos días nos enteramos que estamos esperando un hijo y por alguna extraña razón creo que aunque no hayáis sido los padres que esperaba, no puedo negaros la oportunidad de remendar vuestros errores, siendo abuelos
-Mi amor, sois muy jóvenes - dijo su madre preocupada
-Bueno, no es que lo buscáramos, ha surgido así - respondió Inma - y bueno ya teníamos planeado casarnos
-Veo que no te cansas de cometer errores - dijo su padre
Inma rió irónica, como si esperara ese comentario de su padre. No entendía que no se alegrara de ver feliz a su hija, como tampoco lograba entender que después de mese sin verla ni si quiera la hubiera abrazado. Simplemente la miraba con semblante serio como pensando cada una de sus respuestas.
-El único error que he cometido en la vida es haber estado con vuestro amado Leo - respondió Inma molesta - que bueno por si os interesa saberlo, podéis visitarlo en la cárcel
-Ya nos había llegado la noticia - susurró su madre
-Y ya hemos ido a visitarlo - añadió su padre
-Disculpen mi atrevimiento - me metí en la conversación - pero ¿qué clase de padre son ustedes? O sea ¿qué clase de padre va a visitar a la cárcel a la persona que ha jodido la vida de su hija? - los miré casi enojado - tienen una hija maravillosa, que se merece todo el amor del mundo y ¿les da igual perderla?
-No es asunto tuyo - me respondió su padre
-Pues yo creo que sí lo es - lo miré desafiante - porque además de mi prometida es la futura madre de mi hijo, es decir que le guste o no vamos a ser familia - continué - y me sorprende que no sean capaces de apreciar lo que su hija les está regalando, quiere que formen parte de la vida de nuestro hijo aun sabiendo que no lo merecen y lo único que sabe decirle es que está cometiendo un error... - me encogí de hombros - es usted un padre diez, sin duda - sonreí irónico'
Después de eso Inma y yo simplemente nos fuimos de allí. Como Inma me miraba orgullosa y sonriente por como la había defendido frente a sus padres. Conocía a Inma lo suficiente para saber que había salido decepcionada, más aún de la que ya estaba, de esa visita pero ahora tenía una familia que la quería de verdad y que estaban felices de vernos juntos.
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¿Quién te dijo esa mentira?
FanfictionAl final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...