Hana

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Sentido de Pertenencia II (Después)

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- Es preciosa... - murmura el varón de ojos carmesí. Alguna vez fueron de un precioso color gris, pero el uso de una toxina más que contaminada que le salvó la vida tuvo un precio, dentro de él, la perdida de ese puro color en sus iris por uno carmesí. No le importaba, perder su color, el ganó la batalla a la muerte y eso era lo que de verdad importaba, eso y que la vida le dió la oportunidad de rehabilitar a su amada Sadie, fueron meses durísimos de verla casi aprender a hablar y caminar de nuevo pero cada segundo valió la pena para él. Más ahora, que apoyándose con cuidado sobre el barandal de una adorable cuna podía ver dormida a su bebita.

- ¿Sigue dormida? - entró con sigilo la madre de esa pequeña criatura en una bata de algodón a revisar a su bebé con dos días de nacida.

- Si, parece un angelito. Deberías volver a la cama, debes descansar mucho si la pequeña despierta la llevaré contigo ¿O tienes hambre? ¿Quieres algo? - El varón se acercó a la joven madre tomando sus manos ofreciendo una cálida sonrisa, una sonrisa que no se le borraba con nada desde que nació la pequeña bebé.

- Mamá Rosita y tú me van a mal acostumbrar, de antes de dar a luz que poco más les debo suplicar para que me dejen salir de la cama. Necesito estirar las piernas... No le haz quitado los ojos de encima a la pequeña desde que nació ¿Ya dormiste un poco? - preguntó Sadie acariciando la mejilla del varón.

- No puedo dejar de verla, es hipnótico. Es tan linda, tan pequeñita, parece muñequita, un angelito de esos que cuelgan en árboles de navidad - insistía Hachiro volteando una vez más a la cuna donde la pequeña bebé comenzaba a hacer un pequeño puchero seguramente exigiendo su merienda.

- Oh nenita, ven aquí, ven aquí - Sadie la tomó con cuidado y la acomodó en su regazo para amamantarla. Hachiro se sentó junto a ellas mirando algo que a él le parecía tan hermoso como divino; ver como una mujer da vida en todo sentido a otro ser. Desde acoger la semilla en el vientre, incubarle hasta poder salir al mundo, y ahora ella producía en su pecho único alimento que nutría a su pequeña hija; no solo la alimentaba dándole su leche, alimentaba el lazo madre e hija con algo tan natural como amamantarla. Admiraba a Sadie, el primer día supo que a ella le dolía, el parto de por sí fue duro, y aún así, ella sonrió mientras sufría el dolor de amamantar por primera vez.

- Ya no duele tanto como el primer día - murmuró Sadie al intuir que Hachiro pensaba en el dolor que le significaba amamantar.

- ¿Pensaste ya en un nombre? - preguntó Hachiro. La pequeña bebé aún no tenía un nombre, los nueve meses el sexo de la niña fue un misterio para todos incluso para ellos, querian que fuera todo completamente nuevo. Durante el embarazo, compraron cosas sin género en específico, ropa de colores para ambos sexos, juguetes. La ilusión de lo mágico que sería el día en ver al bebé por vez primera los mantenía por las nubes.
Al nacer la bebé, y al ver Hachiro a su pequeña niña, saludable, con el lanugo rubio miel cubriendo su pequeña cabecita, las lágrimas de felicidad brotaron sin temor alguno empapando su rostro mientras contemplaba a la pequeña criatura que ni dos minutos tenía de nacida y ya se había apoderado de su alma y la de Sadie por completo.
Parecía increíble, pero ninguno de los dos había pensado ni hablado sobre algún nombre.

- Honestamente, soy pésima con los nombres. Lo mío son los apodos, así que por esta vez te dejo a ti esa misión, Pretty boy -

- Me gusta Hana, es breve, es lindo como ella - murmuró Hachiro acariciando con la yema de los dedos una manito de la pequeña bebé.

- Estás ansioso por quitarmela - declaró entre risas Sadie. - Ten, cargarla un rato en lo que le vuelve a dar sueño - ofreció a la niña a lo cual no tuvo que insistir, Hachiro estaba ansioso por tener en brazos a su pequeña. Ese aroma a bebé, el calorcito de su menudito cuerpecito, y esa aura tan pura lo volvían loco.

- Entonces ¿Qué dices? -

- Por mí está bien, Hana es tierno. Dime ¿Lo pensaste recién o ya lo tenías planeado de antes? - interrogó Sadie alzando una ceja en señal de sospecha.

- Je, aunque no me lo creas. No lo pensé mucho. Imaginé que pasaría horas y horas pensando en un nombre para la bebé, un nombre de una gema preciosa, o una flor hermosa, así que Hana (Flor) me gusta, porque puede ser una, o pueden ser todas -

- Me gusta Hana, Hana Zenshiro. Cuando mamá Rosita sepa que se llamará Hana, y tiene que ver con flores da por hecho que hará fiesta - exclamó divertida Sadie imaginando la alegría de la mujer mayor.

- Ja, ja, ja ni me había dado cuenta de ese detalle. Ahora va a pensar que fue una referencia a ella, bueno dejémosla ser feliz, además Hana quiere mucho a su "bisabuelita" -

- Abuelita - Corrigió Sadie.

- Mamá Rosita es tu abuela -

- Lo sé, pero ella es ahora como mi mamá y la verdad... Digamos que le picó el bichito de la edad y mejor dejémoslo en abuelita -

- Oh... - Hachiro tuvo que evitar a toda costa soltar una carcajada para no asustar a la bebé. - Está bien, entendido -

- Bien, super papá. Devuelveme a Hana, voy a acostarla y tú vas a dormir también -

- ¿Puedo dormir con la bebé? -

- Junto a ti, no la hagas dormir sobre tí. Recuerda lo que pasó con Nea y Neri, después cuando tuvo turno de noche la pobre Eri no sabía qué hacer para dormir a esas criaturas, no quiero que Hana se mal acostumbre también-

- Neo las mal enseñó a dormir sobre él, yo sólo lo haré una vez -

*** Dos meses después ***

02:13 AM

- Buaaaaaahhh ~ -

- Ahora super papá, vas a ir a hacer dormir a tu bebé porque TÚ la mal enseñaste a dormirse en brazos - se cubre la cabeza con la almohada.

- ¿Mi bebé? Creí que era nuestra... -

- Cuando llora a las dos de la mañana es tuya. Es más, te doy su custodia durante la madrugada... -

- Je, je okey ya voy, ya voy. Ya va papá Hana ~ -


Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora