Capítulo 149

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Math miraba a Mario cómo sí le estuviera rogando que se quedará, la señora Rose se encontraba parada en la entrada de la cocina mirando a un punto fijo, parecía estar triste y quizás es por el desaire de Mario.
Tn: creo que después de todo no es mala idea.- él me miró inmediatamente y fruncio el ceño.- vamos, ellos se esforzaron demasiado para que tu bienvenida fuera increíble y que te vayas a dormir en ves de disfrutar lo que prepararon me parece de mala educación.
Mario: pero no haz dormido bien estos días y tus ojos parecen los de un panda, mejor vayamos a descansar.- volví a negar y él lanzo un suspiro.
Tn: un rato no hace daño así que ve a saludar a tus amigos, yo iré con Rose.- él asintió no muy convencido y soltó mi mano con dificultad, inmediatamente todos hicieron un circulo mientras reían y decían que Mario era un anciano, Math se miraba muy feliz a lado de su mejor amigo. Me coloque a un lado de Rose para después pasar mi brazo por sus hombros y sacarla de sus pensamientos.
Tn: ¿qué le sucede? ¿Se siente mal?- ella negó mientras bajaba la mirada, algo no estaba bien.- me está asustando ¿quiere que llame a Mike para que la revise?
Rose: no, señorita.- suspiro.- es solo que cuándo me enteré de que mi pequeño había sido herido me asuste demasiado, pensé por unos segundos que ya no lo volvería a ver y ahora que volvió ni siquiera me ha tomado en cuenta.
Tn: quiero que se vaya a descansar, se ve que no ha dormido bien y creo que la veo un poco más delgada, yo me encargó de servir.- a ella pareció agradarle la idea ya que rápidamente se quitó el mandil y se fue escaleras arriba. Mike se acercó sonriente a mí y me enredó en sus brazos cómo sí fuera una niña pequeña.
Mike: te extrañé muchísimo, cuándo supe que había un atentado en donde ustedes se encontraban, pensé rápidamente en ti, sé que Mario estaría bien ya que es un matón excelente y podría defenderse pero tú eres una niña inocente rodeada de casquillos y me imagine lo peor ¿te haz sentido bien?- asentí levemente mientras disfrutaba el olor que salía de su camisa, la voz de una chica nos hizo separar rápidamente.

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