《66》

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Especial Sasusaku

-¡Bienvenido a casa! -gritó feliz Itachi una vez que su hermano estuvo delante de él en el aeropuerto.

La expresión de Sasuke no era la que el mayor esperaba, podía ver tranquilidad en él. Esta persona era totalmente distinta a la que le había llamado antes de abordar el avión.

-Hola, hermanote. -lo abrazó por un corto tiempo- Te extrañé.

Itachi quedó paralizado, inclusive podía sentir miedo de no ver al emo de siempre. Se apartó de él y lo miró de pies a cabeza.

-¿Quién eres y qué le hiciste a mi hermano amargado y engreído? -dijo con una gélida voz.

Sasuke resopló: -¿Engreído? Hmp, mejor cállate sino quieres que te de un golpe en la jeta. -respondió altanero y sin miedo a ser escuchado por completos desconocidos.

El mayor dejó salir un grito y se abalanzó al azabache llenándole de besos y apretones de  mejillas.

-¡Idiota, suétame! -tras llamar un poco la atención y provocando risas de niños y adultos ambos hermanos se detuvieron y se dieron un apretón de manos decente.

-¿Dónde dejaste a Izumi? Creí que vendrías con ella. -dijo Sasuke una vez empezaron a caminar directo a la salida.

-Si, no se sentía bien y le dije que mejor se quedara en casa. -contestó casi de inmediato.

-Ohh, ya veo. Te dejó plantado.

Itachi bajó la cabeza avergonzado y sintiéndose el ser más pequeño del planeta.

Llegaron al carro entre burlas y manoteos. De hna camioneta bajaron Fugaku y Mikoto, que se acercaron a saludar a su hijo.

-Bienvenido a casa, mi amor. -dijo dulcemente la mujer.

-Gracias, madre. -reverenció el chico antes de subir al auto y saludar a su papá.

Una vez que los cuatro estuvieron a bordo, arrancaron. Itachi y Sasuke viajaban en la parte trasera.

-Bien, cuéntame. -pidió el mayor.

-¿Eh?

-¡Vamos, cuenta!

-Pfff, como quieras. Ejem, uno, dos, tres, cuatro... -Itachi aterrizó su palma en la nuca del chico- ¡Qué te sucede!

-Chistoso. Cuéntame por qué después de despedirte de Sakura estás de tan buen humor. Cuando hablamos por teléfono te escuchabas molesto.

-Tsk, no es importante. Lo resolvimos como adultos. -Itachi le miraba como cachorro para que diera detalles del tema, a lo que Sasuke rodó los ojos y suspiró- Bien, te contaré todo.

Mientras todos sus amigos estaban pasándola bien y dormían plâcidamente, Sasuke y Sakura tenían un nudo en la garganta y el estómago lleno de termitas devorándolos por dentro.

-Creí que te irías a América en dos semanas más. -rompió el silencio la Haruno.

Estaban en la azotea de la casa de ella.

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