Lizzi

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Lizzi, de forma que Lizzi era su nombre.
–Tú debes ser Saske. ¿Qué puedo hacer por ti?
Prosiguió ella.
–Pues bien Lizzi, Kudai me dijo que tú podrías ayudarme con algo de la Central de Energía.
Le respondí. Ella se acomodó sus anteojos y comenzó a tecklear algo en su laptop.
–Oh, con que se trata de eso. -Luego terminó lo que sea que hacia y me dijo: -Ven a ver.
Indicándome que me sentara con ella en el suelo. Así lo hice y mire la pantalla.
–Pues bien este es un plano de la central de energía -me explicó- ¿qué es lo que exactamente quieres hacer?
–Lo que quiero es apagarla para dejar sin energía a Ciudad Azafrán.
Ante mi respuesta ella jugó con su cabello azabache como señal de que pensaba hasta que tuvo una idea.
–Lo tengo. Para hacer eso tendremos que apagar el generador, que es éste. -Y me mostró su ubicación en el plano a la vez que saltaba otra ventana en la que había una foto del dichoso generador - En teoría se necesitaría de una clave de acceso y una llave para apagarlo, y no tenemos ninguna de las dos cosas, no obstante no las necesito. Podemos ponerle un electroimán a base de Magnemites que cortará la corriente y así bye electricidad.
–Brillante. -Exclamé- No se mucho de estas cosas pero lo que dijiste es genial, Lizzi.
–Gracias -dijo ella en una risita.
–¿Ya tienes ese generador listo? Lo necesitó para mañana y así colocarlo antes del anochecer.
–Mmm, nop. Pero podría sé de alguien que lo tendrá listo.
Se levantó y le habló a un tipo que estaba por ahí.
–Hey, ¿dónde está Mello?
–Salió a ver las casas destruidas.
Le contestaron y ella empezó a caminar hacia la salida con su laptop en mano con su Jolteon detrás de ella.
–Vamos Saske.
Me indicó y yo me levante a seguirla. Lizzi parecía entusiasmada con esto. Salimos de la base y me di cuenta de que Cinthia se había ido por ahí. Bueno más tarde la vería. Alcancé a Lizzi y le pregunté:
–¿Por qué buscamos a ese tal Mello?
–Es el ingeniero del proyecto TLT. El fue quien construyó la maquina que ampliaría los poderes psíquicos de Sabrina.
Me respondió.
–Vaya, y ¿qué es lo que tú haces ahí?
–Pues yo soy quien diseñó la maquina y la opera, y por eso mismo me reclutaron, por mi inteligencia. -apenas la iba a felicitar cuando señaló frente a ella -Mira ese es Mello.
El tal Mello era un tipo alto y flacucho, con cabello rojizo hasta los hombros; estaba al lado de un Machoke viendo una de las casas destruidas durante la pelea.
–Hey Mello, -le habló Lizzi- Necesitó que construyas el electroimán del que te hablé el otro día, para mañana temprano.
–Primero que nada hola, y también hola para ti amigo de Lizzi -lo saludé levantando la mano- Ese diseño tuyo es algo difícil de hacer, tardaré casi toda la noche en construirlo, ¿a fuerzas debe ser para mañana temprano?
–A fuerzas -tome yo la palabra- Planeamos invadir Ciudad Azafrán mañana en la noche, por ello lo necesitamos.
–Ok, -respondió- Iré pues a mi casa, o que por lo menos lo será esta noche, a construirlo. Lizzi la tuya esta por allá, es la única amarilla.-Señaló un par de calles hacia atrás de nosotros. -Adios.
Antes de irse le dio un golpe en la frente a Lizzi, y en respuesta Jolteon le dio un leve Rayo.
–Odio a ese perro.
Y se fue caminando en la dirección contraria a la que había señalado. Lizzi le dio la espalda y también comenzó a caminar.
–¿Por qué Mello te hizo eso?
Le pregunté a lo que ella respondió.
–No lo sé, envidia quizás.
–¿Por qué? ¿Por qué eres más lista que él?
–Supongo.
Y en ese instante tropezó. La logre sostener de los brazos pero sus lentes cayeron al piso.
–Espera, yo los levantó.
Le dije. Los recogí del piso y se los di. Cuando ella los tomó entre sus manos, me di cuenta de que tenía unos hermosos ojos azules.
–Saske, me detienes la laptop.
Me pidió y yo lo hice. Ella se colocó los anteojos y se acomodó el cabello.
–Listo, ya puedes devolvermela.
–Si quieres yo la cargó y de paso te acompañó. ¿Vas a tú casa no?
Ella asintió y reanudamos la caminata con Jolteon siguiendonos.
–Pues si debe tenerte envidia -decidí continuar la plática- Tú menor y con mayores logros. Y no me habías dicho que el diseño del electroimán era tuyo.
–Gracias, lo que pasa es que no se me hace la gran cosa lo que hago.
–Como que no es la gran cosa -le recrimine - Mira, conozco muchas entrenadoras, varias de ellas muy buenas en combate, pero ninguna tan lista como tú.
Ella agachó la mirada y se sonrojo.
–Lo dudo. -Murmuró ella.
–Hey es la verdad. -Dije. Luego levanté su cara con mi mano para que viera al frente. -Tienes unos ojos muy bonitos, no nos prives de verlos.
Le sonreí. Ella se sonrojo de nuevo pero mantuvo la vista arriba.
–Lo que pasa es que es un honor que alguien como tú diga esas cosas sobre mí. -Admitió
–¿Qué? ¿Alguien como yo? -Pregunté confundido.
–Pues si, un ya casi héroe de guerra. Defensor de Pueblo Paleta, el libertador de Ciudad Plateada, destructor de Teselia en Johto, la única persona además de Lorelei que peleó de tú a tú con Máscara de Hielo, y ahora también el libertador de Ciudad Celeste.
–Vaya, no sabía que me tuvieran en ese estima. -De verás no lo sabía.-Pero todo fue menos heroico de lo que suena, ninguna de esas cosas las pude haber hecho solo, siempre tuve a mis amigos a mi lado para apoyarme. Y es por eso que mañana te necesitó preparada para el ataque.
–Espera -replicó ella preocupada- yo no pelearé.
Eso si que me tomó por sorpresa.
–¿Cómo que no pelearas? ¿Por qué?
–Porqueee... debo activar el imán con mi laptop y para ello debo estar cerca. -No sonaba muy convencida.
–Pero de seguro puedes idear una forma de activarlo desde aquí, ¿verdad?
Lizzi suspiró.
–Saske, te diré la verdad. Soy pésima en combates. Y en guerra si fallas en un combate alguien podría morir.
–Lo dudo. -Le respondí- Con esa inteligencia dudo que seas mala en combates. Debe haber algo que te límita y por lo cual fallas.
–¿Tú podrías ayudarme con ello?
Lo medite un segundo y acepté.
–Por supuesto.
Ella saltó y me abrazó en señal de agradecimiento. Me soltó y se dio cuenta de que ya habíamos llegado a su casa asignada.
–Ya que ya llegamos, ¿podríamos tener ese combate que me ayudará ahora? -Preguntó
–Para luego es tarde.- Respondí.
Ella como era de esperarse mandó a Jolteon. Yo decidí mandar a Pikachu.
–Jolteon, Rayo.
–Pikachu, esquiva.
Ordenó ella y yo también. Pikachu esquivó el Rayo y saltó; estando en el aire preparó un Cola hierro con el que golpeó al Jolteon sin que esté hiciera nada. Lizzi estaba que se comía las uñas de los nervios. Empezaba a ver el problema.
–Pikachu, Ataque rápido.
No tenía ese ataque pero aún así Pikachu atacaba rápido con cabezazos y patadas al Jolteon.
–Jolteon Mordisco.
Ordenó la entrenadora y su perro trató de obedecer pero solo fallaba, hasta que Pikachu lo mandó a volar con un Rayo.
–Oh, ya veo. -Le expliqué a mi nueva amiga.- Te pones muy nerviosa, pero eso no puedes pensar bien en estrategias. Los combates pokémon son responsabilidad pero también diversión. Sueltate. Y también debes dejar que Jolteon haga cosas por si mismo, son un equipo.
Ella asintió en señal de entendimiento. Vamos a ver que va a hacer.
–Rapidez.
Indicó ella y Jolteon lanzó estrellas que iban a golpear a Pikachu pero mi rata las destruyo con un Rayo, y después...
–Mas Jolteon, más.
Ordeno Lizzi y el perro amarillo siguió lanzando estrellas sin parar. Pikachu trató de esquivarlas pero lo seguían, y entonces...
–Chispa.
Grito ella y su pokémon se rodeó de electricidad para después correr hacia Pikachu. Mi rata desprevenida apenas si lo evadió.
–Pikachu elevate.
Pikchu saltó y uso su Rayo para ir más hacia arriba, ya que estuviera lo suficientemente alto podría destruir estrellas en menor cantidad, pero...
–Jolteon, escalera estelar.
Eso no es un ataque, es una estrategia. El Jolteon comenzó a correr hacia Pikachu usando como plataformas las estrellas que él mismo había lanzado. De esta forma llegó hasta Pikachu, lo tomó de la cola y lo lanzó hacia al piso donde se estrelló.
–Si, ja ja. Lo hicimos Jolteon.
Celebró ella. Sin embargo, esto aún no acababa. Cuando Jolteon estaba cayendo un Bola voltio lo recibió derrotándolo. Pikachu desde el piso le lanzó el ataque dando por finalizado el combate. Ella se acercó a su derrotado pokémon.
–Lo hiciste bien Jolteon.
–Y tú lo hiciste bien Lizzi, esa idea de la escalera estelar fue brillante, al parecer todas tus ideas lo son.
La felicite. Al parecer si logre despertar a la entrenadora pokémon que había en ella.
–Gracias Saske. Perdí los nervios que tenía y mejore, lo disfruté en serio.
–Yo solo te di un empujoncito, tú eres la que hizo la mayor parte.
–Me adulas demasiado.
–Tú quizás no lo haces lo suficiente.
Y entre risas me dio otro abrazo. Luego le entregue su laptop y proseguimos a despedirnos.
–Hasta mañana Lizzi.
–Adios Saske.
Y cerró la puerta. Esa chica en verdad me caía bien.
–Saske, que galán.
Dijo una voz, la cual reconocí, y más porque la dueña se paró frente a mí.
–Hola Cinthia, gracias por desaparecerte.
Le recrimine. No se me olvidaba que me dejo solo hace rato.
–Mi misión no es liberar Kanto, de forma que no puedo ayudarte en ello. Yo solo cumplire mi misión. Además no desvies el tema, pensé que te gustaba una chica llamada Diana.
Esa acusación me tomó por sorpresa.
–¿Tú cómo sabes de Diana? Ah, espera Gray te contó ¿verdad?
–Algo así -respondió ella, y nada más.
–Pues si, me gusta Diana, ella fue mi novia y aun la quiero.
Ella caminó y me indicó que la siguiera.
–¿Y porqué terminaron?
–Ella cree que mate a su hermano.
Lo dije aguantandome el dolor.
–Uy, como que eso es un poquito fuerte. –Cinthia sacó una rosa de su manga. -¿Qué hay con Karin?
–Ella es mi amiga nada más, y además creo que puede haber algo entre ella y mi amigo Jaden.
–¿Y con Lizzi?
–Ella es una nueva amiga, igual que tú.
–A mí no me dijiste que tenía bonitos ojos.
Tushe. Eso no me lo esperaba.
–Tú tienes a Gray. -Le dije y se sonrojó- A verdad, no es lo mismo cuando te lo dicen a ti.
–Pues bien Saske, piensa bien lo que quieres.
Y se comenzó a alejar de mí. Cuando le di la espalda me lanzó la rosa que me movió el cabello y se clavó en una pared. Pues bien, el único jardín en mi corazón es para Diana. Al día siguiente el dichoso electroimán estuvo listo. Lizzi, Mello, Cinthia y yo fuimos a la Central de Energía dejando a Kudai a cargó de la organización del ataque. Lizzi y Mello fueron ya que ellos lo instalarían, yo por si había enemigos y Cinthia porque no quería ayudar a la organización del ataque. Caminamos a las afueras de Ciudad Celeste con dirección Oriente hasta otro cuerpo acuoso, en el cual mi amiga rubia sacó a su Milotic, el cual todos abordamos. Finalmente tras un rato de viaje vimos las torres eléctricas de la central. Todos descendimos y la vimos un poco muy destruida.
–Vaya, entonces era verdad lo de que Gray estuvo aquí, ¿eh, Cinthia?
Le pregunté en voz baja a la rubia para que nuestros dos acompañantes no escucharán y ella respondió.
–Si, pero esto no lo hizo él, lo hizo el pokémon que habita aquí, o al menos antes lo hacía.
–¿Qué pokémon?
Lizzi escuchó un fragmento y le dio la curiosidad.
–El ave del trueno es el único que podría llamarle la atención este sitió.
Le respondió Mello, pero la escuincla genio no entendía.
–¿Cuál ave del trueno?
–Mejor vamos a instalar esto y en el camino te cuento.
Dio por terminado el flacucho sacando el electroimán, el cual era un disco plateado con tres Magnemite alrededor.
–Mira Lizzi, esa ave es también conocida como Zapdos...
Alcance a escuchar que decía Mello mientras entraban a la Central, y entonces un foco se prendió en mi cabeza. Zapdos era la razón por la cual Gray irrumpió aquí, y no sólo encontró al ave si no que también lo puso de su parte, y eso lo constate con el enfrentamiento que tuvo Gray con Surge. Vaya, comparado a esto esos tiempos eran simples, pero no hay tiempo de mirar atrás ahora, ya que hoy pelearía por rescatar a mis mejores amigos. Con una mano empuñe mi espada y con la otra tome la pokebola de Lizardon.
–Listo Saske, ya esta instalado y conectado a mi computadora, tú solo da la orden y ¡bum!, lo apagó.
Me avisó la chica de los lentes yo procedí a felicitarla.
–Bien hecho.
Y chocamos las palmas. Mello salió detrás levantando los pulgares de forma que yo le respondí de la misma forma.
–Ok, vámonos.
Nos dijo Cinthia y todos subimos a su Milotic de vuelta a Ciudad Celeste. Karin, Jaden, esperen un poco más, voy por ustedes.

Pokémon: La guerra de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora