Capítulo 154

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Salí del consultorio y lo primero que vi fue a Math, se encontraba sentado en uno de los sillones con las manos en su cabeza, al mirarme no dudo en levantarse y hundirme en sus brazos, era imposible no llorar cómo un bebé al sentir los brazos de él rodeandome, era mi mejor amigo de toda la vida y él más que nadie sabia lo mucho que me ilusionaba tener un bebé con la mujer que ama, sé que al igual que yo, también estaba emocionado por su llegada.
Math: escuché lo que sucedió, de verdad lo lamento.- susurró en mi odio con la voz entrecortada, le di pequeños golpes en la espalda tratando de decir que estaba bien, pero ¿en realidad lo estaba? Me abrazo aún más fuerte e inmediatamente rompí en llanto, ese llanto que tanto había reservado.- está bien que llores, sabes que mi hombro estará para ti en cualquier situación y ahora más que nunca está para ti.
Mario: necesitó que me ayudes con algo, dijo Mike que Tn había consumido algún tipo de sustancia peligrosa y que seguramente no solo era una, sino que fueron sustancias mezcladas.- aclaré mi garganta, me ponía atención cómo nunca antes.- quiero que examinen el agua que Tn dejó en su copa y también las sobras de su comida, quizás y ahí podemos encontrar la respuesta.
Math: de acuerdo, encargate de estar con tu mujer que yo me encargaré de lo demás ¿de acuerdo? Todo mejorará.- asentí levemente mientras lo miraba marcharse. Mi pecho se sentía vacío ahora, se volvió muy difícil para mí aceptar que alguien le haría daño ya que me juré a mí mismo cuidarla y dar la vida por ella sí era necesario, ahora me siento decepcionado de mí mismo. La puerta del consultorio se abrió dejándome ver a Mike, me hizo una seña y enseguida me acerque.
Mike: ya puedes verla, quizás despierte en unas horas.- asentí, él me dejó un golpe en el hombro para después marcharse. Abrí la puerta poco a poco, ahora mismo no tenía la valentía de ver su rostro pero era algo que mi corazón necesitaba. Ella se encontraba recostada en la camilla con una manta color blanca tapando su cuerpo, su rostro había palidecido y sus labios se encontraban secos, había varias agujas enterradas en sus brazos.

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