-¡Despierten, perezosos! La mañana es joven y tenemos muchas cosas por hacer -entró gritando el peliplata a la habitación del equipo siete. Ya había entrado a despertar al resto de su clase.
-Si, si... sólo cinco minutitos más -murmuró somnoliento el Uzumaki.
-Oh, en ese caso dejaré que Hinata se coma todo el ramen que ordené especialmente para ustedes.
Y como sí fueran palabras màgicas el rubio se levantó volando y sin siquiera cambiarse se dirigió al comedor para alcanzar su preciado ramen.
En la cama junto a la del Uzumaki estaba Sasuke cubriendo todo su cuerpo con la cobija y tapando su rostro con la almohada. Kakashi se acercó sigilosamente y tomando una botella de agua la derramó sobre el chico.
-¡AGH! ¿Qué diablos, Naruto? -se levantó y vio que no era su rubio amigo- Kakashi, ¿qué quiere? ¿¡Y por qué me mojó de esa manera!?
-Levántate cabello de pato, vamos a desayunar o no les dejarán nada más que sobras. Kiba y Chouji amenazaron con que lo harían.
-¿Pelos de pato? Al menos no parezco un gran colmillo como usted -atacó de vuelta haciendo reír a su profesor.
La puerta donde dormía Sakura se abrió dejando ver a la pelirosa con sus ojos hinchados y su cabello hecho un nido; tallaba sus ojos mientras lanzaba un pequeño bostezo. Había escuchado ruidos y creyó que Naruto y Sasuke ya estaban peleando de nuevo, así que iría a detenerlo, pero al percatarse de la presencia de su sensei se apenó.
-Ka-Kakashi sensi, ¿qué hace aquí?
Sasuke se sonrojó al verla, pero lo ocultó o por lo menos no dejó que el mayor lo notara.
-Anda Sakura, dile a tu novio que se aplaque los pelos y bajen a comer un poco, porque hoy es día de relajación.
Haruno asintió y sonrió.
-Antes de que se vaya, ¿puedo pedirle un favor? -preguntó con la mirada en sus pies desnudos.
-Claro, ¿qué pasa?
-Sasuke-kun, ven -el azabache obedeció y se colocó a su lado evitando la mirada de Hatake- Sensei, ¿puedo tomarnos una foto?
Al principio no entendía porqué querría una foto de ellos con la lagaña en los ojos, pero cuando se dieron la vuelta entendió.
-Por supuesto. ¿Me permites?
La pelirosa le extendió su celular y regresó a su posición para que la foto fuera un éxito.
-Listo, quedó perfecta, chicos.
Sasuke sólo asintió como agradecimiento mientras esperaba a que Sakura lo dejara ver.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
