La importante Ciudad Iris

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Camine y me pare frente a la Torre Quemada. Recordé que en Kanto también había una torre, la cual vi cuando estuve en Pueblo Lavanda, pero apenas estaba en construcción, y la verdad no sabía realmente para que serviría, igual que no sabía para que servía la obra arquitectónica frente a mis narices. Para honrar a un pokémon, ¿pero de qué forma ahora que estaba en estas condiciones? Esa leyenda con razón no se ha parado aquí en tanto tiempo, como ninguna otra.
—Mira Saske, que hermosa es esa torre.
Diana señalo la otra torre de la ciudad, la dedicada a la otra ave legendaria. Al parecer ese pájaro surca los cielos y protege la ciudad, por lo cual...
—... esta es la única ciudad políticamente neutra en Johto, ya que cuando soldados del gobierno central intentaron entrar, fueron echados y no se atrevieron a volver; lo mismo paso con algunas fuerzas teselianas. Los rumores cuentan que quienes pelearon tan fieramente con esos tipos fueron tres misteriosos perros, presumiblemente enviados por Ho-oh.
Nos platicó Glass el mismo día que entramos a la ciudad y nos resguardarnos en una posada de techo rojo, que también había sido habilitado como hospital. Tuvimos que aguantar hasta que se calmara todo y nos recuperaramos de nuestras heridas. Necesitábamos descansar.
—Pero de eso no hay nada confirmado -Alegó Sover a Glass en esa misma charla.-Además, es una ciudad neutra, otra de la guerrilla (ciudad Orquídea) y todas las demás del Gobierno Central. Bueno, y Ciudad Trigal que le cedieron a Teselia.
—Oh ya veo -aclare la garganta y proseguí- pues en Kanto las cosas están así: la Meseta Añil, Pueblo Paleta, Ciudad Verde y Ciudad Plateada son nuestras, pero todo lo demás lo conquistaron cuando invadieron la primera vez, a excepción de Islas Canela, éstas fueron abandonadas, y algunas investigaciones sugieren que el Team R las volvió su base.
Hablamos de algunas otras cosas, y coincidimos en que odiabamos Teselia. También le pregunté a Sover sobre lo que me iba a decir sobre Samina.
—¿Sobre quién?
—Samina.
—¿La que iba contigo?
—Si, tú sabias algo sobre ella.
—No lo recuerdo.
Recalcó el chico del Homdour. Yo pase del tema. Acordamos descansar hasta recuperar nuestras heridas, sobre todo Heold, quien acabó hecho polvo. Los primeros días mantuvimos bajo perfil, saliendo solo para dar un breve vistazo y volver. Hasta hoy nos dimos oportunidad de turistear.
—Deberíamos entrar.
Señaló Glass, quien venía con nosotros, al igual que Sover, quien entró discretamente, mientras que la chica jalo a Diana para ver el lugar lo antes posible. Yo por mi parte, espere un poco; noté un estanque al lado y deje salir a Croconaw para que se refrescará. Entró y nadó. Entonces escuché unos pasos torpes y me giré: se trataba de Heold caminando gracias a un palo.
—¡Heold! ¿Qué haces aquí?
Le cuestioné.
—Quería un momento a solas contigo.
Aun tenía marcas de la paliza que le dio Yakon. Yo asentí y él continuó.
—Me he dado cuenta de que decías la verdad. Tú no robaste a Totodile, bueno a Croconaw, y he visto que te a tomado cariño, tanto para defenderte de tal forma y evolucionar, por ello quiero que lo cuides tú.
—Gracias Heold.
Llame de vuelta a Croconaw y ambos tomamos la pokebola para luego yo regresarla con el resto de las mías. Entonces, el agua se arremolinó y salió disparada al aire. Yo y Heold quedamos estupefactos. Ese torbellino se calmo de pronto dando lugar a un pokémon de grandiosa belleza, parado sobre un agua que pareciese jamas perturbada. Si no me equivocaba, su nombre era:
—Suicune...
Las palabras salieron de mi boca sin proponérmelo. La leyenda acuática saltó tan alto y se contrapuso con el Sol cegandonos por unos instantes, y así como apareció, Suicune desapareció. Quedamos atónitos por unos segundos, sin saber que decir. Entonces escuche una explosión proveniente de la Torre Quemada, y trate de apartar de mi mente mi encuentro con él pokémon legendario para dirigirme a dicho lugar. Heold y yo entramos cuando aún el lugar estaba lleno de humo.
—Vaya, vaya, miren nada más, Saske y la unidad GS.
Reconocía esa femenina voz, al igual que la que habló después.
—Fueron listos al huir del combate, pero cometieron un error: se metieron en nuestro territorio.
El humo se disperso y constate que Diana, Glass y Sover se encontraban bien, pero también confirme mis sospechas sobre las voces cuando el humo se disipó finalmente y reveló a Samina y Morti.

Pokémon: La guerra de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora