Un mercado de mala muerte

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–Tengo la sensación de que todo va a salir mal.
Comentó Jaden cuando contempló Ciudad Azulona.
–Normalmente te diría que eso no fue gracioso - le respondió Karin- pero la atmósfera de este lugar no me gusta nada.
Era cierto. Ciudad Azulona era muy tétrica, como si le hubieran aplicado un filtro gris. Me puse la capucha que uní a mi chamarra del ejército y comencé a caminar con Jaden, Karin, Scotty, Couren y Sabrina tras de mí. Decidimos venir pocos para así saber como están las cosas en las bodegas de las que nos habló la escocesa y a través de las cuales nos guiaría. Jaden y Karin me acompañaron porque los necesitaba por si las cosas salían mal, y Couren quería que los más fuertes escoltaramos a Sabrina a través de la ciudad, así que ellos dos vinieron también, pero debido a la inconsciencia de Sabrina la movían con los pokémon psíquicos como si se tratase de una marioneta. Se veía  un poco extraña, pero a comparación de Scotty estaba bien. Pero en serio, ¿cómo es que es chica no podía caminar 10 metros en linea recta? ¿Cuánto alcohol tenía aún en su sistema? Ya daba igual, supongo que en su tierra eso era normal. La formación era yo y Scotty al frente, mis amigos en el centro y Couren junto a Sabrina en la retaguardia. Entramos a la ciudad, y me lleve la desagradable sorpresa de que estaba muy patrullada. Más que Celeste e incluso que Trigal. Quienquiera que fuera el que estaba a cargo de este lugar era alguien importante y poderoso. Había un soldado apostado en cada esquina, y uno de ellos se quedo mirando en mi dirección, y temí que me hubiera reconocido; estuve a punto de tomar mis pokebolas cuando noté que estaba observando a la chica de la boina. Suspire aliviado, pero mi acompañante se dirigía hacia él. La tomé de la muñeca y le reprendi.
–¡Scotty!
–Eze tipo se kedo mirandome.
Me respondió. Negué con la cabeza y le hablé.
–Scotty, tenemos un trato, ten control de ti y lograrás algo bueno.
Ella bufo y se soltó.
–Sigueme.
Y comenzó a caminar a un edificio un poco peculiar no sabía porqué. Entró y era la casa de apuestas de azulona.
Era un lugar lleno de maquinas tragamonedas, mesas de blackjack y algunas apuestas en batallas pokémon.
–Toda la mala gente ha venido a parar acá -comentó Jaden viendo el lugar- Huyen, es lo que hacen.
Tenía razón. En guerra o te unias al ejército o lo perdías todo. Estas personas quizá lo perdieron todo. Seguí a Scotty, quien parecía saber  como moverse en ese sitio. Los demás tratamos de no llamar mucho la atención, cosa que logramos, pero no gracias a nuestra sutileza sino a que todos estaban muy metidos en sus cosas. Llegamos finalmente a una especie de barra, donde un tipo de cabello oscuro oculto bajo una gorra negra atendía. Sonrió al ver a la chica que nos guiaba.
–¡Scotty! Mi extranjera favorita. Lo de siempre, ¿verdad?
Y antes de que respondiera le sirvió una copa de whisky.
–Ezta ves no estoy akí por whisky, Fortuin -ella le respondió pero aún así se lo tomó de un trago- bengo por negocioss.
Y apuntó con su cabeza hacía mí y Jaden. Mi amigo iba a hablar pero ella le dio un pisotón. No quería que él hablará, así que lo hice yo.
–Queremos pasar a las bodegas bajo esta ciudad.
Fortuin me miró y dijo mientras limpiaba un vaso.
–Ese lugar es un mercado de mala muerte, amigo. Yo no entraría a ese sitio a menos que quisiera hacer algo ilegal.
Me removí incómodo, pero al carajo.
–No me importa si algo es ilegal para Teselia, para mi no lo es.
Lo mire fijamente y él hizo una expresión con sus manos de da igual.
–Primero tendrán que pagarme.
Jaden levantó su puño y ofreció.
–Te doy un puñetazo en el rostro y le salgo perdiendo.
Karin le bajo el brazo y yo lo miré con cara de "No".
–Oh vamoz, deganos pasar, for mi.
Le pidió Scotty. Fortuin nos examinó a todos y temí que notará algo sospechoso. Esta bien que estuviera acostumbrado a lo sospechoso, pero igual no podía confiarme. Me percaté de que algo cambió en su mirada y concluyó.
–De momento están en deuda conmigo. Toquen el botón bajo el tercer cuadro y se van rápido.
Se giró y entró a la cocina. La chica de la boina nos hizo una señal con la mano para que la siguiéramos. Siguió las indicaciones y se abrió un pasadizo secreto en el piso. Rápidamente bajamos por él. Fue distinto a lo que esperaba. Pensé que sería algo parecido a alcantarillas, no obstante todo parecía moderno y organizado, empezaba a dudar que fuera un simple refugió.
–Por aki, hasta el final de este camino esta la salida.
Comentó Scotty y la seguimos. Había gente vendiendo diversas cosas, no parecían refugiados, sino comerciantes.
–Esto no me gusta, todo esta bien organizado. Creo que no operan a espaldas de la ley, si no a su sombra.
Murmuró Jaden cerca de mí.
–Así parece, -le respondí- pero sigue siendo más seguro este camino que por arriba.
Recorrimos un buen trecho cuando notamos algo. No quise girarme para no ponerme en evidencia, pero lo intuía.
–Jaden.
–Si ya me di cuenta.
Respondió él. Karin también comentó.
–Esta como a 10 metros.
–Acabemoslo.
Sentenció mi amigo y en cuanto doblamos en una esquina se detuvo. Quien nos seguía giro y mi amigo le coloco una pokebola en su espalda.
–No te muevas y no digas nada. -Le advirtió.- Tengo un Onix y no dudaré en usarlo.
El que nos seguía levantó las manos en gesto de rendición. Karin se acercó a ellos para reforzar la guardia, mientras que yo le dije a nuestra guía.
–Scotty, saca a Couren y Sabrina de aquí. Nos quedaremos atrás un poco.
Ella dio un torpe asentimiento. Le expliqué a Couren lo que sucedía y no rechisto. Al parecer Sabrina sabía ganarse la lealtad de quienes la seguían. Llevamos al que nos seguía a una especie de callejón y ahí lo encaramos.
–¿Quién eres?
Le preguntó Jaden y se quitó la gorra que cubría su rostro. Era Fortuin.
–Mas importante, ¿por qué nos seguías?
No me daba nada de buena espina.
–Por una deuda, soldados de Kanto.
El sabía quienes éramos. Trate de ocultar la expresión de sorpresa de mi cara, pero Karin habló totalmente sorprendida.
–¿Cómo lo sabes?
Fortuin jugueteó un poco con su gorra.
–Por que estaban con Sabrina, y por lo visto volvió a gastar sus poderes. -no dijimos nada ya que el busco en su bolsillo y sacó una fotografía. En ella había un escuadrón al lado de Sabrina, y conseguí distinguir a Fortuin en el escuadrón - Hace unos años, Sabrina formaba parte de un proyecto del ejercito de Kanto y lideraba una división de él. Yo formaba parte de su división. Ella me salvó la vida varias veces, por lo que estoy en deuda con ella. Y ya que ustedes están en deuda conmigo, quisiera que le dieran esto.
Y de su bolsillo sacó una extraña raíz.
–Una raíz energía. -Exclamó Karin,
debió leer sobre ella en un libro- Pero ¿seguro que funcionará?
Fortuin asintió.
–Seguro, ya lo ha hecho antes.
Jaden lo seguía mirando inquisidoramente.
–Eso no explica porque nos seguías.
–No los seguía -explicó- primero tuve que conseguir la raíz y cuando la tuve traté de alcanzarlos. Van demasiado rápido y trataba no llamar la atención.
Parecía sincero. Además, si él lo quisiera ya estaríamos rodeados de soldados teselianos.
–Gracias. -La tomé y pensé un momento- Karin llevaselo a Sabrina. Jaden y yo regresaremos con Fortuin por los demás.
Todos estuvimos de acuerdo e hicimos lo que dije. Entramos de la misma forma que salimos de la Casa de apuestas. Cuando dejamos a Fortuin nos dijo una última cosa.
–No se sorprendan si encuentran algo que no les gusta.
–¿A qué te refieres?
Le pregunté y el se encojio de hombros y dijo:
–Sinceramente no dudo que la cloaca se destape pronto, por como estan las cosas. Lo entenderán en su momento.
Se despidió y nosotros salimos de ahí.
—Es bueno que uno de nuestros planes saliera bien, para variar.
Comentó Jaden cuando nos dirigimos a la salida de la ciudad.
–Callate, no invoques los problemas.
Le respondí entre risas. Pero entonces vi que en la entrada había una fila de soldados.
–Saske.
Asenti y mire hacia atrás. Estábamos rodeados.
–Por un demonio.
Maldije por lo bajo. ¿Cómo nos encontraron? Entonces vi que frente a mí estaba el sujeto que nos vio a Scotty y a mi al llegar a la ciudad. Él me debió reconocer, y no me di cuenta.
–Estamos perdidos.
Sentenció Jaden con una sonrisa sacando una pokebola. Yo saqué otra y sonrei también.
–Torpe, invocaste los problemas.
Y ellos lanzaron contra nosotros una estampida de Herdier, Watchog y Minccino. Jaden y yo sacamos a Lapras y a Pikachu. Lapras los barrió con Surf y mi ratita kuki usó Impactrueno para rematarlos. Los vencimos pero aún faltaban varios. Entonces, un tipo dio un paso al frente. Iba vestido con un traje elegante, y de él desprendía un aura oscura. Jaden y yo nos miramos. Él nos indicó con la mano que lo atacaramos. Él y yo, aún sabiendo que era una trampa, obedecimos. No había otra opción.
–Pikachu, Rayo.
–Lapras, Rayo hielo.
Los dos ataques se dirigieron hacia él, pero entonces de su sombra apareció un pokémon que con un resplandor plateado liberó una oscuridad que hizo desaparecer nuestros ataques. Se trataba de un Bisharp, y uno bastante poderoso.
–Así que tú eres el defensor de Pueblo Paleta. No poderoso pero si molesto. Me presento. Yo soy Aza, miembro del Alto Mando de la gran Teselia -se tomó un momento para mirarme directamente- y tú verdugo.

Pokémon: La guerra de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora