Capítulo 135

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Después de varios minutos insistiendo en que me dijera que estaba sucediendo, accedió.
Mario: sufrimos un atentado mientras nos encontrábamos en la reunión, no sé quien demonios fue pero lo que tengo claro es que no están sentados en el sofá de su casa, sabía que irían a buscarme por lo tanto me apresure para sacarte de ahí.- asentí levemente esperando a que prosiguiera.- algunos de los que se encontraban ahí no lograron escapar y las balas los alcanzaron, no pude hacer nada por ellos ya que sí no salía de ahí lo más rápido te pondría en peligro, además de que las autoridades no tardaron en aparecer.
Tn: es un alivio que estés bien.- él me miró por unos segundos y sonrió. Una camioneta negra se emparejó a un lado, mientras que un auto se ponía frente a nosotros obstruyendo nuestro paso.- ¿qué está sucediendo? ¿Los conoces? Por favor, dime que vienen a salvarnos.
Mario: tranquila, no sé que demonios está sucediendo pero te sacaré de aquí sana y salva.- se quedó callado mientras observaba a tres tipos que se estaban bajando de sus autos apuntando con una pistola, él parecía estar ideando algún plan.- bajáremos y cuándo te diga que corras lo harás ¿de acuerdo? No importa que suceda, no te detengas.
Tn: no me iré si no es contigo.- sus manos tomaron mi rostro obligándome a que lo viera, nunca había visto tanta oscuridad en sus ojos. El sonido de las balas chocando con el cristal del vidrio delantero nos puso en pánico.
Mario: ¡Corre!- escuché cómo el estruendo de los balazos me aturdían y me impedían moverme por lo tanto lo único que pude hacer fue esconderme a un lado de la camioneta, mis piernas no funcionaban en lo absoluto mientras que mis manos temblaban sin detenerse, Mario tenía dos armas entre sus manos de las cuales no dejaban de caer balas, sentía que mi corazón se saldría en cualquier momento y tenía mucho miedo.
Mario: trata de calmarte ¿de acuerdo? Solo queda uno, pase lo que pase no abras los ojos.- me sentía cómo una niña pequeña con miedo a media noche, aunque no quisiera tenía que verlo y asegurarme de que no le pasaría nada. Solo logré escuchar dos balazos, después de eso todo se quedó en silencio.

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