《33》

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-¡Me voy, Itachi! -gritó un Sasuke bajando las escaleras corriendo y dirigéndose a la puerta de la casa.

-Hey, hey, espera. -se interpuso el mayor- ¿Por qué tanta prisa? ¿Acaso recogerás a Sakura? Qué triste, a este grado han llegaddo tus celos.

-No es eso, tonto. Quedamos de vernos un poco antes de la clase para pasar un rato juntos, después de que su amiguito llegó no se despega de ella en toda la clase.

-Wow, me siento muy orgulloso de ti, hermanito. Controlaste tus celos, encontraste una solución y dejaste de lado tus celos. ¡Bravo!

Itachi aplaudió repetidamente y le sonrió: Ah, si, claro. Controlé mis celos. -respondió con ironía el menor- En fin, nos vemos en la tarde.

Y se fue. 

Itachi se rió y tomó las llaves del auto que su padre les dejó. Lo encendió y se encaminó a la casa de los Haruno. Al llegar y descender del vehículo, tocó el timbre y fue atendido por la pelirosa a la que iba a buscar.

-Oh, Itachi-kun, ¿qu-qué haces aquí? Sasuke no está conmigo -respondió apenada.

-Lo sé, bonita. Él ya debe de estar en la escuela. A la que vengo a buscar es a ti -le sonrió dulcemente.

-¿A mi? -asintió- ¿Es por lo de Sasori? Porque le dije a Sasuke que sólo es un amigo y que no lo cambiaré por él -comentó nuevamente de más.

El Uchiha soltó una carcajada y volvió su vista a ella: -Me encanta como echas de cabeza a mi hermano sin que te lo pida. -la pelirosa no entendía- Vamos, te llevo a la escuela y vamos hablando, ¿si?

Con una sonrisa un tanto insegura aceptó. Regresó al interior de su casa, tomó su mochila y avisó que se marchaba a la escuela.

Al entrar al auto de Itachi sus nervios aumentaron, no importaba sí ya llevaba seis meses de relación con Sasuke, estar con su hermano a solas la inquietaba.

-Entonces... ¿de qué querías charlar conmigo?

-Sólo quería confirmar lo que sospechaba del pequeño Sasuke, -dijo mirando al camino- Ese escuincle cree que me ve la cara, pero olvida quien soy.

Otra risa por parte de Itachi que, junto con la confesión, hicieron que Sakura pudiera respirar y se relajara. Mirando por la ventana con una melodía de la cual desconocía el nombre la hicieron darle vueltas al asunto de Sasuke y sus celos continuos por cualquier remoto contacto con chicos; casi siempre era lindo que la celara, eso le decía que de verdad la quería, pero comenzaba a alejar a todos sus amigos, y eso no quería que pasara.

-Itachi-kun, ¿puedo preguntarte algo? -dijo con una voz apenas audible.

-Ya lo has hecho. -rió, y notó que la ojijade junto a él lo tomó muy literal- Bromeo, bonita. Dime.

-De casualidad tú sabes... ¿sabes por qué Sasuke-kun es tan, ya sabes, celoso?

Haruno temía que el mayor se molestara por ser directa respecto a la actitud de su hermano, pero sí quería estar con Sasuke y sus amigos sin tener que sacrificar a ninguno de los dos necesitaba ayuda del que mejor lo conoce.

-Ja, sabía que algún día pasaría esto. ¡Ah, pero no! "Li tingi tidi biji cintril". -imitó con muecas divertidas a Sasuke.

-¿Qué? -preguntó la pelirosa soportando una carcajada.

El azabache frenó el auto y giró un poco su cuerpo para ver cara a cara a la chica: -Escucha Sakura, no me correspondería a mi contarte esto, pero sí no lo hago creerás que mi hermano es un loco posesivo -rió pero recuperó su postura seria- ¿Alguna vez Sasuke te ha hablado de nuestra familia?

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