Amor de hermanas

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Si no leíste el capítulo final de Sentido de Pertenencia II no vas a entender esta historia breve, y/o posiblemente te vas a comer un enorme spoiler.

Así que te recomiendo, pasar de largo.

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Los mellizos Zenshiro-Redfield de ahora cinco años jugaban alrededor del cochecito de Nash de pocos meses de nacido. Estaban bajo el cuidado de sus Tíos Unice y Ash en lo que mamá y papá volvían de la ecografía de Eri.

Todos estaban impacientes por saber si todo estaba en orden con el bebé que vendría en camino, claro que igual y los tomó por sorpresa la idea de otro Zenshiro-Redfield. El temor de que también fueran dos al mismo tiempo, era minúsculo en comparación a la alegría de Neo al saber que sería padre otra vez, literalmente se paró de un salto, tomó a Eri y le dió un par de vueltas mientras le llenaba el rostro de besos agradeciendo por tamaña bendición.

Era una ecografía especial, sabrían el sexo del bebé.

- Será maravilloso tener otro hermano. Además Nash tendrá otro bebé con quién jugar ¿No es genial Nea? - preguntaba Kichiro a su hermana quién usaba una sonaja para sacar risas en el pequeño bebé.

- Si, si... Será genial mientras sea un hermanito. Lo vamos a cuidar mucho así como a Nash - respondió sonriente la dulce niñita de cabello perlado y ojos ámbar.

Ash entró riendo a la sala para avisar a los niños que corrieran a su casa pues papá y mamá ya habían llegado y estaban impacientes por darles la noticia.

Los mellizos corrieron de la mano por el patio común a su casa para encontrar a Eri y Neo sosteniendo un globo rosa con un escrito: "Es niña".

Kichiro abrazó a su madre con cuidado de no apretarle "la pancita" saludando a su "nueva hermanita". Eri estaba conmovida, su pequeño pelirrojito estaba feliz. No obstante Nea estaba estática contemplando el globo rosa sostenía Neo, dió un par de pasos hacia atrás y corrió a su habitación dejando a los presentes sin entender que había ocurrido.

Kichiro se ofreció a ir a ver que ocurría con su hermana, más Neo lo detuvo.

- Yo iré, creo tener una idea de que pasa -

El albino subió las escaleras hasta la habitación de la niña. Golpeó la puerta en respeto a la privacidad de su pequeña, había una placa de madera que decía "Nea" y pegatinas de flores dejando en claro que esa habitación pertenecía a "La princesa de la casa".

- ¿Puedo pasar? -

- No tengo ganas de hablar papá, sé que fuí descortés. Me castigaré a mi misma en mi habitación - respondió la pequeña del otro lado de la puerta. Neo sabía que había tristeza en la voz de su pequeña, claro que lo sabía, él la vió nacer, la vió crecer, es su princesita, la conocía como la palma de su mano. Eran cómplices incluso, la relación padre e hija entre los dos era de otro mundo.

Abrió la puerta para encontrarse a su pequeña princesita debajo de su cobertor de Sailor Moon.

- Cariño, nadie está molesto contigo ni nada. Es un cambio importante en nuestras vidas la llegada de otro miembro a la familia, no todos lo toman igual, pero siento que hay algo en esa cabecita tuya y me gustaría saber qué es - exclamaba Neo quitando el cobertor de encima de la niña, tomándola en brazos para sentarla en su regazo.

- Perdón... Yo no quería salir así. Es solo qué, es que... -

- Puedes decirlo Nea, recuerda que tú y yo somos buenos amigos. Además de que eres mi princesita - decía el padre con ternura para dar confianza de abrirse a su pequeña.

- Es por eso... Porque yo soy tu princesa - respondió la pequeña limpiándose una lagrimita.

- ¿Podrías ser un poquito más clara? Es que tu papá a veces es algo lento para entender -

- Antes solo éramos Mami, Kichiro, tú y yo. Y no había problema porque Mami es linda con los tres y tú también, pero yo soy tu hija favorita, siempre dices que yo soy tu hija favorita... Y Kichiro el favorito, porque es niño, y yo niña. Pero, si ahora el bebé es niña... ¿La vas a querer más a ella? Yo no puedo competir contra un bebé, son adorables - confesó la pequeña dejando escapar otro par de lagrimitas de tristeza causando un nudo en el pecho de Neo abrazando a su niña adorada para calmarla.

- Mi dulce, dulce princesa. Siempre vas a ser mi niña adorada, y te voy a querer por sobre todas las cosas a tí, a mami, Kichiro y ahora también a tu hermanita. Las voy a querer por igual a ambas, te lo juro mi dulce pequeña, nada de más a una que a la otra -

- ¿De verdad? -

- Te lo juro -

- Me parece justo... Es mejor a que quieras más a la bebé -

- Las quiero a ambas, pero ¿Sabes qué? -

- ¿Qué? - preguntó la pequeña volviendo a su semblante habitual.

- A ti te quiero desde mucho antes, así que vamos a mantener en secreto tu ventaja para no poner celosa a tu hermanita ¿Si? -

La risa de esa dulce niña había vuelto.

Ambos bajaron a la sala, claro que Nea bajó en los brazos de papá. La niña se disculpó con su madre y su hermano, le tomó por sorpresa a Eri que la pequeña abrazó la barriguita de su madre.

- Oh Nea, estoy segura que tu hermanita estará muy feliz cuando nazca y vea que tiene una maravillosa hermana mayor - celebró Eri acariciando el cabello de su hija.

- Voy a quererla mucho, es más ¡Ya la quiero mucho! Mami ¿Y si ponemos su cuna en mi habitación? Yo podría cuidarla para que tú descanses - sugirió la mía haciendo reír a sus padres.

- Apoyo la idea de Nea - Se sumó Kichiro.

- Lo dices porque de ser niño tendrías que compartir tu habitación - Lo dejó Neo al descubierto.

- Culpable - confesó Kichiro.

La cena se dió en familia como cada noche salvó por Nea quien estaba al pendiente de cualquier cosa que necesite mamá.

- ¿Más agua mamá? ¿Quieres de mí postre? -

- Estoy bien querida, de verdad -

- ¿Y si Neri quiere más? - exclamó la niña captando la atención de sus padres.

- ¿Neri? - consultó Neo algo divertido.

- Si, estuve pensando y creo que es un buen nombre. Papá se llama Neo, mamá se llama Eri; N + Eri. Suena bonito, es simple, y se parece a mi nombre también ¡Así nos parecemos más! ¿No es genial? - celebró Nea dejando a Eri riendo por lo bajo conforme con la explicación de su pequeña hija.

- No encuentro fallos a su lógica, por mí está bien Neri - comentó Eri acariciando su pancita mientras Nea hacia lo mismo.

- No es justo ¿Por qué no Kichira? - Se quejó el varoncito. - Cuando tengamos otro hermano o hermana me toca ponerle nombre -

- ¡Concedido! - exclamó Neo entre risas recibiendo una mirada de reproche de Eri. Ya lo habían hablado, no estaba en los planes más bebés después de Neri.

Pero bueno... Eso era en aquel entonces.

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- Nea, Nea, hermana ¿Me peinas el cabello? -

- Claro Neri, ven aquí hermanita -

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora