Capítulo 36

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Termine de arreglar la cama y me dispuse a bajar al comedor cómo me lo habían indicado hace un rato, estaba aburrida de estar encerrada todo el tiempo viendo y haciendo lo mismo, todo era tan monótono en mi vida que ya ni siquiera le miraba algún sentido.
Abrí la puerta de madera y ahí estaba él sentado mientras golpeaba la mesa con las yemas de sus dedos.
Mario: sigues haciendo lo contrario de lo que te pido, sigues llegando tarde.- me senté a su lado y lo mire a los ojos.
Tn: estaba arreglando la habitación.- él asintió y colocó un plato con pollo, pure y lechuga, todo se miraba realmente delicioso.
Mario: tienes que alimentarte bien, nuestro bebé te quitará muchas proteínas y no quiero que enfermes.- eso me hubiera encantado oír sí al menos yo hubiera deseado ser madre y sobre todo sí amará a mi pareja.
Tn: ¿crees que en algún momento pueda salir de casa? Estoy aburrida aquí, ni siquiera me dejas hacer aseo junto a Rose.- él me miro detenidamente y limpió sus labios con una servilleta.
Mario: oh mi pequeña, claro que podría dejarte salir pero antes tendría que atarte a mí o poner un gps en tu cabeza para así poder localizarte.- suspire fastidiada y seguí comiendo el puré.
Tn: muestrame la sala de piano que anteriormente me habías mencionado?- él asintió rápidamente mientras tragaba el bocado que tenía en su boca.
Mario: claro que sí, preciosa.- era raro pero cada vez que me hacía algún cumplido o me llamaba por algún apodo inventado por él me hacia sonrojar, también es bastante raro que él no haya intentado abusar más de mí e incluso tiene bastante tiempo que no me levanta la mano, lo cuál le agradezco demasiado.- solo que primero tendríamos que limpiarlo ya que tiene tiempo que nadie le da uso, tiene muchas telarañas y sobre todo polvo.
Tn: eso no importa, puedo encargarme de eso el día de hoy.- estaba emocionada por volver a tocar las suaves teclas del piano con mis dedos y escuchar sus sonidos al presionar cualquier tecla, ya no tenía esperanzas de escapar así que solo me quedaba acostumbrarme a la vida de encierro.
Mario: no me gustaría que te pícara una araña o algún otro animal así que mejor dejemos que Rose lo haga ¿te parece?

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