Familia

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Escuchó sus pasos en la oscuridad de esta cueva, se que esta ahí. La llama de Lizardon me da la iluminación que necesito, poca pero la necesaria. Esta en el techo. Desenfundo mi espalda, él salta, yo me giró y en cuanto cae ya tengo el filo de mi arma contra su yugular. Sonrió y el también.
–Basta por hoy -me dice- El entrenamiento de hoy ha terminado. Pero dime, ¿cómo supiste que no era un Zubat?
–Facil -le respondí- Los Zubat saltan a montones en cuanto te ven, pero tú esperaste.
Regrese a Lizardon a su pokebola y salí de la Calle Victoria al lado de Koga, el ninja experto en venenos, quien durante un par de semanas me ha entrenado y a otros soldados de Kanto desde que el gobierno en Johto de Mascara de hielo fue derrocado. Desde entonces nos hemos estado preparando para vencer a Teselia definitivamente.
Una vez fuera de la cueva, me dislumbre un poco por la luz del día, razón por la cual no vi cuando Jaden vino corriendo hacía mí y cual flecha se arrojó haciendo que ambos cayéramos al agua.
–Jaden idiota, harás que pesqué un resfriado.
–Pues será lo único que pesques, ya que ni los Magikarp pican los anzuelos de tu vieja caña.-Respondió sonriente.
–Pues yo fui quien acabó la plaga de Rattatas en nuestro cuartel.
–Y yo fui el héroe en lo reconquista de Ciudad Fucsia.
–Eso no viene al caso... -le comenté pero lo ignoró- Y yo soy quien peleó al tú por tú contra Mascara de hielo y lo hirió.
–Pero ¿quién tiene 3 medallas de honor?
Era cierto. Él tenía 3 medallas y yo solamente 2. Comenzamos a forcejear un poco en el agua, y de pronto una veloz serpiente marina nos salpicó además de que nos hundió. Cuando salimos a flote, vimos a Lance sobre su Dragonair, seguido de Debora y su Dratini, otra alumna del maestro dragón, una chica de 11 años, de pelo azul celeste y carácter insoportable.
–Hey, Lance, ten más cuidado o lo pagaras -le advertí, y Jaden añadió.
–Por cierto, ¡esa capa se te ve ridícula!
Tras ello, nos fuimos de la Meseta Añil. Era día de visita familiar. Tendría la oportunidad de ver a mi madre y padre juntos de nuevos. En el camino Jaden y yo nos encontramos con nuestra amiga Karin, quien llevaba su cabello castaño en una cola de caballo e iba acompañada de un Vulpix.
–¿Verdad que es tiernisimo? Y abrazable.
Nos dijo cuando se acerco a nosotros con el zorro en brazos.
–Te prestaría a Rockruff para que lo abrazaras, si no fuera que quizás no me lo devuelvas.
Le dije y caminamos juntos los tres de vuelta a Ciudad Verde, la cual defendí en aquella ocasión exitosamente en contra de Surge. El sargento Surge.
–Oigan, -llame su atención- ¿no se ha sabido nada de Surge?
Ambos se miraron, y Karin habló.
–Oficialmente nada, pero existe el rumor de que el ya ha vuelto. Que en alguna parte ha estado reorganizando sus tropas para atacar la Meseta Añil.
–Son solo rumores -aclaró Jaden- Personas que dicen haberlo visto paralizando a sus rivales, que cuentan que el S.S. Anne surca de nuevo las aguas, tratando de cumplir tanto nuevos como viejos objetivos.
–Aja, creo que entre  sus objetivos estaría conseguir mi cabeza.
–Tranquilo Saske, son solo rumores, tu cuentas que viste como Gray hundió ese barco. -Explicó mi amigo, pero lo que me tomó por sorpresa fue lo que dijo después.- Rumores como los de la Orden de la flor.
–¿La orden de la flor?
Les interrogué, y Karin fue quien me contestó, presentandome una extraña narración que parecía leída.
–Entre los tantos soldados de Teselia, existe un grupo especial llamado la Orden de la flor, encargados de custodiar el linaje real desde tiempos ancestrales. Sus miembros son entrenados desde pequeños con el fin de crear fieros guerreros que protejan a su nación y a su rey. O al menos esos es lo que la gente cuenta.
–Bah, patrañas. -Protestó Jaden pateando un poco de césped.- Dudó que exista tal cosa. Y en estos tiempos ya ni siquiera hay reyes.
Llegamos finalmente a Ciudad Verde, donde nos separamos. Jaden desde siempre vivió en ese sitió, mientras que la familia de Karin fue trasladada ahí tras lo que paso en Ciudad Plateada, así que en esa urbe ellos se reencontrarían con sus familiares. Por mi parte me dirigí a Pueblo Paleta. Deje salir a Lizardon para que juntos recorrieramos los caminos que varias veces habíamos cruzado ya hace tiempo. Cuando vislumbre los umbrales del pueblo, acelere el paso y vi un imponente Arcanine cruzarse en mi camino, para después bajar la cabeza y recibir unas cuantas caricias mías.
–Vaya, hola Arcanine. De modo que ya llego papá.
Deje al perro con mi lagartija y casi corrí para llegar a casa. Me sentí como un niño. Finalmente abrí la puerta y allí estaban mamá y papá.
–Hijo...
Mi madre se abalanzó en un abrazo sobre mí en el cual hubo un par de lágrimas. Me sentía tan feliz de verla a salvo, y ella sentía lo mismo. Después me soltó y mi padre fue el siguiente en abrazarme. A él lo veía de vez en cuando en la Meseta Añil, pero no era lo mismo. Cuando nos soltamos, mi mamá nos sirvió su platillo estrella para comer. Luego papá y yo jugamos unos cuantos partidos en una consola. Comimos, platicamos, reímos. Todo como antes de que empezará la guerra. Al terminar, ellos me hablaron muy serios.
–Hijo, hay algo que debo decirte, bueno ambos.
Creía que sobre tener cuidado o algo así, de modo que respondí.
–Si, tendré cuidado y eso...
–No Saske -mamá me interrumpió, y su expresión seria mudo en una sonrisa- tú padre y yo tendremos otro hijo. Tú tendrás un hermano.
Yo tarde unos segundos en procesar esas palabras, las últimas 4, y cuando lo hice no cupe en mí de gozo. Salté y grité. Un hermano, siempre quise uno y ahora lo tendría, que importaba la guerra, yo lo protegería. Yo lucharía. Yo tenía una razón más para seguir adelante. Finalmente, tras más abrazos de mi mamá, mi padre y yo salimos de la casa. Entonces vi a Arcanine y a Lizardon. En ese momento deseé que mi hermano fuera como el fuego, que arrasará con todo lo que se propusiera y que siempre hiciera arder y brillar su vida al máximo. Papá y yo caminamos de vuelta a Ciudad Verde, con un par de sonrisas dibujadas en nuestros rostros. En la entrada nos encontramos con Jaden y Karin, quienes, al igual que yo se veían felices, Jaden un poco fastidiado, pero feliz.
–Hola Saske. Hola señor Fir. -Saludo primero mi amigo castaña.
–Buena tarde señor Fir. Que onda bro. -Saludo mi amigo el engreído pelos parados.
Ya todos juntos, papá nos llevó a una casa donde un señor un poco mayor abrió. Entramos y tenía mucha ropa regada por ahí. Mi padre hurgo un poco en esa ropa hasta que se puso una chaqueta roja y habló.
–Debido a la forma en que empezó todo,  la mayoría de nuestros soldados eran voluntarios y no tuvimos mucho tiempo para organizarlos del todo, es por ello que enviamos a jóvenes como ustedes a varias misiones. Bueno, el punto es que hasta ahora no pudimos darles un uniforme, y eso sumado a que muchos de los líderes tampoco lo usan hizo que nuestra vestimenta no fuera prioridad. Pero ahora que planeamos reunificarnos, debemos tener una marca que nos identifiqué. Así que, por mínimo que sea tomen una chaqueta de las que hay aquí, no importa si los colores son distintos, el corazón es el mismo.
Yo tomé una y vi que justo donde de traerla puesta estaría nuestro corazón, bordada estaba las figuras de Articuno, Zapdos  y Moltres alrededor de una estilizada letra K, el escudo de armas de Kanto. Tras estar buscando, elegí una roja con detalles en negro; Jaden se declinó por una azul marino con partes celestes y en cuanto a Karin se probó varias ante la atenta mirada de Jaden, quien le sugirió una verde pasto que término escogiendo, sin embargo todas tenían en común el escudo de Kanto. Agradecimos (y pagamos) al señor y abandonamos ese lugar con nuestros uniformes. Me sentía bien con ella, y no sólo era porque me veía bien, si no porque esto era un símbolo de mi lucha por Kanto. No obstante, tras dar unos pasos, un hombre llegó corriendo junto a nosotros al lado de un Starmie y le habló a mi padre.
–Señor Fir, tenemos un problema.
La cara de mi padre cambió. Al parecer ese hombre era un oficial bajo su mando.
–Dime Klaus, ¿qué sucede?
–Le dire la versión corta. Gracias a los constantes rayos arco iris que Starmie lanza al espacio, intercepto un mensaje enemigo, un plan. Esta noche Teselia intentara un ataque aéreo contra la Meseta Añil...

Pokémon: La guerra de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora