Talentos ocultos

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(esto lo tenía escrito hace varios días, pero no lo había  subido...)

"Todos seres vivientes tienen dos opciones:

-Vives tú vida para satisfacer las expectativas de los demás...
O comienzas a realmente vivir".

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- Pero que tonta es... -

- Es un camino de una sola vía, presta atención tonta -

La pobre pelirroja intentaba disculparse sin enseñar a sus superiores sus ojos al borde de las lágrimas.

- Lo siento mucho... Es que a penas llevo unos días trabajando -

La pobre novata salió a toda velocidad del lugar, se sentía tan torpe y humillada. Aún podía oír las risas en su mente y se lamentaba internamente de ser tan despistada.

"¿Por qué siempre llevo el mapa al revés? ¿Por qué me distraigo tan fácilmente?"

La novata se sentó en una banca alejada del tránsito peatonal. Necesitaba estar sola un momento, aclarar sus ideas, intentar quitar esas voces burlonas de su mente.

"Cómo decía la maestra Macrófaga: pensamientos felices, ten pensamientos felices AE3803"

La pelirroja cerraba los ojos y calmaba su propia respiración evocando recuerdos que la hacían sonreír: su primera entrega exitosa, la graduación, la vez que fue rescatada por un mielocito, las veces que Hakkekkyuu-san la invitó un té, las veces que fue feliz jugando y cantando con las amables maestras Macrófagas.

- Pensamientos felices... Sólo pensamientos felices... - se decía en voz baja la joven pelirroja.

Dos neutrófilos se acercaron a ella y pudieron oír los murmullos de la chica dándose aliento a sí misma. Los dos vieron como se burlaron de ella, ambos miraron con odio a los brabucones que huyeron a toda velocidad del lugar y ahora iban a verificar que la dulce eritrocito querida por el escuadrón U estuviera bien.

- ¿Todo bien señorita? - preguntó alegre el más joven, 4989.

La pelirroja dió un pequeño sobresalto al notar la presencia de los dos albinos soldados blancos. El varón más cercano a ella, 1146 le ofreció una taza de té.

- Tres de glucosa, como te gusta - dijo 1146 entregado la bebida a la chica.
Cómo adoraba la chica ese gesto de su apreciado Hakkekkyuu-san, siempre recordaba cual era la bebida que ella prefería, cómo le gustaba beberla y además recordaba incluso el bocadillo favorito de la eritrocito. Sin contar que de una forma u otra, siempre llegaba a su rescate.

- Muchas gracias a ambos... Ustedes son... Son... Son geniales - dijo la joven eritrocito limpiando una lágrima que logró escapar de su orbe ámbar. Ambos varones se miraron el uno al otro, ambos sentían dolor al verla triste. Ninguno de los dos se explicaba que tenía esa dulce eritrocito que la hacía tan adorable y por qué alguien podría tratarla mal.

4989 le quitó la gorra y comenzó a revolver el cabello de la chica de un modo juguetón. Por su parte 1146 se puso de cunclillas frente a la muchacha.

- Oye, haz mejorado bastante en tu trabajo. Es solo cuestión de tiempo para que seas la mejor, ahora ¿Dónde es tu próxima entrega? Te llevaremos y no quiero un no por respuesta - le dijo 1146 con una leve sonrisa que fue replicada por la chica de cabellos rojos.
4989 también le tenía un buen cariño a la chica, en algún minuto pensó en que quizás si la invitaba a salir podrian ser más, hasta que notó como 1146 suspiraba cada vez que la muchacha se perdía entre la multitud, o como los hermosos ojos ámbar se iluminaban cuando veía al albino de ojos negros, esos hermosos ojos ámbar no brillaban por él y lo entendió rápido, después de todo se dió cuenta antes de enamorarse y no hizo mayor daño para el joven 4989. No obstante, eso no quitaba que se preocupase por sus amigos quería verlos felices.

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora