Capítulo 91

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La risa de aquel tipo retumbo en toda la habitación después de haber soltado mi cabello sin embargo aún sentía el contacto de sus manos en mis hombros.
Rafael: es un placer volver a verte después de hace tiempo y lamentablemente en estas circunstancias, supongo que te extrañaba y por esa razón decidí venir a buscarte hasta la puerta de tu hogar sin embargo no te encontré.- escuche un suspiro y después dio pequeños golpesitos en mis brazos.- pero me encontré con algo mucho mejor, a pesar de  que por un momento estaba intentando esconderse de mí pero creo que al final accedió ¿verdad, muñeca? Aún recuerdo cuándo jugué con tu mujer ¿lo recuerdas? Estaba tan ebria que terminó entre mis brazos, supongo que eres demasiado aburrido y es por eso que todas deciden buscar algo mejor.- lanzó un suspiro nuevamente y acarició mi cabello.- Lamentablemente ya no podré jugar con ella cómo anteriormente lo estábamos haciendo mi colega y yo, obviamente no puedo dejar presas vivas ¿estás de acuerdo?- justo cuándo sentí ese frío metal en mi espalda, ese horrible sonido volvió a escucharse en la habitación haciendo que retumbaran las puertas y me aturdiera.
Mario: estoy aquí.- sentí sus manos en mi rostro mientras quitaba la cinta adhesiva de mis labios, después de eso se pasó a mis brazos para después terminar en mis piernas, sentí cómo mi cuerpo era libre al fin después de haber estado varios minutos sentada en una posición incómoda, me levanté rápidamente y me envolví en sus brazos, no me importaba en lo absoluto que estuviera con manchas de sangre, sus manos tardaron en reaccionar pero rápidamente también me correspondieron ese abrazo que tanto había anhelado en este tiempo.
Tn: te odio, te odio, te odio.- dije mientras los sollozos salían a relucir, aún así después de estarle gritando lo mucho que lo odiaba no podía alejarme de sus brazos y tampoco era como sí quisiera dejar de abrazarlo.
Mario: por hoy no nos quedaremos aquí ¿estás de acuerdo? Iremos a una de las habitaciones en la parte baja para que limpien todo este desastre.- asentí levemente y uní mi mano con la de él, creo que lo que menos quería ahora era sentirme sola.

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