Recordé aquel día. Ese día en que me hallaba en el bosque entrenando con Lizardon y vi como los pokémon voladores de Teselia aparecieron. Sus figuras contrapuestas contra el cielo azul. Ahora, era un cielo oscuro lo que me recibía al levantar la vista. Y sobre todo, la gran plataforma en que Surge recogía a sus fuerzas y se las llevaba al barco que los esperaba para escapar. Le grité que se detuviera, pero no lo hacía. Él en cambio levantó el brazo y presionó un botón en su mano:
–Sistema avanzado de defensa: activado.
Los pararrayos chisporrotearon chispas y lanzaron rayos conectándose unas a otras. Como resultado una gran red eléctrica apareció bloqueándome el paso.
–Maldito seas. ¡Regresa y pelea!
El teniente me miró despectivamente, y pude leer en sus labios.
–"Nos volveremos a ver"
Y ahí me quedé bajo la lluvia. Sentí una gran presión en mi pecho que se llenaba de rabia. La derrota. Volverían a atacar. Se iban. Y escuché una carcajada burlesca.
–Jia jia, pobre niño. No te preocupes, puedes quedarte aquí conmigo. Si tanto quieres una pelea, yo con gusto te la daré.
No la miré porque no quitaba la vista de enfrente, pero aún así le contesté.
–Si eso quieres, con gusto me cobrare lo que le hiciste a Lance y a mi padre. Y después de ti acabaré con los demás jefes de Teselia. ¡Yo soy el que se encargará de destruirlos!
Al darme la vuelta sentí un golpe en la mejilla. Me habían dado una cachetada, y nada menos que Sabrina. Me sobe el cachete mientras la miraba de frente, miraba como se quitaba el guante de la mano con la que me golpeó y lo arrojaba. Ella estaba herida y sucia, su cabello había perdido el glamour y en pómulo tenía el moretón del golpe que le dio Surge, pero aún así su mirada era severa y hasta despectiva.
–Sé que últimamente has dicho y pensado muchas estupideces. -Me dijo. No gritaba, pero su voz resonaba. - Que quieres venganza. Que quieres que paguen. Despierta, ellos no tienen deuda con nosotros. Nosotros tenemos la deuda con nuestros seres queridos. Y antes comprendías eso. Hasta yo llegué a oírlo, defensor de Pueblo Paleta.
–Ya no quiero que me llamen así.
–¿Por qué? - Me replicó.
–Porque defender ya no basta. Necesito... retribuirles todo el daño que nos han hecho. No sé si podré continuar si no...
–¡Debes poder! A pesar de lo que nos dañaron hemos de avanzar, porque aún tenemos cosas que proteger. Eso hasta ellos lo entienden, defensor de Pueblo Paleta.
Apreté los puños y tragándome mi orgullo le pregunté:
–¿Qué quieres que haga... Señorita Sabrina?
Ella sonrió con suficiencia.
–Que te dejas de tonterías y vayas y detengas el barco. Es todo. Defiende a esta región. -Levantó la voz. - Lizzi, Karin. Ayúdenle.
Ellas asintieron y se acercaron a una de los pararrayos.
–¿No deberías ir tú? -Le cuestione.
–Tal vez sí. Pero alguien debe detener a esta bruja y tú no podrás.
–¿Podrás tú?
–No te preocupes, yo le ayudaré.
De quien sabe dónde había salido Koga. Ellos dos tendrían una oportunidad. Una mayor que la mía. Iba a reunirme con mis amigas, pero antes le dije:
–No estoy convencido de lo que dijiste, pero da por hecho que detendré ese barco.
Y ella ya no dijo nada.
–¿Qué tenemos?
Les cuestioné al llegar junto a ellas. Lizzi preocupada me respondió:
–No puedo conectarme, ni interferir ni nada. Está esta red y los rayos que caen de forma intermitente.
No obstante, Karin dio un paso al frente y anunció:
–Yo tengo la solución.
De su bolsillo sacó un papel arrugado. Lo extendió y me lo entregó.
–Cuando entré al edificio me encontré con Steve. Él no tenía pokémon así que sólo huyó de mí, pero noté que trataba de entrar a una puerta. La abrí y tras algo de búsqueda la hallé en un cajón. Supe que era esa porque decía "Pararrayos".
La hoja tenía un plano de la ciudad con marcas de donde estarían los pararrayos, o eso creía, pero algunos tenían distinto color.
–Estuve un rato tratando de entenderla, hasta que comprendí que no únicamente marcaba donde quedaría cada pararrayos, sino que los de distinto color son los que desactivan el sistema.
Eso me tomó por sorpresa. ¿En verdad podríamos desactivarlo? Tal vez sí.
–Steve debía estar para asegurarse de destruirlo. - Deduje. -Pero como apareciste arruinaste sus planes. Pues bien vamos a poner a prueba tu teoría
Regresamos a los pokémon y guiándonos en el mapa llegamos al pararrayos indicado. Lo revisamos y en un costado tenía un pequeño botón. Con fe, lo presione. Y la cerca eléctrica que se había montado entre los aparatos desapareció.
–¡Sí!
Lizzi y Karin también se alegraron. Con velocidad fuimos a la que seguía. Surge y compañía estaban a punto de llegar al barco. Así una a una fuimos deshabilitando su "defensa absoluta" y liberando a los camaradas que se habían quedado atrapados entre la cerca eléctrica.
–¡Vamos! - Les grité. - Debemos detener ese barco. ¡Atrapen a los teselianos! ¡Por Kanto!
–¡Por Kanto!
Me gritaron en respuesta. Aún nos faltaban unos cuantos, pero los tesalianos abordaban el barco y este zarpaba. No obstante, no estaba lejos, podíamos alcanzarlo. Presione un botón deshabilitando la siguiente línea. Y otro. Y otro. Y otro más. Y finalmente llegamos al muelle mientras el barco ya entraba en el mar. Me detuve un segundo a jalar aire por la corrida. No obstante, no sentía cansancio, tal vez por la lluvia y la adrenalina. Apoyando mis manos sobre mis rodillas observe esa nave, teniendo que apartar los mechones húmedos de mi cara. En un movimiento saque a Croconaw y me disponía a saltar al agua, pero un último vistazo a Surge me hizo percatarme de que nos observaba con unos binoculares. Hizo un gesto extraño con su mano y supe que algo estaba mal. Me giré para ver a Karin y Lizzi, pero un destello radiante se interpuso y al segundo siguiente estaban caídas en el suelo. Otro cayó cerca de mí, pero no me afectó, y eso fue porque Croconaw se interpuso recibiendo el daño. Todo ocurrió en un instante, y sinceramente no vi mucho, no obstante me bastó para captar que el maldito de Surge le había dado utilidad a sus pararrayos y nos había lanzado un lluvia de rayos. Regrese a Croconaw a la pokebola y me arrodille junto a mis amigas. Agradecí a Arceus que el rayo no les hubiera pegado de lleno, cosa que supe por la marca en el suelo. Lizzi se hallaba fuera de todo combate, pero Karin seguía consciente. La tomé en mis brazos y le susurré:
–Tranquila, todo va a estar bien.
Ella puso su mano en mi rostro.
–Eso te digo yo a ti, estás muy nervioso.
Me hizo una caricia, pero yo seguía preocupado.
–¿Qué te duele?
–Nada. Es curioso, me siento entumecida.
Antes de que pudiera decir algo, ella sacó a Venusaur y me entregó la pokebola de Lapras.
–Ten. Debes seguir y hacer lo que tu corazón te dicta.
–Debes acompañarme.
Le rogué.
–Te acompañaré. Jaden y yo lo haremos.
Me regaló una sonrisa mientras sus ojos se cerraban.
–Espera Karin, no te duermas, no me dejes.
Ya era tarde. Había quedado dormida con una expresión tranquila. Bien, debía descansar para recuperarse. Venusaur improvisó un paraguas cubriendo a las chicas.
–Cuídalas. -Le pedí. Y viendo directo a mi amiga, le dije. - Te lo agradezco. Haré lo que debo hacer.
Apunté con la pokebola al agua y saqué a Lapras. Al verme entendió la situación, así que salté sobre él y lo monté. Levanté el puño grité:
–Los que aún pueden levantarse y tengan forma de navegar, síganme.
Lapras era veloz, pero el impulso de los otros soldados provocó que me pudieran seguir el paso. Apunté al frente y ordené:
–¡Hay que detenerlo! ¡Con lo que tengan, dispárenles!
Lapras usó Rayo hielo y los demás variopintos ataques de agua. Le impactaron al barco. El daño no era mucho, pero si insistíamos lo suficiente le haríamos un hoyo.
–Oye, disculpa. -Alguien llamó mi atención. Volteé a mi derecha y era un soldado joven pero ya cubierto de vello facial. Pareció sorprenderse de que yo fuera menor que él. –¿No es peligroso estar en el agua? Podrían tirarnos un rayo.
Lo pensé por un segundo, porque no había considerado esa posibilidad, y le respondí:
–No lo creo. Ellos están en el agua, y su barco es metálico. En estas condiciones atraerían el voltaje.
–Deje usted eso -reclamó otra voz enojada. - El mar está encrespado y me despeina.
Era una chica con un peinado muy estrafalario y elegante para una batalla.
–Tienes razón. -Agudice la vista y note una gran plataforma de madera. Allí podríamos asentarnos y atacar. -Bien, síganme.
Usando la velocidad de Lapras me acerqué tan rápido mientras los demás seguían con sus ataques. Eso me sirvió de pantalla para llegar sin problemas. Salté y resbalé en la madera, porque estaba mojada. Con cuidado me levanté y exploré la plataforma para analizar el terreno y buscar un ángulo de tiro. Distraído en eso, al caminar choqué contra algo que se encendió ante mi contacto.
–Un poste de luz. -Comenté a la nada, y noté que había varios alrededor. La toqué y estaba frío. -Pues claro, es de metal. -Pensé eso por un momento. - ¿De metal? Oh, mierda.
Una luz apareció frente a mí. Varios rayos cayeron directo contra los postes, con tal fuerza que hicieron pedazos la plataforma, y a mí, me sacaron volando por los aires, el shock fue tan fuerte que cerré los ojos sin saber lo que sucedería a continuación.
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Pokémon: La guerra de Kanto
FanfictionHola, mi nombre es Saske. Mi hogar es un pequeño pueblo de la región de Kanto llamado Pueblo Paleta. Hace diez años inició una terrible guerra entre Kanto y Teselia, en la cual yo tuve que pelear por mi patria. He aquí mi historia. Esta es una histo...