¿Quién te dijo esa mentira?

Capitulo 48

(Isaza)

-A ver, mi amor - dijo agarrando mi cara entre sus manos - relájate ¿vale?,  respira hondo e intenta calmarte - me pidió

La abracé fuerte sin decir nada. Necesitaba sacar todo lo que me había reprimido durante este tiempo por no preocuparla. Las lágrimas salían a toda velocidad de mis ojos, pero no eran lágrimas de tristeza, sino de rabia y liberación. Acababa de leer los resultados de la prueba y sentía como si me quitaran un gran peso de encima. Me sentía liberado.

-Juan Pablo- alzó mi cara mientras limpiaba las lágrimas que recorrían mis mejillas- ¿Qué ponía en esos resultados? ¿Salió positivo?

Mantuve su mirada durante unos segundos y negué con la cabeza, casi sonriendo. Sonrió divertida al ver mi gesto y me miró pidiendo explicaciones por mi reacción.

- Y si son negativos ¿por qué estás así? Me asustaste - dijo dándome un golpecito en el brazo a modo de broma

-No quería preocuparte - dije intentando calmarme - pero necesitaba desahogarme

-Casi creí que me tocaba ser madrastra - bromeó

-De verdad lo siento - me disculpé de nuevo- pero desde que me enteré del embarazo de Martina, no he parado de darle vueltas en como sería nuestra vida si ese bebé era mío - intenté explicar

-Te he dicho muchas veces, que me daba igual - agarró mis manos con ternura 

-Pero a mí no - respondí mirándola

-¿Y puedo saber por qué?- preguntó

-Porque...- miré hacía otro lado - ese bebé solo sería un recordatorio constante de un error - volví a mirarla

Paso su manos por mi pelo hasta llegar a mis mejillas y me besó. Y ese beso fue casi un calmante para mí. La senté sobre mi regazo sin dejar de besarla. 

-Tienes que dejar de ser tan duro contigo mismo - susurró cerca de mis labios- todos cometemos errores, más o menos graves y debemos asumirlos...- dijo - y además, creo que lo que pasara esa noche es más cosa de Martina que tuya...

-¿Qué quieres decir con eso? - pregunté

-Quiero decir que te he visto beber - respondí - y aguantas bien el alcohol, con lo que es raro que, precisamente esa noche, las cervezas te sentarán tan mal...

-¿Insinúas que...? - intente preguntar antes de que ella me cortara

- No quiero insinuar nada, por que no tengo pruebas - se separó un poco de mi mientras yo la miraba atento- pero es muy probable que aprovechara un despiste para echarte algo en la bebida...

-Inma, eso es...-negué con la cabeza

-Martina es una perra mala - contestó - desde que sabe que estás conmigo su única idea ha sido separarnos, y ella sabía que tú no me engañarías así...- se explicó- pero es solo una suposición, que no puedo demostrar

La miré casi desconcertado, pero Inma llevaba razón yo solía soportar bastante bien el alcohol y esa noche no había bebido tanto como para cometer tal estupidez, así que su teoría no era tan descabellada, aunque si dificil de demostrar.

-Gracias - dije acariciando su mejilla

-De nada -  sonrió - pero ¿gracias por qué?

- Por estar ahí - respondí - por ser así, por tener siempre las palabras adecuadas...

-No te me pongas cursi ahora - bromeó - que a ver si después de verme vestida de novia vas y me pides matrimonio 

Rodé los ojos y ambos reímos. Nunca había estado tan seguro como en ese momento de que Inma era la chica que llevaba esperando tanto tiempo. Que ella a quién quería en mi vida.

-Eres muy boba - la besé- y ten claro que voy a hacerte cambiar de idea -susurré en tono desafiante

-Buena suerte con eso - rió

Pasamos un largo rato así, besándonos, riendo. Un momento íntimo y dulce que ambos disfrutamos. 

Inma preparó la cena, mientras yo sacaba a pasear Malta. Cuando regresé ella seguía metida en la cocina, y leía atenta algo en su teléfono.  Algo a lo que pareció darle poca  importancia. Me sacó la lengua al verme apoyado en el marco de la puerta y volvió a centrarse en la cena. Mientras cenamos me contó como había ido la tarde con la chicas y lo mucho que se habían reído.
Le ayudé a recoger la cocina y después decidimos ver una película juntos. Me acomodé entre sus piernas, apoyando mi cabeza en su vientre y me quedé dormido mientras ella jugueteaba con mi pelo. 

-Gordito - susurró despertándome una media hora después- vete a la cama

-Llévame tú - me quejé fingiendo dormir de nuevo 

-Pues como no me convierta en Hulk - dijo entre risas - no sé como te voy a llevar

-Tampoco peso tanto - me quejé

-Pesas lo suficiente para que yo no pueda llevarte en brazos  la cama - contestó

Me levanté bostezando y me estiré un poco estando ya de pie. Tiré de ella para que viniera conmigo a la cama y allí no tardé mucho en volver a quedarme dormido.

Cuando me desperté a la mañana siguiente, Inma ya se había ido al trabajo, así que me dí una ducha rápida y me dispuse a desayunar algo. Cuando entré en la cocina vi que Inma se había encargado de dejarme el desayuno preparado. Entre el café y las tostadas había dejado una nota escrita.

'¡Buenos días, gordito! Siento no haberte despertado cuando me fui, pero estabas durmiendo tan plácidamente que no pude hacerlo. Espero que la mañana de ensayos no sea muy dura, nos vemos a mediodía. Te quiere, la boba de tu novia ♡'

Sonreí al leer esa última frase y mientras desayunaba, los chicos hicieron acto de presencia. Pasamos al estudio y dedicamos gran parte de la mañana a terminar algunas letras que habíamos dejado a medias en el ultimo ensayo, para luego tocar algunas de las canciones nuevas que habíamos presentado en los conciertos de México.

-Dale un respiro a mi pobre conciencia...- canté- Que yo no merezco volver...

Nos sorprendimos a ver a Villa salir del estudio casi emocionado tras oír la canción y salí tras él. Se sentó en una de las sillas de la cocina y me senté a su lado dándole unas palmadas en la espalda.

-Sue te perdonará - le dije

-Quizá no merezco que me perdone - susurró - quizá debería dejar de intentarlo y dejarla ser feliz con alguien que la merezca

-No seas estúpido - le regañé 

-Isa, es verdad - dijo - Sé que Inma y tú pensáis que debemos estar juntos, pero ¿y si no es así? - suspiró - Sue se merece alguien que la haga feliz y alguien en quien pueda confiar...y quizá ese no sea yo...