(Isaza)
Alejo y Tania, nos habían citado a todos en un pequeño restaurante de la cuidad. Al parecer querían darnos una noticia importante. Algo que quizá todos ya nos esperábamos teniendo en cuenta el tiempo que llevaban ya saliendo juntos. He de decir que siempre me había sentido un poco celoso de la relación de ellos dos. Durante mucho tiempo desee tener una relación tan fuerte y estable como la suya, algo que obviamente con Martina no tenía. Tania al contrario que Martina, solía apoyar a Alejo en todo aunque supiera que estaba cometiendo una locura. Sin embargo ahora que había conocido a Inma, tenía el presentimiento de que con ella, quizá podría conseguir ese tipo de estabilidad que tanto anhelaba.
Fui a buscar a Inma y Sue al piso de las chicas. Sue fue quién me abrió la puerta. Me indicó que Inma estaba en su cuarto terminando de arreglarse y fui a saludarla. Dí un par de toques en la puerta y entré. Inma estaba frente a su espejo colocándose unos botines con algo de tacón. Iba sencilla, con unos simples vaqueros negros, una camisa de rallitas verticales blancas y rojas, un poquito ancha y cuya parte delantera había metido por dentro de la cintura del pantalón.
-Hola preciosa - dije al entrar
-Hola - se acercó para besarme - ¿sombrero nuevo?
-Veo que te has dado cuenta - sonreí - es un regalo
-¿De quién? - fingió
-Pues de una chica con las gafitas siempre en la punta de la nariz, que me vuelve loco - le coloqué las gafas con cuidado
-¡Uy pues voy a tener que cantarle las cuarenta a esa chica! -bromeó
-Sí, sí - le seguí la broma - cántaselas, porque puede que me fugue con ella
-Pues ya sabes donde está la puerta-me sacó la lengua- ve por ella
La besé sonriendo. Inma me provocaba algo que nunca había sentido antes. Era inteligente, divertida y cuando me miraba despertaba a todas la mariposas que Martina había dejado en coma.
-¿Nos vamos tortolitos? - dijo Sue tras la puerta
Salimos de la casa y nos montamos en el coche. Cuando llegamos al restaurante, los Vargas y sus novias ya estaban allí, lo que era extraño porque siempre solían llegar tarde. Entramos y uno de los camareros nos indicó la mesa que Alejo había reservado, el cuál junto a Tania llegó pasados unos minutos. Villa había decidido no ir, sabía que Sue no quería verlo y que al final sería algo incómodo para todos, así que prefirió quedarse en casa.
Alejo y Tania se habían encargado de elegir el menú y también el vino, y estaba todo increíble. Nos disponíamos a tomar el postre cuando Alejo se levantó para hablar, dando un par de toquecitos en su copa.
-Lo primero, gracias por venir - dijo sonriente - y bueno si os hemos reunido aquí, es porque Tania y yo -hizo un pausa mirando a su novia - nos hemos prometido
-¡Enhorabuena! - exclamaron los Vargas a la vez
-¡Felicidades! - dijo Sue abrazando a Alejo y a Tania
Los felicitamos uno por uno. Alejo se veía muy feliz, ambos se conocían desde la infancia y llevaban juntos desde la adolescencia, y me sentía muy feliz por ellos.
-Que callado te lo tenías Alejo - rió Martin
-Tenía que ser una sorpresa para todos- se encogió de hombros
-Era obvio que no tardarías en pedírselo - dije enarcando una ceja
-Estoy con usted, perro - dijo Simón - se veía venir
-Pues lo verían venir ustedes - bromeó Tania- por que yo ni me lo olía
-¿Y como fue la pedida? - preguntó Inma
-¡Ay sí! cuenta, cuenta - dijo Eli animando a Tania
-¡Ay fue muy linda! - dijo ella emocionada- Preparó una cena súper romántica en casa - empezó a contar- con su vino, sus velitas. Todo precioso, y justo después del postre, él se levantó como para agarrar algo y se puso de rodillas -miró a Alejo sonriente - y me pidió que me casara con él
-¡Qué lindo! - exclamó Aleja
Estuvimos allí todos durante casi todo la tarde, hasta que decidimos que era hora de irse. Llevé a Inma y Sue a casa, esta última se adelanto para entrar en casa, dejándonos a solas. Me apoyé en el lateral del coche y acerqué a Inma hacía a mí.
-Podríamos hacer algo juntos - propuse- esta semana apenas nos hemos visto
-¿Alguna sugerencia? - preguntó jugueteando con el cuello de mi camisa
-Podríamos ir al cine - sugerí
-Me gusta la idea -aceptó -se lo digo a Sue y nos vamos ¿vale?
-Aquí te espero -la besé
Inma subió tras su prima y un par de minutos después estábamos de nuevo en el coche camino a mi casa, donde haríamos tiempo antes de la primera sesión de cine. Inma encendió la radio y se puso a tararear todas las canciones que iban sonando. Me encantaba saber que para ella la música era tan importante como para mí, que había sido su pequeño refugio durante la relación con su ex novio. La miré de reojo, mientras se recogía la melena en una coleta. Sonreí al darme cuenta que en su cuello aún se notaba el pequeño chupetón que yo le había hecho la noche del hotel.
-Oye Inma -empecé a decir - podríamos hacer un viaje juntos
-¿Un viaje? -noté su mirada en mi - ¿A dónde?
-Quizá podría llevarte al caribe colombiano, unos días - sugerí
-Me gusta la idea -sonrió
-Podías pedir un par de días libres en la escuela - dije -y nos vamos durante unos días, tú y yo solos
Estuvimos en casa un par de horas antes de ir al cine. Elegimos una película de terror, aunque me daba que Inma no la vería completa. Sabía que era muy asustadiza y que se pasaría gran parte de la duración de la sesión abrazada a mí y escondiendo su cara en mi pecho para no mirar.
-Pero no vayas allí - susurró - la gente en la películas de terror es imbécil
Reí al verla tan indignada. Agarró mi mano con fuerza y yo pasé mi brazo sobre sus hombros, recostándola un poco en mi hombro.
Tras casi dos horas de película, salimos del cine. La noche estaba fría y nos resguardamos en el calor del coche. Conduje de nuevo hasta casa, haciendo una parada en un restaurante de comida rápida donde compramos algo para cenar.
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¿Quién te dijo esa mentira?
FanfictionAl final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...