《35》

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-Izumi, ¿por qué estás aqui? -dijo el pequeño azabache mirando a la chica mayor.

-¡También me da gusto verte, Sasuke-kun! -dijo la castaña apretujándolo contra él- Tan lindo como siempre.

Una mueca de disgusto y pena fue la que hizo Sasuke mientras intentaba ocultar la presencia ya obvia de la pelirosa.

-Bu-bueno, dile a Itachi que vuelvo luego.

Se dio la media vuelta y comenzó a empujar a Sakura fuera de la propiedad, lo que menos quería era que su cuñada y hermano hicieran de ello una conspiración en su contra.

-¡Hey, hermanito! Vuelve a acá -gritó desde el marco de la puerta, detrás de la castaña Itachi.

-Ah, no. Iremos a dar una vuelta y luego regreso.

-Irán a dar una vuelta mis calzones, ¡vengan! La pasaremos increíble. Izumi hizo un arroz, de-li-cio-so.

El mayor salió y arrebató a Sakura para adentrarla a la casa. Sasuke los siguió derrotado y haciendo que Izumi riera.

-Siéntente como en casa, bonita. Serviré la comida.

-Déjame ayudarte, Itachi-kun.

Cuando Sasuke vio que esos dos estaban fuera de perímetro tomó la mochila de Sakura y a ella para salir de ahi.

-Sasuke-kun, ¿qué haces? -pregunta divertida.

-Nos iremos antes de que regresen. No dejaré que te abrumen co sus preguntas toda la tarde.

La pelirosa se detuvo y miró con la ceja encarnada al azabache: -No puenso ir a ningún lado. Quiero conocer a Izumi-chan y me gusta hablar con Itachi-kun.

-Con que no te guste Itachi -se quejó entre dientes y mirando a otro lado.

-¿De qué hablamos hace rato? -el tono era amenazante. Auroritario.

Bastó eso y una carita de cachorrito para que el Uchiha aceptara, de mala gana, pero aceptara.

Entraron de nueva cuenta y se sentaron en los mismos lugares de antes. La pareja mayor salió entre risas y cuchicheos de la cocina con bandejas y platos en las manos.

-Bueno pequeños, sírvanse.

Todos con palillos en los dedos hicieron uma reverencia e iniciaron a comer. En un principio las únicas que hablaban eran Sakura e Izum, mientras que Sasuke e Itachi intercambiaban muecas entre ellos: el menor le reclamaba a Itachi y éste sólo le seguía el juego.

-Entonces, ¿desde cuándo eres novia de Itachi?

-Bueno, no llevamos la cuenta, pero más o menos...

-Tres años, seis meses, dos semanas, un día y, -mira su reloj- cuatro horas.

-Aww, qué tierno -comentó emocionada la pelirosa- Son tan lindos.

-Son muy molestos.

-Lamento informarte esto hermanito, pero pronto tú y Sakura serán igual o más molestos que nosotros.

Sakura se sonrojó y Sasuke se limitó a emitir su típico: -Hmp.

Y sí eso no fue suficiente para molestar a su hermano, Itachi tuvo una grandiosa idea.

-Oigan, ahora que lo pienso, tengo un par de álbumes llenos de divertidas y muy tiernas fotos de Sasuke, ¿quieren verla?

Sasuke refunfuñó pero no se opuso creyendo que se trataba de un álbum de cuando se graduó de la academia de artes marciales con honores, o cuando era bebé y sólo hacía caritas tiernas. Itachi sacó un cuaderno regordete, con tapas azules y detalles rojos con blanco. Jamás había visto ese álbum.

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