(Inma)
La noche estaba siendo divertida. Ver a las chicas con algún que otro trago de más era un show digno de disfrutar. Me senté en una de las butacas del apartado que nos habían habilitado en el local y di el último trago a mi bebida, mientras observaba a mis amigas bailar como si les fuese la vida en ello. Eché un vistazo a mi móvil. Eran casi las cuatro de la mañana y tenía un par de mensajes de Isaza. Un par de audios que escuché a duras penas. Reí al escuchar no solo la voz de Isaza sino también de la Villa, ambos completamente borrachos y riendo a carcajadas.
Me levanté del asiento y fui en busca del baño. Allí me eché algo de agua en la cara para despejarme. El cansancio empezaba a atacarme y sabía que no duraría mucho más. Salí ara volver de nuevo con las chicas con la suerte de que choque de frente con alguien que tiró sus copas sobre mí.
-Perdón, no miré por dónde iba - dijo una voz que me resultaba muy familiar
-¿Sebas? - dije al alzar la vista
-¿Inma? - respondió él mientras se dibujaba una enorme sonrisa en su cara
-¿Cómo tú por aquí? - pregunté sorprendida de verle
-Podría preguntarle lo mismo, señorita - enarcó una ceja- ¿le parece que salgamos fuera para hablar?
Asentí y le seguí hasta la calle, dónde nos sentamos en un saliente de la fachada del sitio. Me miró sonriente y casi emocionado por verme sin Isaza cerca.
- ¿Qué te trajo de nuevo por Bogotá? - pregunté
-Tuve algunas entrevistas por la ciudad y aproveché para ver a algunos amigos - contestó - y reconozco que me alegra verle otra vez
- Yo también me alegro de verte - sonreí levemente
-Creo que a Isaza no le gustaría oírle decir eso - bromeó
-Créeme que a Juan Pablo eso sería lo que menos le importaría ahora - reí
-Seguro lo único que le importa ahora es verla vestida de blanco - dijo sujetando mi mano y pasando su dedo pulgar sobre el anillo - es un tipo con suerte - suspiró
Me quedé callada durante unos segundos. La verdad es que no sabía muy bien que decirle. Miré hacía el otro lado de la calle, como si allí fuera a encontrar algo que cortara ese silencio que se había hecho parte de nosotros, pero lo único que vi fue una grupo de chicos ebrios disfrazados.
-¿Isaza? - dije al verlo entre ese grupo de chicos - pero ¿qué hacen aquí?
-Miren ahí está la niña más linda de todo Bogotá- dijo acercándose a mí
-¡Discrepo con usted, perro! - exclamó Simón
-Pero ¿no iban a pasar el fin de semana en la finca? - pregunté cuando tuve a Isaza la suficientemente cerca
- Y así era, pero hemos decidido salir por la ciudad - me respondió
El olor de sus aliento alcoholizado hizo que se me revolviera el estómago. Me tapé la boca como si así fuera a detener esas horribles ganas de vomitar que habían aparecido de repente.
-No te acerques más - dije poniendo mala cara
-¿Estás bien? - preguntó Sebastián al ver mi gesto
Negué con la cabeza y corrí a una papelera cercana donde descargué todo lo que había comido ese día. Hasta ahora no había tenido nauseas durante el embarazado, nada había conseguido revolverme las tripas de tal manera como lo había hecho ese olor a alcohol.
-Vaya Isaza, le causas nauseas a tu novia - dijo un muchacho entre risas
-Alcohol y embarazo - empezó a decir Simón- mala combinación
Alcé la vista y sentí como mis mejillas se ruborizaban ante el grupo de chicos que me miraban como si yo fuera un mono de feria.
-¿Estás mejor? - preguntó Isaza a una distancia prudente
-Sí, mientras no te acerques demasiado - bromeé
Sonrió divertido y me dio un toquecito en la nariz. Las chicas salieron del local buscándome, parecían preocupadas y es que ya llevaba bastante rato allí fuera.
- Estabas aquí - dijo Sue aliviada - creíamos que te había pasado algo, pero ya veo que estabas bien acompañada - dijo mirando a Sebas que la saludó con una de sus sonrisas - ¿Y vosotros que hacéis aquí? - preguntó sorprendida al ver a los chicos
- Lo mismo que ustedes - le respondió Villa sonriente y casi marcando territorio ante Sebastián
-Se aburrieron de la finca y vinieron a salir por la ciudad - dije riendo
-Ya que estamos todos sigamos festejando juntos - dijo Simón pasando el brazo sobre los hombros de Eli, quién le apoyo en su idea
No tardaron mucho en volver al interior de aquel antro acompañadas por los muchachos, incluido Isaza que miró a Sebastián de una forma casi desafiante antes de unirse al grupo de amigos. Miré hacía mi derecha donde Sebas permanecía callado, supongo que asimilando no solo que me iba a casar con Isaza sino que además estaba embarazada.
-Así que era eso - dijo al fin
- ¿El qué? - pregunté un poco perdida
-Como dije antes la notaba distinta - sonrió - y ahora sé lo que es. Estoy seguro de que será una gran mamá y espero que les vaya muy bien...
Me despedí de él ya en el interior del local y no tardé mucho en encontrar a las chicas. Vi a Isaza sentado junto a uno de sus amigos y me acerqué a ellos.
-Tienes cara de cansada - dijo Juan Pablo acariciándome la mejilla
-Es que estoy cansada - respondí - estamos cansados - me corregí
-¿Quieres que te acompañe a casa? - preguntó
-Estás tú como para acompañarme - ironicé
-No voy tan mal - se quejó - apenas bebí
-Apenas bebiste agua - añadió su amigo riendo
Me senté en sus rodillas de espaldas a él, que paso sus brazos alrededor de mi cintura y dejó un dulce beso sobre mi hombro. Observé a Tania y Alejo reír. Se les notaba felices y muy emocionados por su gran día. Hacían una pareja preciosa y adoraba la forma en que se complementaban el uno al otro. Tenían una manera propia de entender el amor y esperaba que el matrimonio solo afianzara eso que tenían.
-Su relación es tan especial como la nuestra - susurró Isaza que se percató de que estaba mirando a Tania y Alejo
-Nuestra relación no es especial - reí
-¿Ah no? - se sorprendió
-No - respondí - nuestra relación, está en peligro de extinción
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¿Quién te dijo esa mentira?
FanfictionAl final del camino siempre encuentras a esa persona capaz de reparar un corazón tan roto que parecía no tener arreglo. Sabe exactamente que hacer, o decir para cicatrizar esas heridas que no cerraban. Por que a veces tenemos que rompernos, para q...