El rayo americano Vs El defensor de Pueblo Paleta

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Abrí los ojos y tuve la sensación de estar flotando. Me moví con cuidado para darme cuenta que estaba sobre un gran pedazo de madera. Me encontraba adolorido, y no sabía si me había desmayado, y si era así cuanto tiempo fue.
-Argh, no puedo creer que se halla percatado de los postes, y más aún que se arriesgara de esa manera.
Me quejé sobre las acciones de Surge, lo que al parecer sirvió de algo porque a los pocos segundos llegó Lapras, así que lo subí y avanzamos a donde se veían relámpagos y los sonidos de la batalla. Un vistazo más de cerca me mostró a varios de mis camaradas y sus pokémon caídos. Algunos vivos, otros no. Y aprecié el momento en que una coalición de pokémon se formó para atacar al oponente, pero este soltó una potente descarga debilitándolos a todos y regresando a su pokebola.
-¡Retrocedan!
Ordené. Y yo me fui a ponerme frente a ese único hombre que había destrozado a las tropas de Kanto.
-Surge.
Escupí, mientras lo veía imponente, de pie firmemente sobre unos tablones defendiendo su posición. Y el barco de Teselia alejándose tras él. Obviamente me sentí furioso.
-¿Así que has venido a apostarlo todo?
Le dije. Él se sujetó las costillas de su costado derecho y respondió:
-Así es. Mis compañeros necesitaban una oportunidad de escapar, yo era quien tenía más oportunidad de ganar. No, yo era quien tenía que.
No sólo lo hizo porque sus pokémon eléctricos destrozaron a los de agua. También se sentía responsable. Apreté con fuerza mis puños.
-Por más que quiera hacerte pedazos, tengo cosas que hacer así que hazte a un lado.
El río un poco y comprobó su cinturón:
-Todavía me quedan dos pokémon. ¿Y a ti? -Leyó mi expresión. - Dos también, al parecer. Estoy en una encrucijada, aquí sin salida. No tengo elección. -Vio hacia el cielo para que la lluvia golpeara directo su cara. Señaló un aparato en su cinturón para decirme. - Estoy justo en el límite de alcance de los pararrayos. Te venceré, pero si llegara a fracasar tirare rayos sobre nosotros y sobre Carmín para terminar con esto.
Hice fuerza en la mandíbula.
-Entonces destruiré ese aparato y detendré el barco.
Concluí, pero él me objetó.
-¿Qué sucede contigo? Me llamaste cobarde y me querías de regreso para pelear. Aquí estoy. Pelea conmigo, defensor de Pueblo Paleta.
Eso derramó mi paciencia.
-Si eso quieres. - Susurré, pero en mis siguientes palabras fui elevando el volumen.- Si eso quieres pelearé contigo. ¡Ya sabía yo que no podía perdonarte después de lo que hiciste! Acabaré contigo, Surge.
Arrojé mi pokebola y el hizo lo mismo. Al encontrarse, ambas esferas chocaron y se abrieron revelando a Pikachu y a Raichu. Las dos ratas se pararon en tablas flotantes y se vieron de frente.
-Al fin veo a tu Pikachu de nuevo. - Exclamó. - Es hora de ver cuál de los dos es el más poderoso.
Me aparté el cabello húmedo de la cara y le dije:
-No te arrepientas de descubrirlo: Pikachu, Rayo.
-Raichu, Rayo.
Los dos pokémon dispararon su electricidad, la cual chisporroteo arrojando estática. Sin embargo, su rayo fue de a poco ganando fuerza haciendo retroceder el de Pikachu.
-Esquívalo.
Le grité y por los pelos logró evitar que lo golpeara, terminando ese ataque en el mar. Sorprendido lo miré y él sonreía. El combate a distancia no nos favorecía. Debía acercarme.
-Cola de acero.
Pikachu obedeció y saltó para asestarle un colazo al Raichu, pero éste la bloqueó con su propia cola. El ratón amarillo giró sobre sí misma para asestarle el golpe, no obstante de nuevo la rata más grande movió su cola para interceptarlo de nuevo. Sin embargo, esta vez lo enredó con ella atrapándolo.
-Ahora, Mega patada.
Tremendo patadón le acomodó en el estómago sacándolo a volar. Cayó sobre una tabla jadeando.
-Tranquilo, Pikachu. Veré como sacarte de esto.
-No prometas cosas que no puedes cumplir. -Me reprendió.
-Claro que lo haré.
Debía haber algo. Tuve una corazonada, así que lo intentaría.
-Ataque rápido.
Mi pokémon se apoyó en sus patas y saltó directo contra el Raichu dándole un cabezazo. Raichu cargó un Mega puño, pero antes de que lo diera Pikachu se había alejado.
-En efecto, es como creía.
No pude evitar decir en voz alta.
-¿A qué te refieres?
Me cuestionó el sargento.
-Pronto lo verás. Pikachu, Ataque rápido.
El ratón saltó frente a Raichu, pero en vez del cabezazo le dio un Rayo directo en la cara sin que este pudiera defenderse. Aturdido, le tiro un golpe a Pikachu, pero este lo esquivo y le dio un Cola de acero en la cabeza estrellándolo contra la tabla y derribándolo al agua. Mi pokémon con velocidad se alejó de él a otra plataforma.
-Arriba soldado.
Le ordenó Surge, y Raichu trató de subir poniendo sus patitas sobre la tabla, pero entonces:
-Rayo.
El ratoncito amarillo le dio un Rayo al otro que lo hizo caer de nuevo al agua. Raichu intento subir de nuevo, y esta vez en cuanto sacó la cabeza tiró su propio Rayo, pero Pikachu saltó esquivándolo y le tiró un nuevo Rayo. El ratón grande hizo fuerza y no retrocedió, sino que subió de lleno.
-Por él, Pikachu. Cola de acero.
Pikachu usó el ataque, pero en vez de saltar con la cola hacia adelante, fue directo con la cabeza.
-Cola de acero.
Raichu intentó usar la misma estrategia para frenar mi ofensiva, pero cuando Pikachu estuvo cerca de él, grité:
-Ahora.
Mi ratón se movió para esquivarlo, colocándose detrás de su oponente y dándole un colazo en la espalda. Raichu quedó arrodillado, pero Surge comentó:
-Interesante, ya veo a lo que te referías.
Sonriendo le contesté:
-¿Qué? ¿Qué mi pokémon es más rápido que el tuyo?
Él también sonrió y me respondió:
-Así es, parece que es más veloz. ¡Pero déjame decirte que yo sobresalgo en el poder!
Desde el cielo, de las negras nubes de lluvia, una corriente eléctrica descendió hasta Raichu. Pikachu saltó alejándose, no obstante el ratón de Surge permaneció en pie y lo asimiló. Quedó destellando de poder, con toda esa corriente eléctrica recorriéndolo. El teniente entonces:
-Vamos, usa tu Rayo... no, más allá del rayo: Trueno.
Sin que pudiéramos hacer nada, el ataque salió de Raichu directo a Pikachu. Fue tal la descarga que Pikachu gritó como jamás lo había escuchado. Eso me asustó. A más voluntad que fuerza se puso de pie y escupió un poco. No obstante, no teníamos nada de tiempo para respirar, porque Raichu ya preparaba un segundo ataque.
-¡Esquívalo!
Le grité desesperado, y él apenas logró dar el salto para evadirlo. Aterrizando en otra plataforma, tuvo que huir de nuevo para salvarse, ya que la madera quedó calcinada.
-¡Corre!
Le pedí, pero esta vez no pudo y lo golpeó el Trueno. Raichu dudó en seguir.
-No te detengas. No es momento para piedad.
Le recriminó Surge, y le propinó otra descarga. Y otra, y otra más. Mi pobre Pikachu, que hasta ese momento aguantó, soltó un gritó. Un sonoro y doloroso "pika". Eso me desgarró los oídos y el corazón. No aguante y le grité:
-Ya basta Surge.
-¡No me detendré! ¡Llevaré esto hasta el final!
Y otro rayo lo golpeó. Ese maldito atacaba a mi Pikachu sin ningún remordimiento. Debía hacer algo. Mirando a todos lados, vi algo brillante. Con Lapras me acerque y lo tomé, revelando que era un tubo de los postes. Con fe, se lo arrojé. Mi ratoncito lo cachó con sus pequeñas patitas y atrapó el rayo con que lo golpeaban. Raichu cesó su ataque y Pikachu recibió una recarga del tubo electrificado.
-Veo que te has sacado un recurso de último momento. - Me comentó Surge y sonrió. - Parece que nos parecemos más de lo que crees.
-No nos parecemos en nada.
La espeté.
-Bueno tienes algo de razón. Tú eres espontáneo, impredecible. Pero yo dependo de bases más sólidas, la preparación, la planificación. Y ahora disfruta de lo que preparé: Trueno.
Otra descarga salió contra mi pokémon.
-Regrésala.
Sujetó firmemente el tubo y bateó el rayó de regreso. Raichu brincó para esquivarlo, pero Pikachu saltó sobre él y con el tubo le golpeó en la cabeza mandándolo al agua de semejante trancazo. Mi ratón se dirigió a una tabla un tanto lejana y bastante larga, sin embargo Raichu lo siguió y ambos se pararon en la misma tambaleante superficie. Los dos pokémon se vieron frente a frente. Y yo miré directamente a Surge. Con tanta fuerza que la lluvia pareció alentarse. Ambos levantamos nuestras manos y gritamos al mismo tiempo:
-¡Pelea!
Pikachu y Raichu corrieron uno contra otro. Pikachu usó el tubo electrificado para golpearlo pero Raichu lo bloqueó con su Cola de acero, igual que el segundo golpe que vino a su costado izquierdo. El ratón amarillo rodó para ponérsele atrás, pero el naranja lo vio y le dio una Mega patada que apenas cubrió con el tubo, para luego saltar y tratar de golpearlo en la cabeza, pero lo esquivó. Pikachu aterrizó y tiró tres furiosos golpes, que Raichu bloqueó exitosamente con su cola, y luego dio una estocada contra la cara de mi ratón, la cual apenas si evitó con el tubo. El café saltó para retroceder, cosa que intenté aprovechar para tirarle un rayo, sin embargo, el pokémon de Surge lo esquivó en el aire. Pikachu aprovechó eso para golpearlo con el tubo en el estómago doblándolo sobre el objeto, sin embargo Raichu se resistió y con un Mega puño le dio directo en la cara arrojándolo lejos. El tubo cayó en cualquier parte. Pikachu se levantó con una ceja cortada y sangrándole, pero eso no lo detuvo para lanzar otro Rayo con toda su fuerza. Raichu estaba jadeando y tosió un poco de sangre, pero eso no evitó que cargara energía y le lanzara un Trueno en respuesta. El encuentro de ambas energías fue brutal, pero al final mi pokémon fue alcanzado por la energía y tirado al agua. Justo en ese momento, un relámpago iluminó el rostro triunfante de Surge. Sin embargo, esto aun no acababa.
-Pikachu, sal de ahí. Uso todo lo que te resta.
Le grité poniendo mis esperanzas en ello. Unas burbujas salieron del agua, y Raichu se acercó a recibirlo. Pero no se esperaba que Pikachu apareciera en una gigantesca esfera eléctrica con la que lo atropelló y lo elevó al cielo dando vueltas. Le dije que usara lo que le restaba, y el único ataque que le restaba por usar era Bola voltio. Ambos ratones dieron vueltas en el aire mientras la bola ascendía y acumulaba más y más electricidad, hasta que un rayo la alcanzó haciéndola estallar. Los dos contrincantes quedaron por ahí en el aire, sin embargo esto seguía sin acabar. Pikachu sacó fuerzas desde su fondo cargó toda la electricidad que le quedaba, y la concentró en su puño. Con ese conjunto de rayos destellando en su mano, atacó a Raichu en el estómago y juntos se lanzaron contra las encrespadas aguas. Flotaron claramente inconscientes de tanta duro combate.
-Raichu.
-Pikachu.
Llamamos ambos a nuestros pokémon.
-Lo hiciste bien. Te lo agradezco, Pikachu.
-Buen trabajo, Raichu.
Y esto se ponía más... melancólico.
-A ambos nos queda sólo un pokémon.
Me comentó, a lo que asentí.
-Con él me basta para vencerte e ir por a destruir ese barco.
Tomó su pokebola y se burló.
-Veo que tus expectativas no corresponden a la realidad.
-La única realidad que existe es aquella en la que te hago pedazos.
Le amenacé, pero él seguía tranquilo.
-Lo dudo mucho. Tengo una idea de cuál es el pokémon que te queda. -No mostré alguna expresión. - Y el que me resta ya lo conoces, es más este enfrentamiento ya se había dado.
-Aquella vez no pude meter las manos. -Recordé.- Pero ahora es diferente. Somos diferentes.
-Ya lo veremos.
Y sacó a Elektross. Ese pokémon con el que luché en Ciudad Verde. Y yo mandé a esta batalla al mejor de mis pokémon.
-Yo te elijo, Lizardon.
Apareció con una sonrisa para mí. Se paró tan firmemente como se podía en una tabla y me desafió.
-En ese caso, seré yo quien te juzgue, defensor de Pueblo Paleta.
-¿Defensor? ¿Por qué me diste ese título?
Le cuestioné. Yo mismo lo había adoptado pero por qué me había nombrado así.
-Porque vi el potencial en ti. El de proteger. Eso es lo que parecías. Dices haber cambiado pero no lo creo. Únicamente te has dejado llevar por el dolor.
-"La victoria no consiste en derrotar a alguien fuerte, sino en proteger algo que quieres." -Se sorprendió ante mi cita.- Me comentaste hace poco. ¿Es decir que tú veías en mí un ganador? ¿En ese débil niño?
Soltó una risita.
-No eres débil para nada. Y aún si lo fueras eso no importa. Si te derrotó me sentiré honrado por proteger a mi gente, así sea de tu pequeño Charmeleon. De igual manera no te servirá de nada vencerme, ya que mi gente volverá y protegerá el mundo de la inmundicia de Kanto.
-No te permito que insultes a Kanto. - Le señalé con el dedo. - Lanzallamas.
Lizardon disparó un torrente de fuego contra Surge, pero algo lo bloqueó. Un poderoso campo eléctrico cortesía de Eeleektross lo protegió.
-Mi turnó.
Bramó Surge y un poderoso Trueno fue ejecutado por Eelektross.
-Voto fuego.
Ordene al instante para que tres columnas de fuego nos cubrieran del impacto, no obstante era tan potente que se desbordaba por las orillas arrastrando flamas y relámpagos. Ciertamente era más fuerte, pero aún podíamos cambiar el balance de este combate.
-Furia dragón.
Sabiendo que la lluvia era un inconveniente, use la flama dragonica. No obstante, el pokémon enemigo se retorció sacando estática que lo protegieron de nuestro ataque.
-Imposible.
Exclamé incrédulo. No podía haber tanta diferencia entre nosotros.
-Es una lástima. -Soltó Surge y luego ordenó.- Chispazo.
Electros se iluminó y disparó rayos en todas direcciones, y eso sumado a la lluvia sería devastador.
-¡Huye Lizardon!
Le pedí. Él dio un salto y escapó de mi vista por tanta luz que nos invadió. Cuando vi lucidamente de nuevo, Lizardon no estaba por ningún lado.
-Así que lo esquivó. -Comentó Surge y sonrió. - Como lo esperaba.
Eelektros disparó otro Trueno, pero esta vez contra mí. Lapras soltó un rugido e intentó contrarréstalo con el Rayo hielo, pero no sirvió de nada. El rayo se acercaba más y más, pero de pronto alguien me empujó. Caí en el agua y trague un puño, pero aun así me apresure a subir a otra tabla. En cuanto me aferre a ella, vislumbre a mi salvador, Lizardon, quien surfeaba con una tabla y el gas de una lámpara como combustible.
-Pero qué demonios. -Exclamó Surge. No le cabía en la cabeza una idea tan descabellada. - Al menos has perdido tu transporte.
Dijo como consuelo. Me giré y Lapras, paralizado y débil, agachaba la cabeza. Lo regrese a la pokebola para que descansara. Maldito sea Surge, planeó dejarme sin cómo llegar al barco. Y al verme, por alguna razón extraña, comenzó a reír.
-Se acabó, defensor. He salvado a mi gente, y tú has fallado en proteger a la tuya. Sin importar como acabe esto, ya te he derrotado.
Bajé la mirada y apreté los puños. ¿Después de todo, no voy a poder? Aún si lo venzo, ¿cómo voy a llegar? ¿Es todo? Solté una lágrima de frustración, esto no podía ser. Y un rugido me hizo despertar. Lizardon me llamaba. "No, aun no. No podía rendirme." Miré directo a Surge y le grité.
-No me importa ¿sabes? Llegaré a tu barco así sea arrastrándome. Lizardon, Garra metal y elévate.
Mi pokémon ajustó su tabla y usó una ola para saltar a lo más alta mientras extendía sus garras. Tomó la ola y surfeo en el aire hasta que el gas se acabó. Cuando estuvo sobre nosotros listo, sentencie.
-Giro de cuchillas.
Extendiendo sus garras, mi Charmeleon comenzó a girar para dar vueltas sobre sí mismo. Y como un trompo asesino, se dirigió contra Eelektros.
-Eso no servirá. -Advirtió el teniente. - Trueno.
Ordenó, pero su ataque salía desviado por las garras metálicas.
-Imposible. - Exclamó, hasta que se dio cuenta. - Malnacido, las garras de tu Charmeleon se llenaron de electricidad.
Soltó tanta estática en el aire y no pensó que yo la aprovecharía. Extasiado, le grité:
-Te divertías mucho hace un momento, ¿no es así?
Lizardon llegó sobre nuestro oponente y con sus giros le realizó un furioso ataque de cortes que lo arañaron e hicieron sangrar en demasía. Con el enemigo así de golpeado, Lizardon aterrizó frente él con su boca humeante.
-¡Diviértete con esto! ¡Lanzallamas!
Un disparo de fuego abrasó a Electros haciendo arder sus heridas como en el mismísimo infierno. Respiré aliviado. Tal vez lo habíamos logrado.
-Buen trabajo, Lizardon.
Le felicité, no obstante lo hice demasiado pronto. Electros salió de las llamas y arrojó una Onda trueno que paralizó a Lizardon. Si no fuera por la lluvia se hubiera notado mi sudor por los nervios.
-Esta vez, terminaré con esto. - Sentenció Surge. - Chispazo.
Una poderosa una onda eléctrica lanzó a Lizardon a la misma tabla en la que estaba yo. Me estire para tomar su garra y darle ánimo. Intentó pararse, pero la parálisis lo detenía. ¿Es qué acaso seguía habiendo la misma diferencia entre ambos desde aquel día? Sentí un puñetazo en mi espíritu.
-Después de tanto tiempo, nada ha cambiado. ¿Cómo puede ser?
La lluvia amainó para un poco, y todo se sintió más trágico. No obstante, mi mente, mi corazón no contemplaba la obvia posibilidad. Surge me habló claro y fuerte.
-Eres fuerte. Te respeto por ello. Es más diste lo mejor de ti y por eso te admiro.
¿Acaso se estaba despidiendo? ¿Entonces este era el fin?
-Sin embargo, es hora de terminar con esto. Seguiré luchando por Teselia, pero tú ya no podrás pelear por Kanto. Es la despedida, defensor de Pueblo Paleta. Saske.
No escuché su voz, no obstante el rayo descendiendo del cielo si lo vi. Lo vi caer como un heraldo de la muerte. Al principio mucho dolor, y luego me entumí. Probablemente Lizardon sintió lo mismo. Sin fuerzas para mantenernos a flote nos hundíamos más y más. Así que aquí terminaba todo. No fue como me lo había imaginado. Nada de una vida de gloria, ni una vida tranquila. No podría ser maestro pokémon, ni siquiera terminar con esta guerra. Ni vengar a mi gente, como tampoco protegerla. Ni siquiera me pude despedir. Cuando el agua comenzaba a entrar a mis pulmones, recordé a las personas más queridas para mí. Mamá, papá, Karin. Perdóname Jaden, no pude cumplir la promesa de protegerla. Ni siquiera voy a poder conocer a mi hermanito. Tampoco pude salvar a mis pokémon, se irían conmigo. Lizardon y yo ya estábamos muy hondo.
-Adiós.
Cerré mis ojos y recibí mi final.
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Pokémon: La guerra de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora