Pokémon: La guerra de Kanto

El ejército

Me dirigía junto a mi padre y Oak a través de una cueva que se encontraba siguiendo un camino desde Ciudad Verde a un lugar desconocido para mí. Aun no dejaba de pensar en lo que dijo que dijo Surge y en lo que le sucedió a Kanto, quién diría que todo se perdería en un día. Lo que me reconfortaba es el saber que mi madre estaba bien, ya que fui a verla después de lo sucedido en Ciudad Verde, donde me despedí de ella debido a que quería ir con mi padre a defender Kanto. Para que estuviera segura se quedó en Pueblo Paleta junto a soldados de Kanto.
–Llegamos– dijo mi padre.– Esta es la base del ejército de Kanto, la Meseta Añil.
Yo me asombre al ver el edificio. Era la fortaleza de la elite 4, también conocida como Alto Mando. En Kanto existían 8 niveles de fuerza que se conseguían realizando distintas hazañas, y para representarlo se daban medallas. Los que conseguían las 8 medallas llegaban al Alto Mando. Los únicos entrenadores que tenían las 8 medallas y no formaban parte de la elite 4 eran mi padre, Oak y un entrenador llamado Giovanni, debido a que estaba completo el equipo elite.
Al llegar un entrenador salió de aquel lugar, y se presentó:
–Cuanto tiempo sin verlos, Oak y Fir. Aunque me hubiera gustado que fuese en otras condiciones. Necesito hablar con ustedes. – Después de eso se dio cuenta de que estaba ahí y dijo –Oh, tu eres el hijo de Fir, tu nombre es Saske. Yo soy el Maestro dragón el líder del Alto Mando...
Platicamos de más cosas, después entramos, ahí había muchos soldados, algunos heridos, y mi padre y Oak entraron con el maestro, así que anduve por ahí tratando de averiguar que había sucedido, hasta que escuche una voz conocida, era la de Jaden, un entrenador un tanto orgulloso y que se creía superior a todos originario de Ciudad Verde, de cabello marrón, largo y puntiagudo, además de ser de alto y de buena forma física. Con el tuve mi primer combate pokémon.
–¿Que haces aquí? – Le pregunte después de intercambiar un saludo.
–Lo mismo que todos aquí: ayudar a Lorelei y al Maestro Dragón. Las fuerzas de Teselia concentraron su ataque aquí, pero por suerte pudimos repelerlas. Nunca imagine que el maestro y Lorelei fueran tan buenos. Ellos acabaron con la mayoría.
Al escuchar eso sabía porque no pudieron ayudar a la región. Después pregunté:
–¿Sabes por qué nos atacan?
El respondió:
–Por lo que se nos invaden debido a que sufrieron un ataque en su región por parte nuestra, y dicen tener pruebas de ello...
Seguimos hablando por un rato sobre nuestras primeras batallas contra el ejército de Teselia, incluso salimos al bosque a caminar, pero encontramos a un sujeto vestido de negro. Jaden le gritó:
–Tu eres uno de los que desertaron el ejército de Kanto. Por su culpa nuestras fuerzas no estuvieron completas para detener la invasión.
Yo y Jaden estábamos listos para pelear, pero esta vez estábamos contra nuestra propia gente.