El traidor II

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Abrí los ojos ante la inminente sensación del aire limpio llenando mis pulmones. Lo primero que vi fueron arboles y por encima la noche. Busque a mis amigos. Vi a Jaden y a Karin poniendose de pie. Moví un poco mi mano y entró en contacto con otra. Volteé y me encontré con Lizzi mirándome.
–¡Saske! Ven a ver.
Me llamó Jaden así que me separe de ella y caminé hacia él. Me señaló algo y me sorprendí.
–¿Eso es...?
Karin asintió. Un enorme edificio despedía llamas por las ventanas. El castillo de los floreados. La enorme estructura se incendiaba. La roca (con lo que se sostenía principalmente su estructura) era lo único que se mantenía a salvo. Todo los demás se convertía en cenizas ante el asolador paso de las llamas. Ciudad Azafrán era un total caos.
–Pues bueno, se tenía que hacer y se hizo, ¿no es así?
Comentó Jaden a mi lado con un tono neutro; sentí como si sus traumas en ese lugar de alguna forma se quemaran con él. Yo asentí y con un gesto indique que no retiraramos. Cuando volvía al centro del grupo, me invadió una duda ¿y ahora qué vamos a hacer? Sabrina sabría que, pero ahora ella estaba inconsciente.
–¿Quién de los aquí presentes posee más medallas?
Preguntó el tipo rapado que cargaba a Sabrina. La verdad no tenía idea de cuantas tenían ellos, pero dado que yo contaba con dos me abstuve de decir algo. Creía que no eran suficientes.
–A ver, yo Couren tengo una, ¿alguien tiene más?
El tipo rapado tenía una, y al parecer ese era el promedio de la unidad del Proyecto TLT. Karin también contaba con una. Entonces levanté la mano.
–Yo Saske, tengo dos.
Todos me miraron con cara de "porque no hablaste antes". Entonces recordé que yo guíe a estas personas en el asalto contra el castillo. Ellas confiaban en mí. No obstante, mi amigo de cabellos necios tenía una medalla más que yo. Cuando él iba a levantar la mano, Lizzi lo miró de una forma acusadora, haciendo que el se detuviera. Ella se encontraba en una esquina, apartada de los demás. En sus ojos pude leer las palabras "traidor" y eso era un crimen grave para Kanto. La deserción y el ponerte en contra de tu propia patria es el peor acto para miembro del ejército de esta región. Es por ello que cuando el Team R era solo un grupo de desertores de nuestras fuerzas armadas, los persiguieron tan fervientemente. Aunque eso fue antes de que iniciará la guerra.
–Bueno, entonces supongo que yo estoy a cargo. -Sentencie y todos asintieron- Necesitó un mapa.
Alguien me pasó uno y lo extendi para poder verlo. Desde aquí había dos rutas. Una para Ciudad Fucsia, ya controlada por nosotros, pero primero habría que atravesar Ciudad Azulona. No teníamos mucha información sobre esa ciudad, solo que estaba controlada por Teselia. Después de pasarla correríamos por el Camino Ciclista y llegaríamos a Ciudad Fucsia. La otra opción era volver a Ciudad Azafrán, pasar de ahí a Ciudad Celeste y luego al Mt. Moon. Pero ni loco volvería a ese sitio, esta bien que destrozamos el castillo, pero nuestras fuerzas no podrían ganarle a los floreados. Es una apuesta pero...
–Iremos a Ciudad Fucsia, para ello atravesaremos Ciudad Azulona y el Camino Ciclista.
Anuncié. Todos asintieron, parecían estar de acuerdo. Couren levantó la mano para hablar.
–En ese caso, debemos informar al Alto mando lo que vamos a hacer.
–Yo puedo hacerlo. Un mensaje en línea es más rápido que una carta.
Se ofreció Lizzi, y yo acepté.
–Hazlo. Todos los demás en marcha.
Y comenzamos a caminar. Alejándonos de Ciudad Azafrán y lo que allí sucedió. Llevábamos rato caminando cuando el Sol nos comenzó a iluminar y Jaden se acercó a hablar conmigo.
–Hay que alejarnos un poco.
Me pidió y nos adelantamos, no mucho para que nos pudieran ver pero lo suficiente para que no nos escucharan. Se veía cansado.
–Estuve hablando con Karin - comenzó- y no pude decirle nada. Ni lo que hice ni lo que siento. Quisiera que todo fuera como antes, pero siento que ya jamás podrá serlo.
Exclamó mientras se cubría las manos con el rostro y luego procedía a alborotarse el cabello.
–Tu secreto esta a salvo conmigo. Los dos. Nadie sabrá lo que hiciste y lo de Karin se lo dirás cuando creas que es el momento.
Traté de apoyarlo, y él bajo la mirada.
–Soy un traidor y un cobarde.
–Te mantuviste siempre fiel a tus amigos y a tus sentimientos. Se necesita valentía para ello.
–Mentira, creí que nos habías abandonado, y traté de acabar contigo.
–No te guardo rencor por ello, ni tú a mí ¿verdad?
Y le mostré una sonrisa. Él la correspondió. Escuchamos unos pasos acercándose velozmente y entonces vimos a Karin llegando con nosotros.
–¿De qué hablaban, chicos?
Nos pregunté. Jaden y yo nos miramos.
–De porque el mejor inicial de esta región es Squirtle.
Respondió mi amigo. Yo proteste al instante.
–Tonterías. Todos saben que es Charmander.
Y comenzó la disputa. Más tarde, cuando ya no podíamos cargar con nosotros mismos, di el permiso de descansar. Lo necesitábamos. Nos sentamos y comimos lo que hallamos cerca y bebimos agua de nuestros pokémon. Entonces alguien me tocó al hombro para llamarme. Era Cinthia.
–Acompañame.
Dijo y comenzó a caminar. Caí en cuenta que no la había visto desde que abandonamos el castillo. Como leyendo mis pensamientos, ella habló.
–Si te preguntas donde he estado, he estado con ustedes, pero en donde no me vieran. Lo sé, soy buena escondiendome en las sombras.
–Vaya que lo eres, pero ya estamos lo suficientemente lejos de todos, ¿para qué me trajiste aquí?
Cinthia se giró para verme.
–Para despedirme.
Ella tenía una sonrisa. Como si estuviera acostumbrada a ir dejando atrás a sus amigos.
–¿Pero porqué?
Pregunté.
–Nuestra misión conjunta ha terminado. Vencimos a los floreados, rescataste a tus amigos y yo obtuve la información por la que vine.
Me sentí triste. Había algo raro en despedirme de nuevos amigos y no saber si volvería a verlos; algo parecido me pasó con Heold, Sover, Glass y Chon en Johto.
–Entonces, ¿no puedo hacer nada para convencerte de que te quedes?
Ella negó con la cabeza.
–No aún tengo cosas que hacer, batallas que luchar, y tú también.
–Por lo menos explicame para que son los enviados de la luz -exclame con la curiosidad desbordandome.
–Para conseguir la paz del mundo. Y para ello debemos mantener al mundo a salvo. Y en cuanto a esta guerra, trataremos de mantenernos al margen, algo nos dice que las regiones pueden llegar a un acuerdo para la paz y desde ahí todo será mejor -"Lo dudo" quise decir, pero no me atreví. La paz la veía como el momento en que Kanto sacará a Teselia de su territorio, pero mientras todas las partes no estuvieran dispuestas a dejar de pelear, no habría paz. -Y eso es nuestro propósito.
–Pues al parecer es el mismo que el mío -dije con una sonrisa- donde sea que estén tú y Gray, lucharemos lado a lado ya que nuestros ideales son los mismos.
Ella asintió.
–Como última advertencia, cuidate del Príncipe y sus seguidores, y preparate para la Bestia. -No sabía que quería decir- Adiós Saske.
Y se perdió entre las sombras.
–Adiós Cinthia.
Volví al grupo, y me llevé una sorpresa al verlos todos reunidos alrededor de la laptpop de Lizzi.
–¿Qué sucede?
Me acerqué y pregunté.
–Nos ha llegado un mensaje de los jefes -respondió Couren- te estábamos esperando para verlo.
–Pues no esperemos más.
Ordene y Lizzi lo reprodujo. Apareció el rostro de Koga, el ninja venenoso, diciendo unas palabras.
–"Soldados de Kanto, ya nos hemos enterando de su situación, y yo mismo personalmente iré a auxiliarlos en su próxima llegada a Ciudad Azulona. Quiero decirles que han combatido con valentía y dieron un duro golpe a Teselia. Saske Fire, has demostrado gran liderazgo y gallardía en esta operación que se te serán recompensados. -Me sentí halagado ante ello- En cuanto a ti, Jaden Lightwood, tu traición ya ha sido notificada, por lo cual desde ahora estas bajo arresto. Tú padre esta conmigo, y esta muy decepcionado. -Hubo una pausa- Confió en que todo salga bien de ahora en adelante. ¡Por Kanto! Koga fuera.
La ventana del mensaje se cerró. Miré a Jaden, estaba pálido y apretaba sus puños. Karin tenía una gran confusión dibujada en el rostro. Seguramente yo no estaría mejor que ellos. Miré a todos los demás. Mostraban ira, miedo, los que los volvía peligrosos. Todos a excepción de Lizzi, quien tenía una expresión apacible, en sus ojos se veía la melancolía y la satisfacción, como si hubiera tenido que hacer algo y lo hubiese hecho. Mientras tanto los demás soldados se preparaban para la batalla, y yo estaba por tomar mi espada y mis pokebolas cuando Jaden habló.
–Alto, yo me entrego. - Y extendió sus brazos hacia mí mostrandome las muñecas. - Saske si alguien va a ponerme unas esposas prefiero que seas tú.
Su mirada expresaba rendición, la mía seguramente tristeza.
–Jaden, Saske, ¿qué esta pasando? ¿por qué hacen esto?
Preguntó Karin con una voz afligida; yo no tenía valor para verla a la cara, Jaden menos. Couren me dio las esposas y yo se las puse a mi amigo, sintiéndome terriblemente culpable. Karin corrió y tomó a Jaden de las manos.
–¿Por qué? ¿Qué hiciste Jaden?
Los ojos castaños de ambos temblaban de aflicción.
–Jaden no hizo nada malo. –hablé no solo para Karin si no para todos- quizá se equivocó, pero lo hizo por una buena causa. Aceptó un trato con Teselia, pero fue para proteger a sus amigos. Les pregunto, ¿qué hubieran hecho ustedes? -Nadie me miraba, pero todos estaban atentos a mí- Avancemos, hay que llegar a Ciudad Azulona. Karin se encargará de custodiar a Jaden. Andando.
Y los puse a caminar. Deje que se adelantarán para tener un momento con Jaden y Karin.
–Papá...
Susurro mi amigo. Su padre venía en camino, y eso era un problema para él. Su relación padre-hijo siempre fui difícil, tanto que me hacía agradecer el padre que tengo.
–Tranquilo. Apelare por ti, no dejare que te encierren.
Le di palabras de animo, el sonrió pero miraba hacia abajo con el cabello cubriendole los ojos.
–Siempre tratando de protegerme, ¿no es así?
Dijo, yo le respondí.
–Somos amigos, de eso se trata, ¿no es así?
Karin le alborotó el cabello a Jaden.
–No importa que hallas hecho, creo en ti, desde lo más profundo de mi corazón.
Y se llevo la mano al pecho. Una oleada de motivación me invadió, y al parecer a mi amigo también.
–Yo... -tomó aire mientras miraba sus esposas. Luego levantó la vista.- Yo hice un trató con Teselia. Pelearía a favor de ellos a cambio de tú libertad en la mía. Asesiné a algunos de los nuestros, hasta que Saske me derrotó
Dije con la voz quebrada. Karin se llevó la mano a la boca para ocultar un sollozo. Luego agachó la mirada y bajo los brazos como rendida. Jaden no sabía que hacer, y yo apenas si pude susurrar:
–Karin...
Entonces ella abrazó a Jaden mientras le decía entre sollozos:
–Debiste haber sufrido mucho, ¡no debiste haber aceptado!, ¿por qué lo hiciste?, pero ya no te atormentes más por ello, confió en ti.
Se separó y se enjugo los ojos. Jaden pareció quitarse un peso de encima y Karin se mostró fuerte. Decidí dejarlos solos. Yo fui al frente, necesitaba estar solo un momento. Respiré, admiré el paisaje y escuché una tímida voz detrás de mí.
–Lo siento.
Me giré y vi a Lizzi con la mirada clavada en el piso, una mirada llena de temor, con ojeras y los ojos hinchados ahora que la vi de cerca, como si hubiera estado llorando.
–Lo siento. Yo fui quien informó lo de tu amigo.
Ya lo sabía, por lo menos de manera inconsciente, así que no me sorprendió cuando lo dijo.
–No hay de que disculparse.
Dije con voz nada tranquilizadora, era de pesar. Ella pareció estremecerse ante ese hecho.
–Pero tú me culpas por ello...
–No puedo culparte -ataje antes de que siguiera-; no puedo culpar a nadie y eso es lo peor.
Lizzi suspiro como si una carga se le hubiera sido removida. Levantó la vista y preguntó.
–¿Crees que logremos llegar a salvo a la base?
–Mientras estemos juntos, no lo dudes ni por un instante.
Le respondí a la vez que me enfoqué sus ojos azules tras sus anteojos recuperar la confianza, ver a todos los soldados que nos acompañaban, sentir a la lejanía a Karin y a Jaden y tomar mis pokebolas con mis queridos pokémon. Juntos podremos luchar lo que nos haga falta.

Pokémon: La guerra de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora