Capítulo 47

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Narra Tn:
Volvió a tomarme del brazo y salimos del baño a paso apresurado, Catalina se encontraba sentada a lado de Math y él platicaba con los señores.
Mario: Math, me adelantaré ¿puedes terminar por mí?- él asintió rápidamente, su mano apretaba fuertemente mi muñeca y por más que intentaba aflojar su agarre era imposible, salimos de ese lugar que ahora se había convertido en una calle vandálica, muchos borrachos estaban en las esquinas y fuera de este estaba un grupo más los cuales se miraban amenazantes, al menos para mí, ahora era yo quien apretaba el brazo de Mario.
Xx: ¡pequeña, ven conmigo, te aseguro que te divertirás!- grito uno de ellos, trate hacer caso omiso a lo que había gritado pero fue imposible cuándo sentí que Mario se giró.
Mario: ¿que dijiste pedazo de mierda?- me soltó rápidamente pero ahora fui yo la que apretó su muñeca tratando de detenerlo pero fue imposible.
Xx: ¿que? ¿Te hablé a ti?- su tono era burlesco y como no sí estaba ebrio, un tipo me abrazo por detrás y el olor a alcohol inundó mi nariz haciéndome sentir más náuseas de las que ya sentía.
Tn: ¡sueltame, no me toques!- Mario al escucharme se giró inmediatamente y al ver al tipo se abalanzo sobre él haciendo que me soltara, sí antes tenía miedo pues ahora estoy entrando en pánico, el otro borracho con el que antes Mario estaba discutiendo intentó golpearlo, en ese momento odie mi lado impulsivo porque involuntariamente golpeé su rostro. Él me tomó de un solo brazo fuertemente, sentía que en cualquier momento me lo rompería, con su otra mano golpeó mi mejilla e inmediatamente sentí aquel sabor metálico que brotaba de mi labio.
Math: pero que diablos.- en cuanto vio que yo estaba atrapada entre los brazos del borracho, lo obligó a que me soltará tomándolo del cuello.- Mario, vayanse ahora, recuerda que está embarazada.- dicho esto Mario se levantó y me tomo del brazo para después subirme a su auto, me sentía mareada y asustada, mi corazón estaba demasiado alterado.
Encendió el auto y comenzó a conducir a una velocidad extrema, estaba furioso y sus nudillos estaban rotos.
No tardamos ni 10 minutos en llegar a la casa de Mario.

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