Capítulo 51

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Mario: el tipo al que estás viendo no tiene mucha importancia ahora, ellos tienen orden de asesinarlo esta misma tarde.- la forma en la que decía las cosas era tan escalofriante y frívola.
Me tomo de la mano obligándome a pararme frente a la segunda celda, la chica tenía una falda color roja y su piel era blanca, por debajo de la bolsa se dejaba ver su cabello rojizo.
Tn; ¿quien es ella?- estaba intrigada y quería saber porque una mujer estaba aquí, para ser poco tiempo de estar en este calabozo tengo muchas dudas.
Mario: lo sabrás en unos segundos, amor.- uno de los señores que estaban en esta habitación abrieron la celda y se adentraron para quitarle poco a poco la bolsa, uno de ellos levanto el rostro de ella...mis ojos se humedecieron al ver quien era mi mejor amiga Valentina estaba sentada inconsciente con un poco de polvo en su rostro, sentí los brazos de él envolviendome y su respiración en mi mejilla.
Mario: ¿te gusto la sorpresa, preciosa? Fue más fácil de atrapar que tú.- me safe de él cómo pude y lo empuje logrando que se tambaleará un poco, después de eso golpeé su mejilla haciendo que su rostro de burla cambiará por completo.
Tn: ¡eres un jodido idiota! Dijiste que no lo harías sí yo cumplía con lo que pediste, eres un hijo de perra.- golpeé de nuevo su rostro y me di cuenta que había sido una mala idea, pero no me arrepiento en lo absoluto. Él le pidió a todos que salieran y estos obedecieron rápidamente sin respingar.
Mario: te arrepentirás de lo que acabas de hacer.- fue lo único que dijo antes de golpear mi mejilla y empujarme contra las rejas de la celda.
Tn: no me arrepiento de haberte golpeado, estoy feliz por ello.- me tomó de las piernas colocándome sobre su hombro cómo sí de un costal de papas se tratase. No podía ver del todo bien debido a que mi cabeza iba colgando y mi cabello suelto tapaba mi rostro. Sentí que me lanzó a un lugar blando por lo que supuse que ya estaba en la habitación, así fue, desaparte mi cabello de mi rostro y lo mire parado frente a mí con una expresión de furia en su rostro, se quito el cinturón ágilmente y sólo intente retroceder pero me fue imposible.

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