Capitulo 7

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(Isaza)

Tras el concierto decidimos ir todos a mi casa. Los Vargas y sus respectivas novias iban en el coche de Simón, mientras que el resto íbamos en el coche de Sue. Inma y yo nos sentamos en los asientos traseros oyendo como Sue le reprochaba a Villa ese leve coqueteo con la fan que le abordó al salir del local.

Miré por la ventana, pensativo. Intentando no escuchar a la pareja y su pequeña discusión. Pensé en la forma en que mi mirada se cruzó con la de Inma mientras yo interpretaba 'El embrujo'. Durante unos segundos sentí que nadie más me miraba, solo esos ojos verdes. En ese breve período de tiempo parecía que solo estábamos los dos, sin nadie alrededor.

-Hemos llegado - avisó Sue parando el coche.

Cuando llegamos Simón, Martín y compañía nos esperaban en la puerta. Sue y Villa se quedaron fuera intentando aclarar el asunto mientras que el resto entramos. Malta salió para saludar a todos en especial a Inma, quien se colocó a su altura para llenarla de mimos.

-¡Hola bolita de pelo! - dijo al tiempo que Malta le daba un lametón en la cara

Malta se tumbó en el suelo para que Inma le rascara la barriga, le encantaba y ella lo hizo entre risas. Sonreí ante aquella imagen. Malta era importante para mí, y verla tan feliz me hacía feliz a mí, aunque fuera Inma la causante de aquello. Simón y yo entramos a la cocina para preparar algo de picar y sacar algo de beber.

-¿Sabes? Quizá tu perra te este mandando una señal- me susurró Simón dándome una palmadita en la espalda

-¿De qué hablas? - pregunté frunciendo el ceño

-¿Me vas a decir que no has visto como trata a Inma? - respondió

-Sí, claro que lo he visto -dije fingiendo no darle importancia - ¿Y qué?

-Pues que quizá deberías darle una oportunidad - contestó colocándose las gafas

-No digas tonterías, Simón - refunfuñé

-¿No viste como te miró hoy durante el concierto? -preguntó- todos nos dimos cuenta, y sé que tú también

-Simón, de verdad, olvídate del tema - dije

-Estás siendo un estúpido Isa - me reprochó- te da miedo dejar a Martina atrás

-No me da miedo dejarla atrás - bufé

-Sí, te da miedo - insistió - por eso te molestó tanto que Inma hiciera aquello delante de ella

-Lo que tú digas - le dí la razón para que me dejara en paz

-Sabes que llevo razón - murmuró - pero además te aterra enamorarte de Inma

-No voy a enamorarme de ella -lo miré desafiante

-Ya lo veremos, Isa, ya lo veremos -sonrió sabedor de que llevaba la razón

Cuando volvimos al salón Villa y Sue ya estaban allí y parecían haber arreglado temporalmente su malentendido.

-Brindo por el éxito del evento de hoy - dijo Martín alzando su bebida

Todos chocamos nuestras copas de una y bebimos. Pasamos el resto de la noche hablando. Villa y Sue nos contaron sus planes del fin de semana en esa casita a las afueras. Martín y Aleja se irían a pasar unos días a Medellín, y Simón y Eli aún no tenían nada planeado, aunque quizá se pasarían el fin de semana en casa de los Vargas.

-¿Y tú que tienes pensado Isa? Quizá Inma y tú podríais hacer algo juntos- sugirió Aleja sonriendo

-No hago yo planes con este ni para ir a la vuelta de la esquina- dijo Inma acariciando la cabeza de Malta que estaba apoyada en sus piernas

-Podría decir lo mismo - añadí

-¿Cuándo van a dejar esta pelea estúpida y van a reconocer que se gustan? - Preguntó Villa

-Cuando los cerdos vuelen - respondí

-Y las ranas tengan pelo - añadió ella riendo

Inma sacó su teléfono del bolsillo, miró la pantalla y su gesto cambió casi al instante. ¿Quién la estaría llamando para que aquella sonrisa se apagara de ese modo? Sin decir nada se levantó y se alejó del salón. Todos quedamos un poco sorprendidos por aquella reacción, pero seguimos hablando.

-Si me disculpan, voy al baño - dije levantándome del sofá

Salí de aquella habitación y recorrí el pasillo en dirección al baño. Cuando salí oí la voz de Inma que llegaba desde mi habitación.

- Mamá de verdad, no quiero saber nada- dijo con la voz rota- olvidaos de que tenéis una hija y dejadme ser feliz por una vez en la vida

Me asomé a la puerta evitando que ella me viera. colgó el teléfono se sentó al borde de mi cama. Respiró hondo intentando aguantar las ganas de llorar, que por la humedad de sus ojos eran bastantes.

-¿Ahora también te dedicas a espiar las conversaciones de los demás? - dijo sobresaltandome

-No era mi intención - respondí - además tú también invadiste mi intimidad, nadie te dio permiso para entrar aquí

No dijo nada, aunque me pareció verla reír. Mi comentario le había hecho gracia.

- Lo siento - se levantó de la cama- por haber entrado aquí

Me sorprendió esa reacción. La Inma que hasta estos días había conocido me habría soltado alguna de sus ingeniosas respuestas, pero esa Inma, no era la de días atrás. Se la veía agotada y muy dolida. Recordé entonces algo que me dijo en el parque '¿te crees que eres al único al que le han dejado el corazón hecho mierda? ¿Que solo tú sufres?' Al ver aquella versión de Inma entendía su reacción esa noche y también porque se acercó a mi el día que nos conocimos.

-¿Estás bien? - pregunté

-No es asunto tuyo - bromeó intentando imitar el momento en que nos conocimos

Ambos reímos. Y ese ambiente tenso que existía entre los dos desapareció.

-¡Okey! Lo reconozco - dije- fui un poco odioso esa noche

-Espera- dijo fingiendo que grababa el momento - ¿puedes repetir eso? Es que cuando se lo cuente a los demás no me van a creer y sé que negarás haberlo reconocido

-Sí, lo negaré - reí

-Estaría bien que fueras así siempre - suspiró - te hicieron daño y lo entiendo, pero no pagues tu frustración conmigo...yo no tengo la culpa

Su mano acarició mi hombro antes de que ella saliera de la habitación, dejándome allí. no sabía que acaba de pasar entre ambos ni si quiera si aquello iba a durar o al día siguiente volveríamos a tirarnos los platos a a cabeza, pero me gustaba la sensación que nuestra pequeña conversación me había dejado.

¿Quién te dijo esa mentira?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora