Tratas de cuidarlo

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- ¡TU PELEA ES CONMIGO! ¡DEJA QUE ELLA SE VAYA! -

Gritó con desesperación el neutrofilo U1146, mirando desde el suelo maltrecho por la intensa batalla previa contra la célula Cancerígena que una vez más, cumplía su promesa. La misma que retumba en las pesadilla del albino:

"Siempre volveré "

Cual látigo, uno de sus brazos mutantes lo golpeó con tal furia que lo llevó a estrellarse contra un pilar. El estruendo fue horrible, sumado al grito de dolor por el impacto.
El albino estaba mal herido, y ambos lo sabían. Eso sólo sumaba furia a su atacante.

- Mierda, ya rindete... -

- No, nunca... - Respondía con una voz apenas audible. Y una vez más, con dificultad intentaba ponerse de pie y hacerle frente.
El deforme varón frente a él no le impidió el paso hasta el tubo donde estaba prisionera la pelirroja repartidora que tenia de rehén. Podía ver a través del cristal, como flotaba en aquel líquido cristalino, tan serena, tan inconsciente, tan quieta... que le aterraba.

- Dejala vivir... -

- ... -

El atacante sólo guardó silencio, mientras observaba como de manera patética, el albino soldado daba golpes al cristal. Estaba tan mal herido y débil, que no era capaz ni de causar ni el más mínimo daño a aquella extraña prisión.

- Sekkekkyu... hey, oye. Lo siento, de verdad lo siento -

- Vaya, vaya... a mi nadie me pidió disculpas - Comentó Cáncer dando una patada en las costillas al albino, este último rodó y se retorcía dolor, y una vez más, intentaba arrastrarse hasta el tubo sin éxito. - Te estoy ofreciendo la oportunidad de ser parte de algo nuevo y hermoso, pero tu te empeñas en seguir órdenes egoístas y estúpidas. Al principio, te vi como alguien diferente, gentil. Un asesino gentil, y ahora, me doy cuenta de que eres una basura egoísta ¡No te importan los demás! Te observé mucho tiempo, mucho. Y nunca te importó más que cumplir con tu deber, pero, la única vez que te vi dudar, fue por salvar a una insignificante e inútil glóbulo rojo -

- Sekkekkyu... -

- Ya está muerta ¿Sabes que fue llenando último que dijo antes de quedar sin oxígeno? -

- No, no... no puede -

- Dijo: "Perdón Señor Leucocito, sólo le traigo problemas" ja, ja, ja...JA, JA, JA, JA, JA ¡SI HASTA EN SUS ULTIMOS MOMENTOS FUE UNA INÚTIL PATÉTICA! -

Una patada en el rostro, lo tumbó junto al tubo.

- Ahí está la INÚTIL. Anda, pídele perdón, despidete o que se yo - Ordenó el maníaco.

1146 se levantó hasta donde su cuerpo maltrecho selo permitió, se inclinó lo suficiente para poder ver aquel pálido rostro de aquella muchacha ya sin vida.

- Sekkekkyu... -

Despertó de un sobresalto, la muchacha que dormía de brazos curzados recortada al borde de la camilla casi se cae de la silla por el brusco movimiento.

- Señor Leucocito ¡Al fin! ¿Cómo se siente? -

- AE... -

La muchacha sintió el carmín subir a sus mejillas, era la primera vez que la llamaba por su código. Se sintió algo extraño, pero agradable a la vez. 
Estuvo inconsciente un par de horas, después de resultar herido en combate, y aun asi, esa terrible pesadilla que lo torturaba hace tiempo se hizo presente. Pero por primera vez, despertaba y podía ver el rostro de aquella muchacha de inmediato, y confirmar que estaba bien y solo fue una horrible pesadilla. No como en su departamento, que al despertar de aquella onírica tortura, se alistaba para el trabajo y rezaba para toparse con ella y comprobar que estaba bien.

- Sekkekkyu ¿Qué haces? -

- Yo, bueno, yo. Vine a acompañarlo mientras se reponga, porque se lastimó por salvarme a mi y mis amigos, y bueno, no es primera vez, es lo menos que puedo hacer -

- No, no. Me refiero, a que haces cuando te tienes miedo a perder a alguien -

- Eh  bueno yo... hum, trato de cuidarlo - Respondió con timidez la muchacha.

- Tratas de cuidarlo - Respondió el varón.  - Por eso no debes sentirte culpable de que yo esté aquí -

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora