Me Perteneces

Capítulo 08

Xx: bien, te llevaré a enfermería ya que no quiero que sigas manchando mis sábanas con tu maldita sangre.- me tomó del brazo fuertemente y me obligó a que lo siguiera, entramos a lo que parecía ser un pasillo adornado con diferente tipo de cuadro y algunas lámparas en los rincones, me sentía un poco mareada debido al golpe y sentía que iba a caer en cualquier momento, ese chico abrió una puerta blanca y me dio un leve empujón para que entrará, solo pude recargarme en un gabinete y él volvió a tomarme del brazo para después sentarme sobre una camilla.
Xx: la curaré señor Mario.- él negó con la cabeza y le dijo al joven que se retirará a lo cual obedeció, ahora sabía el nombre del idiota que está haciéndome la vida imposible.
"Mario" saco algodón, alcohol, banditas y una pomada que realmente no sabía para que era, se sentó frente a mí y mojó un trozo pequeño de algodón.
Tn: y..yo puedo hacerlo.- él me miró con expresión seria.
Mario: ¿no has entendido aún?- arqueo una ceja, tenía unas ganas inmensas de patearle el rostro. Deslizó bruscamente el algodón por mi cíen y después coloco una bandita pequeña, de ahí se paso a mi labio y coloco otra más pequeña mientras que en mi mejilla colocó un poco de pomada.
Tn: ¿e..esto es para el dolor?- él asintió cerró el frasco que contenía una pomada verde con olor a menta.- ¿puede prestarmela un momento?- el me hizo entrega de ese frasco y yo lo abrí para tomar un poco de pomada y ponerla sobre mi vientre.- ya está.
Mario: Regresemos.- volvió a tomar mi mano con fuerza y me sacó de lo que parecía ser un consultorio, volvimos a caminar por ese maldito pasillo oscuro hasta llegar al jodido infierno.
Tn: disculpe..yo no tengo dinero para pagar mi libertad..déjeme ir por favor.- él soltó una risa fuerte y clavo sus ojos en mí.
Mario: no quiero dinero por tu rescate ¿es tan difícil entender que ahora me perteneces?- suspiro y tomó mi quijada bruscamente.- intenta portarte bien porqué de lo contrario voy a lastimarte.- me soltó para después salir de ese cuarto.
Me quedé sentada en la orilla de la cama pensando las posibilidades de salir de aquí las cuales eran muy pocas.