Polillita

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Inspirado en Sentido de Pertenencia 3.

Cuando Killer y Nikki dejaron el orgullo de lado, la ruda mujer se mudó a vivir con él.
El rubio vivía en un sector residencial bastante cómodo. Un edificio donde cada departamento constaba de dos pisos, tres habitaciones, estacionamiento privado para los residentes al igual que un jardín bastante amplio. Absolutamente nada que envidiar a las casas tradicionales, al contrario, muchos consideraban ese sector residencial como uno de los mejores para vivir en la ciudad.
Cuando Nikki se mudó, a ninguno se le pasó por la cabeza que aquella habitación que era usada casi como bodega la terminarían adecuando para una bebé. Mucho menos que pocos años después, la habitación que era un mini gym pasaría a ser la habitación de su segundo hijo.
En algún momento ambos pensaron en que quizás al crecer sus hijos desearían una casa, algo más tradicional, más al sr un hogar amplio y sin falta de nada no hubo necesidad alguna de cambiarse de casa. Sin contar que a los padres les dejaba mucho más tranquilos el hecho de que contaban con buena seguridad, tomando en cuenta el trabajo de ambos.

Kimmy heredó un carácter similar al de sus padres. En el lugar donde vivían, no habían niños de su edad o de la de su hermano, a lo cual desde muy pequeña Killer y Nikki consideraron que sería excelente idea que socializara con los hijos de sus colegas, para que supiera tratar a otros niños antes de entrar a la escuela. Por fortuna, la pequeña rubiecilla de difícil carácter entabló una muy buena amistad con la pequeña Nea, y gracias a esta amistad la pequeña comenzó a entender como se debe tratar a los demás. Sin embargo, no fue igual con Kenneth...

El pequeño niño de cabellera negra no tenía niños de su edad con quien jugar. En aquel entonces, Neri era cuidada con mucha devoción, casi en una burbuja debido a sus capacidades cognitivas superiores, y no se había dado la oportunidad de conocer a más niños de su edad. Afortunadamente, tenía a su hermana Kimmy, jugaba con ella y por bastante tiempo, ella y Thomas eran sus únicas amistades, pero no era igual ya que Thomas era como su familia. De algún modo, sus padres sabían que sí se llevaba bien con ellos era casi por obligación, temian de que Kenneth tuviera problemas de adaptación cuando entrase a la escuela.

Intentaron con una guardería cuando cumplió 2. Fué fatal.
Segundo intento, un jardín de niños al cumplir 4, peor.
La tercera era obligatoria, ya estaba en edad de entrar al preescolar y por ley debía ir.

Intentaron prepararlo semanas antes. Cuando el horario de Nikki y Killer eran los mismos, se veían en la obligación de acudir a una niñera. Generalmente era "Jojo" uno de los más leales lacayos de Killer, nunca ponía objeciones en cuidar a Kimmy y Kenneth en el departamento. El pequeño niño sólo sabía lidiar con adultos y niños mayores que él, como no acostumbraba a tratar con niños de su edad, incluso le resultaban molestos.

El fatídico día en que tuvo que entrar al preescolar.

- ¿Qué tal tu día, Kenneth? -

- ¡¡¡ODIO ESA PORQUERÍA!!! ¡¡¡NO QUIERO VOLVER JAMÁS AHÍ!!! -

Era una lucha campal ponerle el uniforme, peor subirlo al auto. Y algo vergonzoso arrastrarlo al salón...

Hablar con la directora y explicarle que era un niño bueno e inteligente, solo tenía mal carácter y no tuvo la oportunidad de compartir con niños de su edad, por eso no sabía lidear con ellos.
Al ser un caso muy especial, mucho, mucho, muy especial consiguieron el permiso para darle educación en casa. Con la condición de que debía rendir exámenes en la escuela cada 15 días para ser monitoreado por el asistente social y la psicóloga de la escuela por seguridad del menor.

Kenneth no supo lo que es ir a preescolar, ni kindergarten. Pero su suerte se acabó al cumplir 6.

- Lo siento jovencito, ahora sí vas a la escuela quieras o no -

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora