Hataraku Saibou (Historias breves)

Rojo o Rosa (parte 1)

Advertencia:
Guerra de Shipp
Me desafiaron a escribir un lío así medio telenovelesco estúpido e.e
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"De seguro le gusta más porque es valiente, tiene un cabello rubio muy bonito ¡Pero no quiero! ¡No quiero! ¡No quiero que Hakkekkyuu-san tenga novia! ".

La pelirroja eritrocito peleaba mentalmente con sus celos. En la mañana paso a dejar una carga de nutrientes cerca de los intestinos, cuando vió algo que desató la sus celos... Hakkekkyuu-san platicando plácidamente con una hermosa Eosinófilo, la misma que salvó a todos del Anisakis, esa misma que creció en la médula ósea con su querido Hakkekkyuu, esa misma que captaba las miradas por su adorable peinado y uniforme rosa.
Todas las ganas que sintió de ir a saludar se fueron al bazo cuando vió como la rubia de coletas le limpiaba una salpicada de citoplasma del rostro y el varón sólo sonrió.

La joven repartidora sintió un puñal en el corazón, entregó el cesto y salió corriendo a toda velocidad del lugar. El varón levantó la vista al puente solo para ver a la chica corriendo.

- ¿Huh? Esa era Sekkekkyuu... -

- Hay muchos glóbulos rojos por aquí ¿Cómo sabes que era precisamente ella? - preguntó la Eosinófilo.

- Ah, no lo sé... Pero estoy seguro que era ella - respondió el varón.

- Ya veo ... Bueno, ya la verás por ahí. Al menos quédate un rato más a beber el té conmigo - sugirió la rubia jugando con una de sus coletas.

"De seguro le gusta porque es linda e ingenua. Siempre sonriendo y le cae bien a todos... Con ese lindo cabello rojo y esa voz dulce...
¡No quiero! ¡No quiero perderte 1146! No quiero que tengas novia".

El albino tomó asiento junto a la linda rubia preguntándose por qué la eritrocito no se acercó a saludar.

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La eritrocito estaba con un aura oscura y deprimente sentada en una banca haciendo tiras de papel, rompiéndolas en trozos tan pequeños como confetis. Dos neutrófilos que patrullan el sector reconocieron a la chica y se acercaron a saludar.

- Es un día muy lindo para estar tan deprimida, dulce señorita ¿Por qué no nos ilumina el día con una sonrisa? - exclamó alegremente y con un guiño 2048, el neutrófilo de cabellos lisos.

- Lo que dijo él ¿Qué ocurre AE-chan? ¿Te perdiste? - se sumó 4989 tomando asiento junto a la chica que respondió sin levantar el rostro.

- Nada... No me pasa nada. Sólo soy una eritrocito más sin sentido, una célula más - respondió con las mejillas infladas y el ceño fruncido dejando a ambos neutrófilos mirándose sorprendidos.

- Eso fue deprimente... ¿A quién matamos? - bromeó el de cabello liso.

- A nadie, es sólo que pensé que quizás... Eso me pasa por pensar cosas que no van a pasar... - se lamentó la eritrocito abrazándose a sus rodillas para ocultar su rostro.
El más joven de los neutrófilos sintió un punzón en el pecho al ver a la chica tan deprimida, no le gustaba verla triste, la quería y apreciaba demasiado para quedarse sin hacer nada.

- Vamos bonita ¿Qué debo hacer para que sonrías? Ya lo sé... ¡Iremos por todos los bocadillos de glucosa que puedas comer! - decía alegre el joven neutrófilo tratando de sacar de su tristeza a la chica quien levantaba el rostro sonriendo.

- No es necesario 4989 - respondió la chica limpiándose una lágrima.

- No, si no te estoy preguntando, señorita le informo que usted está siendo secuestrada. Con su permiso - 4989 tomó de la mano y se llevó a la chica a caminar dejando a 2048 riendo de la actitud del más joven.