El traidor

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–Jaden...
Ni yo mismo me creía las palabras que salían de mi boca. Mi mejor amigo se había convertido en un traidor al servicio de Teselia.
–Jaden, ¿qué es lo que paso?
Pregunté con dudas en mis palabras. No se que esperaba escuchar.
–Es lo que yo quisiera saber. -Me recriminó poniendose de pie. - Te esperé tanto, tres meses, que fueras por nosotros y nos salvarás, pero nunca llegaste. Tuve que hacer un trato con ellos... -vi como apretaba sus puños con furia -ahora tengo que entregarte, tú a cambio de nosotros dos.
Tres meses, pero si solo habían pasado cuatro días. Quien sabe que cosas horribles le hicieron en ese lugar para nublarle el juicio de esa forma y convertirlo en un asesino.
–De forma que mi vida por la tuya y la de Karin... Jaden no se que te dijeron pero mienten. -Me miró confundido- Ambos sabemos que esa no es la solución.
Nos quedemos mirándonos fijamente, y entonces nos rodearon varios soldados de ambos bandos dispuestos a atacarnos. Jaden se dio cuenta y le dio una orden a sus pokémon mientras advertía.
–¡No se acerquen a mí!
Su Wartortle lanzó varios disparos de agua que Lapras congeló con su Rayo hielo volviéndolos estacas gelidas que hirieron a varios de los presentes, y no me sorprendería que alguno hubiera muerto. En mi cara se dibujo una mueca de terror, era la misma técnica que usó Mascara de hielo en aquella masacre del Lago Furia. Algo realmente malo le pasó, su corazón se había vuelto frío como el hielo que lanzó, y, si mis sospechas eran ciertas, la única flama que le daba calor estaba en lo profundo de ese castillo detras de unos barrotes.
–Lizzi, ve con Cinthia.
Le ordene a la chica que estaba junto a mi llorando. Debía dejar a todos fuera de esto. Yo debía sacarlo de esa oscuridad en que lo habían sumergido. Cinthia llegó junto a mi y entendiendo la situación tan solo me deseo suerte y procedió a marcharse, pero Lizzi me pidió algo.
–Saske, quiero que lo mates.
Me heló la sangre eso. Ella en verdad estaba dolida. Pero de momento tenía que pensar en Jaden y Karin. Lo de entregarme no serviría, era obvio que es una trampa, aún así es comprensible que mi amigo lo viera como su única opción.
–Jaden, dejemos fuera a los demás, solo tú y yo.
En su rostro solo vi decepción hacia mí.
–¿Por qué no solo te entregas? Hazlo por Karin.
Él pensaba que yo era un egoísta que los sacrificaba a ambos para salvarme yo.
–Jaden, te juro que si estuviera seguro de que los dejarán ir a ambos si yo me entrego, lo haría. Debo aferrarme a la idea de que si lucho puedo salvarlos.
–Y yo aferrarme a la promesa que me hicieron. Yo también creí que si luchaba la salvaría, pero fallé épicamente.
Me respondió. Sin darnos cuenta nuestros pokémon se habían reunido a nuestro alrededor. De mi lado Lizardon, Pikachu, Croconaw, Rockruff e incluso el Jolteon de Lizzi. De su parte Wartortle, Onix, Lapras, Aerodactyl y el Sawsbuck.
–Un combate Jaden. -Le propuse.- Si yo gano me ayudarás a salvar a Karin. Si tú ganas me entregó.
–Un combate, como debe ser Saske. Acepto.
Respondió él y comenzó. Lizardon usó Lanzallamas y Wartortle Hidrobomba haciendo que ambos ataques colisionarán y estallarán.
–¡Onix, embestida!
–Pikachu, Cola de hierro.
La serpiente de roca se movió velozmente en nuestra dirección y la rata amarilla fue a su encuentro. Onix golpeó a Pikachu, no obstante este se cubrió con su cola metálica minimizando el daño siendo solo lanzado al aire, y desde arriba tomó impulsó para asestar un potente golpe en la cabeza del Onix con su cola derribándolo. Pikachu volvió a mi lado satisfecho, pero nuestro oponente uso Terremoto hiriendo a todos mis pokémon, sin embargo ya tenía algo preparado para eso. El suelo bajo Onix se derrumbó gracias a los túneles cavados por Rockruff, quien salió un poco mal parado del Terremoto, pero logró crearme una oportunidad. Croconaw uso su Hidrobomba en la serpiente y para rematar una vez que estuvo repleta de agua tanto Pikachu como Jolteon le dispararon rayos con toda su fuerza. Jaden devolvió a Onix a su pokebola, pero sonreía. Algo me olía mal. Y entonces vi que con su solo levantar su mano cientos de estacas de hielo y roca venían en todas direcciones por obra de Aerodactyl y Lapras.
–¡Mierda!
Exclamé. Onix fue solo una distracción y me comí todito el anzuelo. Le ordene a Pikachu y Jolteon que crearan un domo eléctrico que nos cubriera,  y lo hizo bastante bien con el hielo, pero con la roca no pudo, por lo cual Rockruff intentó detenerla tratando de controlarla, sin embargo solo logro frenarla y golpeó a todos mis pokémon. Y para colmo con su Wartortle lanzó agua a nuestros pies, la cual condujo la electricidad del domo dándole un electrochoque a mis pokémon. Jaden tenía la ventaja. Debía deshacerme de sus pokémon acuáticos. Canalizando todo el poder del domo en su interior, Pikachu y Jolteon lo dispararon contra Lapras, quien lo recibió de lleno y acabó derrotado, mientras que por su parte Jolteon y Pikachu necesitarían un momento para recuperarse. Lapras también entró a la pokebola, adiós a las estacas de hielo. Swasbuck lanzó Hojas navaja que acabaron con mi herido Rockruff. Primer pokémon que me tocaba regresar. El venado corrió en nuestra contra usando Asta drenaje esquivando los ataques de Lizardon hasta que llegó con Croconaw y arremetió contra su ser, no obstante mi cocodrilo lo detuvo tomándolo de las mismas astas con las que le succionaba energía y aprovechando eso mi Charmeleon atacó con Lanzallamas a ambos. Como resultado el venado cayo derrotado y Jaden lo tuvo que regresar, sin embargo Croconaw logró resistir gracias a su tipo agua. Me sentí extrañamente emocionado. El combatir con Jaden aunque sea en esta situación despertaba algo en mí, y algo también en él, ya que veía que aunque sea por un momento mi amigo también lo disfrutaba.
–Jaden, parece que esta vez yo voy a a ganar.
Le dije. Al fin vencería a Jaden.
–¿Cuándo vas a entenderlo, Saske? Siempre te voy a ganar.
Y dicho eso levantó su mano para que su Aerodactyl lanzará varios misiles pétreos y el centro iba su Wartortle en su forma de misil caparazón. Croconaw saltó valientemente al frente a frenar las rocas con un disparo de agua, lo cual logró pero el caparazón lo golpeó de lleno haciéndolo retroceder, pero se aferró con sus garras a él y cuando la tortuga sacó la cabeza el cocodrilo la sujetó con sus fauces. Croconaw me miró como diciendo "¡hazlo ahora!" y yo lo hice: le ordene a Pikachu y Jolteon que atacarán a ambos pokémon acuáticos con sus rayos y así lo hicieron. Como resultado Croconaw fue debilitado, pero Wartortle no. Devolví a Croconaw a su pokebola mientras que Wartortle se elevaba a base de propulsión a chorro ya que Jaden estaba en las alturas sobre su Aerodactyl. El pájaro prehistórico arrojó rocas desde donde estaba, muchas, por lo cual Lizardon uso Garra Metal para saltar y destruirlas, pero no salió bien librado del todo. No obstante, aproveché el cielo abierto y como lo habían hecho antes Pikachu y Jolteon unieron sus Rayos y atacaron al ave de roca con una potente descarga que la hizo caer en una azotea seguramente vencida, no obstante antes lanzó un último ataque, una roca más grande de lo normal que iba a aplastarnos, pero Jolteon disparó Rapidez y usando las estrellas para escalar llegó junto a la piedra y con todas sus fuerzas usó Chispa. Jolteon se estrelló con la roca destruyéndola pero cayendo en el acto. Le llevé su Jolteon a Lizzi, quien se encontraba viendo fijamente la batalla y decidí ir al encuentro de Jaden en lo alto de ese edificio. A mi me quedaban un golpeado Lizardon y un exhausto Pikachu, mientras que a él un Wartortle paralizado. Estábamos en el ocaso de la batalla. Entre a ese edificio y subí las escaleras lo más rápido que pude. Tenía que pensar algún plan, su Wartortle tendría ventaja de tipo contra Lizardon y Pikachu ni siquiera tenía energía para un Rayo. Pero debía luchar, sacarlo de esa oscuridad, y así juntos salvaríamos a Karin, a nuestra amiga. Entonces recordé como inició todo. Cuando era un niño de 7 años, había salido a explorar la Ruta 1, sin importar que no tuviera ningún pokémon, mala idea. Cuando estaba por llegar a Ciudad Verde un Rattata me atacó. Trate de huir de esa rata, pero era más rápida que yo. Cuando saltó a atacarme, fue golpeada por un palo que la mandó a volar. Yo aproveche la oportunidad y tome una roca que le lancé en la cabeza haciéndola huir entre los matorrales. Vi que una mano se extendía para ayudarme a levantar. La tome y me pare.
–Uy, casi te come ese Rattata.
–Si, estuvo cerca ¿verdad?
Ambos reímos. Él era un chico de pelo marrón y alborotado.
–Un gusto, soy Saske.
Me presenté.
–Y yo Jaden.
Me dijo y sonrió. En eso escuchamos un grito de queja.
–¡Ay! Pobrecito. ¿Quiénes fueron los groseros que te hicieron esto?
Armados con piedras y palos corrimos al origen de la voz y vimos una niña muy bonita de cabello marrón. Ambos nos quedamos embobados y ella nos miró con ojos recriminatorios.
–¿Ustedes fueron quienes golpearon a este indefenso pokémon?
Jaden y yo nos miramos incrédulos. El Rattata que casi me mata estaba acostado en el regazo de esa niña.
–Niña, alejate de ese pokémon, es peligroso.
Le advertí.
–Aquí los únicos peligrosos son ustedes.
Nos recriminó ella y luego acarició la cabeza de la rata.
–A ver, no estamos para recriminaciones, lo que sea que eso signifique -dijo Jaden- esa rata casi mata a mi amigo.
Así que ya me consideraba su amigo...
–Perdón, no debí hablarles de esa forma -nos respondió la niña con tono de aflicción dejando ir al Rattata- Disculpenme.
Jaden y yo nos sentimos culpables.
–Si hay algo que podamos hacer por ti...
–Lo que sea, de verás...
Le ofrecimos a modo de disculpa y ella...
–Un helado por favor.
Todo fue una actuación al parecer, pero nos caía bien de forma que nos pusimos a contar dinero.
–¿Por qué hacemos esto?
Murmuró Jaden.
–¿Qué no quieres seguir hablando con ella?
Susurré yo.
–Tienes razón. Creo que con esto basta.
Respondió él y yo le avise a la niña.
–Vamos.
Ella corrió y nos abrazo del cuello.
–Yo soy Karin y desde ahora seremos amigos.
Y así fue. Recordaba la imagen infantil de Karin y luego la de Jaden, cuando entonces llegue a la cima del edificio y me tope con su imagen actual.
–Al fin llegaste.
Confirmó él, a lo que yo le respondí.
–Así es, hora de acabar con esto.
Le ordene a Lizardon que comenzará a quemar el techo y así conseguir algo de ventaja de parte del terreno, no obstante el uso Danza lluvia y comenzó a llover. Estábamos más a menos parejos, de forma que mande a Lizardon con Garra metal mientras que puse a Pikachu a hacer algo importante. Él mando a su Wartortle a hacer Burbujas, las cuales estallaron por el calor del ambiente antes de poder dañar a Lizardon, entonces mi lagartija empezó a golpear a la tortuga, quien a duras penas se protegía con su caparazón, pero se repuso con un Hidropulso que hizó retroceder a Lizardon, y entonces Wartortle disparó un Hidrobomba pero Lizardon logró contraatacar con Lanzallamas que chocaron entre si explotando de nueva cuenta mandando a volar ambos pokémon. Ya muy débiles, ambos pokémon se levantaron y fueron a golpearse mutuamente, sin ataques, solo puños. Vi como se mordían y rasguñaban como en aquella batalla en Ciudad Verde, y de nuevo Lizardon volvería a perder, pero no dejaría que eso sucediera.
–Pikachu, ¡ahora!
Y la rata lanzó el último resquicio de electricidad que le quedaba contra ambos pokémon para luego caer debilitada. Lizardon y Wartortle recibieron la descarga y ambos cayeron, pero Lizardon un poco antes, sin embargo, Wartortle cerró los ojos debilitada unos segundos antes que mi pokémon. No sabía como declarar un ganador, de forma que lo consideré un empate. Ambos regresamos a ambos pokémon a sus pokebolas. Jaden y yo nos quedamos mirando fijamente a los ojos, con la lluvia cayendo sobre nosotros y las llamas danzando a nuestro alrededor. Un empate, nada más que eso.
–¿Y ahora que Jaden?
Él tampoco sabía que hacer, y también seguramente saboreaba el sabor agridulce del empate. Sin embargo el se puso en guardia.
–Aun quedamos tú y yo, ¿no es así?
Yo también me puse en guardia, y me di cuanta de que ya no traía mi espada. Mejor así, no tendría tentación de usarla.
–¿Hasta estas instancias quieres llevar el combate Jaden?
–Ya te lo dije antes y te lo digo ahora, todo esto es por ella. Y por ella haría cualquier cosa.
Comprendí lo que sentía.
–Tú la amas, ¿verdad Jaden?
Él solamente se quedó mirándome.
–No solo eso. Ella y yo somos lo único que consideras importante. Entonces nada de lo que te diga te hará cambiar de opinión. Ambos buscamos proteger lo que queremos, Jaden, pero la diferencia es que yo queriendo proteger a los que quiero tengo cada vez más amigos, mientras que tú te estas hundiendo en la oscuridad.
–Quizá sea así Saske. Algo que no te conté de cuando recuperamos Ciudad Fuchsia es que alguien trató de matar a Karin, yo no me pude resistir y para defenderla asesiné al sujeto. Ella no lo sabe, pero desde ese día supe que yo haría cualquier cosa por ella. -Jaden suspiró y siguió.- En cuanto a ti, tú eres mi amigo. Siempre quise cosas buenas para ti, quería que juntos alcanzáramos la cima. Yo sé que tú siempre te consideraste inferior a mí, pero yo jamás me consideré superior a ti. Traté de sobre pasarte, pero tú te mantenías siempre a mi lado. Creo que en el fondo sentía celos, tú rodeado de cariño y amistades siendo cada vez más fuerte, mientras que yo tratando de ser presmido para creer que era mejor. Aún así, eres mi amigo, y me puse feliz cuando supe que tenías novia, aunque de que yo lo supiera a que eso se acabará pasaran unas cuantas horas. Te acompañé en tu dolor porque tú siempre estabas ahí para mi, hasta esa noche...
–¿Qué noche? -Pregunte yo.
–Esa en la que vi salir a Karin de tu cuarto por la mañana. Me di cuenta de que ella te había elegido a ti, y eso me dolió, y trate de demostrar que era mejor que tú retandote a un combate, pero me di cuenta que era inútil, que eso no me haría ver mejor a sus ojos. De modo que lo deje. Y por eso me hice pasar por ti, un último sacrificio por ambos, por su felicidad, pero ambos sabemos que fue un gran éxito. En cuanto a esto, logré salir de ahí, y ¿con qué me encuentro? Tardas tres meses en venir y con nueva novia.
–Para empezar, Lizzi no es mi novia -le aclaré, y no hubo necesidad de decirle quien era Lizzi.- En segunda, no fueron tres meses. No se que te hicieron ahí dentro, pero por lo que se solo han sido 4 días, 3 de los cuales me los pase inconsciente. Y por último, nada, nada de nada, pasó entre Karin y yo esa noche ni ninguna otra, sólo somos amigos. Yo aún quiero a Diana. -como me dolía y a la vez reconfortaba pronunciar ese nombre.
–No se si creerte, pero lo haré Saske. Aún así, no cambia nada. Debo entregarte a cambio de Karin. Bueno, ahora me dolerá más, amigo.
–Pues ya no hay nada más que decir dejemos que nuestros puños hablen.
Y corrimos uno contra el otro y nos golpeamos en el rostro mutuamente, luego el me lanzó una patada a la cabeza, la cual yo bloqueé con un brazo, y luego lo golpeé en el estómago, él dobló un poco el cuerpo, flexiono las piernas y saltó sobre mi cayendo encima haciendo que el chamuscado suelo bajo nuestros pies se rompiera y ambos cayeramos al piso de abajo. Nos levantamos con dificultad y él me tiro un golpe en el pecho sofocandome y otro en la mejilla derribandome. Cuando parecía que me patearía en el suelo, se detuvo y me dejo levantar. Él quería ganar limpiamente, y aunque patearme no era necesariamente malo tampoco era muy honorable. Ese acto me recordó que Jaden solo peleaba por salvar a Karin, y yo también, pero había algo diferente. Me di cuenta de que ahora yo quería salvarlos a ambos. ¿Y eso qué? Que a pesar de querer proteger a los demás, yo siempre fallaba. Yo llegaba a lo estúpido y alguien tenía que llegar a ayudarme, y casi siempre ese alguien era Jaden. Mi puño se cargó de ira y golpeé a Jaden en la nariz haciéndolo sangrar. Jaden siempre estuvo allí para mí. Él dijo que sentía celos de mis avances, y ya me doy cuenta del porque, Lizzi me contó que yo era como una leyenda, un héroe. Pero yo soy ningún héroe, en el mejor de los casos un oportunista. Jamás logré nada por mi mismo. Jaden si, el ya había salvado a Karin, él si protegía a sus seres queridos, yo nada más era palabras y derrotas. Eso me hizo enojar con Jaden, él siempre era mejor. Si quería ser alguien que pudiera proteger a los demás, debía ser mejor que Jaden. Él me tiro un golpe y yo lo atrape en mi mano, y comencé a presionar sus nudillos. Luego yo con mi cuerpo me arroje contra él y caímos sobre una mesa que se desplomó bajo nuestro peso. Me levante y traté de golpearlo con los brazos, pero él metió sus piernas y con ellas me impulsó hacia atrás haciendo que chocara con una pared, me golpeara en la cabeza y cayera de senton. Ese golpe en la cabeza me... despertó. Me di cuenta de que estaba pensando puras estupideces. Quizá siempre perdiera, pero el hacer amigos y nunca rendirme fue lo que me sacó a flote, haciéndome lograr muchas hazañas. Yo queriendo sacar a Jaden de la oscuridad pero me hundí en eso mismo.
–Jaden, tú ganas.
Me iba a tirar un golpe pero se detuvo.
–Llevame, tus ganas de salvar a Karin son mayores de las mías de salvar a ambos. No puedo salvarme ni a mi mismo, pero si lo hacemos juntos se que lo lograremos.
La verdad, el había ganado, su voluntad era más fuerte que la mía y jamás flaqueó, mientras que la mía si. Jaden miró al suelo y me respondió algo inesperado.
–No Saske, tú has ganado. Prefiero a morir a tú lado tratando de salvar a Karin que entregarte a esos perros.
–Pero no hay garantía de que lo logremos. -Objeté.
–Tampoco hay garantía de que nos dejen libres, y además vamos a hacer las cosas bien, por que ella merece que lo hagamos bien.
Me tendió su mano y nos levantamos. Y ambos dijimos un juramento al que se sumó una tercera voz femenina.
–¡Por Karin!

Pokémon: La guerra de KantoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora