Capítulo 184

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Escuché aplausos a mis espaldas, sentí el coraje correr por mis venas y era mi oportunidad para destruirlo, nos volteamos hasta en dónde ellos se encontraban, vestían perfectamente de traje y parecían estar felices de que yo estuviera aquí, no lograba entender el porqué.
Michael: te estaba esperando, sí estuviéramos en otras circunstancias podría invitarte una copa pero me atrevo a decir que eso es imposible.- río, ¿a que se refería con que me estaba esperando? ¿Él sabía que vendría?- mis hombres acaban de terminar con los tuyos así que estás solo ahora ¿de verdad quieres declararme la guerra? Solo te queda esta mujercita y el idiota de Math, que para ser sinceros, no ayuda de mucho.- comenzó a caminar a nuestro alrededor.
Mario: ellos son suficiente para acabar contigo.- soltó una carcajada haciendo que mi sed de matarlo aumentará más.- pero antes de verte arrodillado frente a mí ¿cómo supiste que vendría?
Michael: para ser según el mejor narcotraficante eres un poco distraído.- río y cruzó ambas manos.- secuestraste a uno de mis hombres pero eso ya lo teníamos visto, fue una trampa que organizamos para ti, lo pusimos a tu merced aún sabiendo que lo matarías pero iba incluido un micrófono que estaba conectado con nosotros, nosotros estamos a un paso más adelante de ti. Estaba apunto de sacar mi arma para acabar de una vez por todas con todo esto pero su voz me detuvo.- solo quiero darte un consejo, mientras tú estás aquí perdiendo el tiempo con algo que quizás no puedas lograr, mis hombres están acabando con lo más preciado que tienes, la casa que tanto presumes en estos momentos se está consumiendo y eso incluye a tu doctor de confianza y a tu amada novia.- el mundo se cayó sobre mis hombros, tenía la suficiente rabia cómo para terminar con ellos de una forma rápida pero ahora tenía algo más importante, tenia que sacarlos de ahí a cómo fuera lugar, me di la vuelta y corrí lo más rápido que pude hasta mi auto, ellos hicieron lo mismo y subieron en las puertas traseras de este. Mis puños se tensaron sobre el volante dejando ver un color blanco en ellos debido a los nudillos. La carretera se me hacia eterna.

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