–No puede ser.
Murmuré. No tenía ni un solo rasguño.
–Pero ¿cómo? -preguntó Lizzi asustada- ¿cómo es que es tan poderoso?
Karin dio un pasó hacia atras y levantó el puño con frustración.
–Se supone que atacamos con todo lo que teníamos...
–Si fuera fácil no sería divertido.
Argumentó Jaden con una sonrisa. Karin lo miro y suspiró de alivió. Jaden siempre la hacia sentir tranquila en las situaciones más dificiles. Mi amigo le gritó a la máquina:
–Escucha, pedazo de chatarra. No me importa si supone que eres Reshiram, Dunsparce o el mismo Arceus en persona, voy a extermitarte porque te metiste con mis amigos.
Jaden caminó hacia él con decisión.
–Espera.
Le pedí. Él volteó y me dijo:
–¿Crees que necesitamos un plan?
Caminé hacia él y le respondí.
–Si pero también me necesitas a mí.
–A nosotros.
Me secundó Karin.
–Yo si tengo un plan.
Nos anunció Lizzi con voz seria. Los tres volteamos a verla mientras ella se colocaba un auricular en su oreja y sacaba su laptop de su mochila.
–Haré algo pero necesito tiempo. Consigan algo de tiempo por favor.
Jaden dio un pasó al frente y dijo:
–Tengo una idea - y dirigiéndose al dragón gritó-Hey, enorme engranaje de porquería, ¿qué haces aquí?
Todos creímos que eso no tenía sentido, porque era un robot, no obstante de los ojos del dragón se creo un holograma de una cristal rojo con forma de lente, y una voz madura y calmada se escuchó:
–Saludos, pueden llamarme Ojo Rojo. Me dirijo a ustedes, Alto Mando de Kanto, escuchen: si se rinden ahora y se entregan, el Reshiram mecánico se irá y nada pasará. No obstante, si se niegan el arma que he enviado destruirá la Meseta Añil y a todos los que se encuentren en ella. Si en verdad les preocupa Kanto, saben lo que tienen que hacer.
Eso nos dejó anonadados. Este dragón iba dirigido contra la Meseta Añil, al igual que el anterior.
–Así que el anterior fue solo un demo, este es el arma definitiva de Teselia.
Dijo Jaden tomando con fuerza su pokebola y con una sonrisa de desesperación en su rostro.
–Y tuvimos la desgracia de cruzarnos en su camino.
Murmuró Karin, pero yo la corregí:
–La fortuna, así podremos frenarlo aquí y ahora. Puesto que nosotros somos soldados de Kanto.
Y me tomé el escudo de Kanto que tenía en mi chaqueta a la altura del corazón. Jaden hizo lo mismo y objetó:
–No, somos guerreros de Kanto.
Pero en ese momento el holograma desapareció y el robot rugió.
–¡Todo listo! ¡Inicien!
Anunció Lizzi tras nosotros y los miembros del Proyecto TLT usaron sus pokémon psíquicos para poner una gran caja de energía alrededor del dragón.
–¡Ahora subanlo!
Indicó la chica de los anteojos y la caja comenzó a descender. Planeaba ahogarlo. Sin embargo, el dragón comenzó a converger en su centro y de golpe se abrió liberando una gigantesca onda de calor que fragmentó la caja psíquica.
–Lizzi, dime que eso era parte de tu plan.
Le pregunté cubriendome del calor.
–No, claro que no. Sabía que era poderoso, pero creo que lo subestime.
Me respondió con aflicción en su voz.
–No hay tiempo para lamentos, piensa en algo más.
Le pedí, y ella se mordió una uña para contestar.
–Tengo una idea, pero preferiría no usarla, y además de que necesito tiempo es arriesgada.
–La vida es un riesgo.
Argumentó Jaden, a lo que ella asintió mientras se preparaba para hablar a través del auricular:
–Todos, nuevo plan: concentren toda la energía en una plataforma bajo el dragón y subanlo lo más alto que puedan.
Dicho y hecho, el Reshiram artificial comenzó a elevarse como si se encontrará en un elevador, hasta que vimos que se encontraba a muchos metros por encima de nosotros.
–Dudo que se mantenga ahí por mucho tiempo.
Analizó Jaden.
–Pues nosotros tendremos que ir a detenerlo- le dije- somos los únicos que están libres.
Regresé a todos mis pokémon y mis amigos hicieron lo mismo.
–Tengan.
Nos dijo la chica de ojos azules entregandonos unos comunicadores.
–Les avisare cuando todo este listo por ahí. Solo distraiganlo el mayor tiempo que puedan.
Nos explicó. Jaden rió mientras se colocaba el suyo.
–No te preocupes por eso, nosotros mismos nos encargaremos de vencerlo.
Asenti y les incité:
–Vamos.
–¿Y qué estamos esperando?
Nos preguntó Karin mientras nos tomaba a ambos de las muñecas y nos jalaba para saltar por la borda. Cuando caíamos directo al agua, una fuerza nos detuvo.
–Sabía que nos ayudarían a llegar.
Nos dijo Karin y volamos hacia el dragón blanco gracias al poder psíquico de nuestros compañeros. Tras volar un poco, al fin llegamos con el robot, quien al vernos empezó a cargar fuego en su boca.
–¡Rápido -grité-: la tríada!
Sacamos a Lizardon, Wartortle e Ivysaur, y les ordenamos al mismo tiempo:
–¡Ataquen!
Usaron Lanzallamas, Hidrobomba y Hojas navaja contra el Lanzallamas del ojos azules. Ambos poderes chocaron y estaban bastante igualados.
–Vamos, ustedes piden.
Animó mi amigo, pero pese a eso las llamas del robot se fueron intensificando hasta que nos colocó contra las cuerdas. El fuego empezó a invadir a nuestros pokémon y pronto saldría de ahí, así que me adelante un par de pasos para proteger a mis amigos. Y finalmente los barrió junto con el mar de llamas que se dirigía contra nosotros. Me cubrí, pero aún así el resquicio me tocó y con fuerza me lanzó. Rodé varios metros por el suelo hasta que en la justa orilla me detuve. Sentí que me dolía todo.
–Hey amigo, voltea.
Me giró Jaden del hombro y me recostó vista al cielo.
–Tonto, no seas tan temerario.
Me reprendió mi amiga. Yo sonreí y me senté. Ahí me di cuenta de que tenía un par de quemaduras. Mirandolas, dije:
–Si no tenemos cuidado podríamos morir.
Jaden observó al dragón, que respiraba humo y escupía calor, y comentó:
–Tiene un tiempo de carga muy lento.
–¿Qué?
Le cuestioné, y el explicó:
–A pesar de ser muy fuerte y poderoso, no carga el fuego con tanta velocidad. Si recuerdas, al robot anterior se le estaba acabando,en este al parecer se corrigió eso haciendo que su poder fuera de alguna forma renovable, pero por ello tarda en carga su fuego. Es por ello que nos ataca y luego deja de hacerlo por un rato.
–Entonces hay que aprovecharlo, pero para ello necesitamos un punto débil al cual apuntar.
Los tres nos pusimos a pensar un momento Karin gritó de alegría:
–Ya sé, su cola. Todas sus ataques parecen confluir de ahí.
–Así es - le felicité- además el Zekrom también tenía sus poderes ahí.
–Pues habrá que detenerlo.
Apenas había dicho mi amigo cuando el dragón volvió a rugir y esta vez en lugar de un solo poder disparó diversos orbes contra nosotros hechos de puro fuego. Junto a nuestros pokémon corrimos para esquivarlos.
–Ve Lapras -sacó el pelos rebeldes a su pokémon y luego ordenó- Ambos usen Hidrobomba.
Y sus dos pokémon dispararon contra los orbes que desaparecieron.
–Si ese es el caso ve Croconaw.
Mi cocodrilo cayó en el campo de batalla y comenzó a apagar las esferas hasta que dejó de lanzar.
–Ahora, atrapalo Onix.
La serpiente de roca se abrió camino y llegó para atrapar al dragón.
–Yo me encargo.
Les dije desenfundando mi espada y corriendo hacia el dragón. Pero comenzó a soltarse del agarre de Onix. No obstante eso, Karin pidió:
–Es mío, vayan Ivysaur y Butterfree.
El sapo y la mariposa lo ataron con lianas e hilos respectivamente inmovilizandolo por un momento. Corrí con todas mis fuerzas y a cada momento estaba más cerca, sin embargo el robot aún no se planeaba rendir. Dejo de arrojar orbes y comenzó a liberar el fuego de su cuerpo en forma de erupciones a través de sus alas, hocico y cola, pero con tal potencia que lo envolvía en todo su metálico cuerpo. Y ante ello, Jaden ordenó:
–Wartortle, Lapras y tú también Croconaw, Hidrobomba.
Los tres dispararon agua contra el dragón disminuyendo al menos el alcance que el fuego tenía contra mí.
–¡Ya casi llego!
Pero, Reshiram aún tenía algo que decir. Comenzó a hacerse bola, y con violencia lanzó poderosas ráfagas de fuego en todas direcciones. Se quitó de encima a Onix, Butterfree e Ivysaur, y a mi casi me incinera, de no ser porque justo en ese momento Croconaw y Lizardon saltaron para protegerme. Aún así, con ellos encima salí volando hasta donde estaban mis amigos. Caí en el piso y sentía que me dolía todo.
–Saske, vamos levantate.
Me pidió Karin, y así lo intenté pero me di cuenta que sobre mí estaba Croconaw agitado y golpeado, en estas condiciones no podría hacer mucho más.
–Descansa un poco amigo.
Le reconforte mientras lo metía a la pokebola. Miré que Jaden hacia lo mismo con Onix, y Karin con Butterfree, quienes verdaderamente estaban debilitados. Miré a Reshiram y seguía intacto, además de que la plataforma tenía un enorme hoyo que nos separaba. Golpeé el suelo con fuerza y me dolió más de lo que debería.
–Maldita sea, tanto y nos estamos ni un centímetro más cerca de ganarle.
Sentí que me dolía todo y ya no tenía ideas, pero escuché algo en mi auricular:
–Tranquilo Saske, en un momento les envío refuerzos -levante la mirada esperanzado pero lo siguiente que oí fue a Lizzi discutiendo con alguien en una conversación rara cuanto menos: - ¿cómo que no quiere venir?... ¿cómo que le vale lo que nos pase?... ofrecele alcohol o algo... ¿cómo qué se lo acabó ya todo?... maldicion -y dirigiéndose a mí Lizzi me dio la mala noticia: - Saske, el refuerzo no va en camino. Creo que sus palabras textuales fueron: "Andense a la mierda, yo no tengo ni voy a hacer nada", aunque con acento escoces y dificultades para hablar por el alcohol.
A mi lado Jaden pataleo y se jaló los cabellos de la desesperación:
–Elizabeth, comunicame con la borracha.
Jamás había oído que a Lizzi la llamaran Elizabeth, pero eso no era importante. Tras unos momentos, al fin oímos la voz de Scotty en nuestros oídos:
–Whath rashos kierren? Ya he esho mas de lo ke ubierra kerido for ustedes.
¿Qué? Solo cumplió con llevarnos a través de Ciudad Azulona y nos ayudó en el puente, tampoco es que hubiera hecho mucho.
–Scotty, sin nosotros no hay trato, ¿recuerdas?
Le recordé, pero ella replicó:
–Eztamos fuera del terrytory de Teselia, aquí estoi a zalbo.
Tenía un punto, pero Jaden replicó:
–Escucha borracha, si no fuera por nosotros estarías todavía ebria y perdida en el bosque, así que no seas idiota y ven. -Lo siguiente que dijo le metió cizaña- Aunque comprendere que seas una mariquita miedosa, qje solo piensa en si misma por lo cual esta sola y siempre estará sola...
–Kayate... -le pidió la escocesa.
–y que aparte es una mediocre que muchas habilidades pero a la mera hora siempre vale madres.
–¡Callate! -le gritó Scotty.
–Largate con tu alcohol a seguir huyendo y regodeate en tu falso orgullo.
Concluyó mi amigo, pero Karin comentó una última cosa:
–Scotty, te necesitamos, ven por favor.
Y se cortó la comunicación.
–No crees que esta vez si te excediste un poco.
Le reclamó Karin a Jaden, a lo que el contestó:
–Ella necesitaba que me excediera.
Mire a Reshiram y se encontraba con el fuego a su alrededor a forma de escudo, preparado para liberarlo en cualquier momento. No atacaba, pero estaba cargando su energía.
–Hay que hacer algo.
Les dije. Llegara o no Scotty, no me iba a sentir a esperarla. Me ergui de pie y caminé con Lizardon a mi lado.
–No tienes idea de que hacer.
Me replicó Jaden.
–Aun así, debemos vencerlo o si no destruirá la Meseta Añil.
Le argumente sin mirar atrás.
–Yo tengo una idea. Lancemosle hojas cubiertas de agua, quizá logremos hacerle algunas heridas.
Nos sugirió Karin. No era muy complicada y parecía funcional, de forma que aceptamos.
–Wartortle, Burbuja.
–Ivysaur, Hojas navaja.
Las hojas volaron hacia el dragón rodeadas por burbujas, pero tuve una idea más.
–Lizardon, tose.
Mi pokémon con esfuerzo tosió algunas bolas de humo que cubrieron a las burbujas. Las hojas con esta protección se acercaron más y más a la cola del robot sin que este hiciera nada para detenerlas.
–Funciono -exclame con una sonrisa- por el humo no las detecto como una amenaza.
Las hojas impactaron contra la cola del enemigo sin que este recibiera daño, a lo que nosotros renegamos:
–Creí que podría funcionar.
Se disculpo mi amiga; no obstante lo que si logró fue despertar la cólera del dragón. La bestia mecánica miró a la castaña y a su sapo mientras que salía fuego de su hocico que disparó directo contra ellos en forma de estrella.
–¡Una llamarada!
Grité girandome pero fui demasiado lento. Todos lo fuimos. La llamarada impactó en el piso junto a Karin chisporreteando fuego en todas direcciones, siendo mi amiga y su pokémon los que recibieron el mayor daño. La luz del fuego me cegó, y lo siguiente que vi me horrorizó. La chaqueta de Karin se estaba quemando.
–¡Ayuda!
Pidió ella desesperada. El fuego se extendía desde las mangas hasta los hombros con enorme rapidez. Antes de que eso continuará, Jaden grito presa del temor:
–Lapras, Surf.
El pokémon acuático la cubrió con una capa de agua que la empapo y que también acabó por extinguir las llamas. Mi amiga vio a su Ivysaur debilitado así que lo regreso a su pokebola, la cual apretó contra sin misma. Luego se dejó caer al piso totalmente exhausta y afectada. Lapras le arrimó el hocico para confortarla y la castaña se lo acarició.
–Gracias.
Le dijo al pokémon. Jaden se acercó a ella y le preguntó:
–¿Qué es lo que te duele?
Ella extendió sus brazos los cuales tenían algunas quemaduras. Por suerte solo eso. Me acerqué un poco más y noté que las puntas de su cabello también estaban un poco chamuscadas, además de que escurrían agua. Ahí me di cuenta de que su cabello estaba suelto, lo cual era raro porque hace un momento llevaba la pañoleta que le regaló Sophie. Entonces de reojo vi volar algo amarillo y lo atrapé. Era la pañoleta de Karin. La llevé junto a mi pecho y comencé a caminar hacia ella. No obstante, ahí me di cuenta de lo acelerado que estaba mi corazón. Llegue junto a mi amiga mientras que mi amigo la tomaba de las manos.
–Ten.
Se la entregué. Ella agradeció mientras la tomaba y se la colocaba de nuevo en el cabello. Cuando terminó el nudo, estornudó.
–Basta, ten.
Le dijo Jaden mientras se quitaba su chaqueta azul y se la entregaba a mi amiga. Ella se despojó de su carbonizada y mojada chamarra verde para ponerse la de Jaden. Aunque noté que le dolían los brazos al pasarlos a través de las mangas. Con nuestra ayuda se puso de pie y sonrió, pero estornudó de nuevo.
–Espero no enfermarme.
Dijo ella. Yo la miré y con el corazón temblando le dije:
–Espero que no, porque cuando salgamos de esto te llevare a comer un helado, el helado más delicioso que habrás probado nunca. Es una promesa.
Ella me miró directo a los ojos y respondió mientras los suyos temblaban.
–Es una promesa, pero no llores que me vas a hacer llorar a mí también.
Entonces me di cuenta de que yo estaba derramando un par de lágrimas, y ella también ahora. Realmente temí por ella, pero estaba a salvo. Jaden me tomó por el hombro y con los ojos cerrados sonrió. En definitiva, no dejaría que les pasara nada mala a ninguno de mis amigos.
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Pokémon: La guerra de Kanto
FanfictionHola, mi nombre es Saske. Mi hogar es un pequeño pueblo de la región de Kanto llamado Pueblo Paleta. Hace diez años inició una terrible guerra entre Kanto y Teselia, en la cual yo tuve que pelear por mi patria. He aquí mi historia. Esta es una histo...