Día de los inocentes; un día dónde debes poner en duda todo lo que te digan porque podría ser una broma o un mal chiste, pero... "Entre chiste y chiste, la verdad existe".
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- ¿Qué mierda contigo 4989? Qué puto asco, vas a ver maldito parásito ¡Esta me la pagas! - Todos los escuadrón U de Neutrófilos de echaban a reír del pobre 2048, el de cabello liso quién estaba furioso. Al salir de la ducha y ponerse su gorra de trabajo, esta estaba llena de babas de Pseudomona una clásica broma de 4989 por el día de los inocentes.
El menor de los Neutrófilos, 4989 era temido por sus bromas y hoy todos debían tener cuidado de él.
- Arroz con leche que te quiero trolear ~♪ Debe haber alguna víctima a quien fastidiar ~♪ A esta sí ~♪ *mirando a 2626* A este no ~♪ *mirando con miedo a 1146 que se pasaba la navaja por el cuello en señal de "me haces una broma a mí y estás muerto"* ~♪ Con esta señorita me caso yo ~♪ *a NT* -
- Quisieras, fíjate...- respondió NT dándole un golpe con los dedos en la nariz y volviendo a su ruta.
- Ja, ja... Te bateó - dijo burlón 2626.
- Ella me ama, está loca por mí... Sólo que aún no lo sabe - respondió 4989 pegando un cartel de "pateame" en la espalda del neutrófilo de ojos cubiertos.
En la base de los linfocitos T los soldados marchaban guiados por Killer T:
Killer: - Somos los valientes Linfocitos T ~🎶-
Soldados: - Somos los valientes Linfocitos T 🎶-
Killer: - A cualquier amenaza yo eliminaré 🎶
Soldados: - A cualquier amenaza yo eliminaré 🎶 -
Killer: - ¡¡¡¿Quienes somos?!!!-
Soldados: - ¡¡¡ LOS MEJORES!!!-
Killer: - ¡¡¡¿Nuestro oficio?!!!
Soldados: - ¡¡¡Tú orificio!!!. Todos los soldados salvo Killer se echaban a reír y escapaban de la furia de Killer decidido a castigar a sus subordinados por semejante broma.
Mientras tanto en otro lugar, la pelirroja eritrocito recibía un tarro de golosinas de parte de Lider-chan, la líder de las plaquetas.
- Gracias Lider-chan, eres muy amable adoro las golosinas ~♪ - la pelirroja confiada en la niña abría el tarro y de él saltaba una lombriz de juguete dándole en la frente a la pelirroja cayendo del banco del susto.
- ¡Feliz día de los inocentes Señorita eritrocito! - se burlaba la plaqueta, dándole un choque de palmas a 4989 mente intelectual de la broma.
- Que malvados... - se quejaba la pelirroja en el suelo frotándose la frente. A la distancia Hakkekkyuu (1146) vió lo ocurrido llegando al rescate de la pobre víctima.
- Ven, te ayudo... ¿Duele mucho? ¿Estás bien? -
- Estoy bien, estoy bien. Me duele más ser siempre el blanco más fácil... - se quejaba la pobre eritrocito con lagrimitas en los ojos.
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El neutrófilo sintió un quiebre en su propio pecho al oír eso, él podía defenderse sólo... Pero Sekkekkyuu era la célula más pura e inocente que conocía.
- ¿Te han hecho muchas bromas hoy? - preguntó el neutrófilo tratando de mostrarse tranquilo y no como la bestia sedienta de venganza contra cualquiera que molestase a la chica que estaba luchando por salir a la luz.
- Con esta son tres... En la mañana mi senpai me puso un parásito de goma en la gorra, no me molestó después hasta nos reímos juntas después. Pero al rato alguien me vacío baba de Pseudomona en mi helado... Y cómo voy atrasada no había tenido tiempo de ir por otro y ahora de verdad creí que eran golosinas...- explicaba la pelirroja rompiéndole aún más el alma al neutrófilo que se lamentaba de la desdicha de la rojita.
- Dame un segundo, tengo que hacer algo - exclamó el albino llendo detrás de un contenedor de basura golpearse a sí mismo.
"Estúpido, estúpido, estúpidos... ¡¿Por qué no estuve ahí!? Pobrecita Sekkekkyuu" se azotó la cabeza contra el contenedor como castigo. Una vez castigado a sí mismo, fue por helados y golosinas para la chica que esperaba en la banca frotándose la frente.
- Ten Sekkekkyuu, debes alimentarte bien y beber líquidos o podrías desfallecer - decía el neutrófilo con una sonrisa aunque por dentro sufría cual reina del drama de solo imaginar que la chica tenía hambre.
- Oh son muchas cosas ¿Son para mi? ¡Muchas gracias! - la pelirroja comía feliz irradiando luz y ternura, el neutrófilo disfrutaba cada segundo viendo a la dulce jovencita. - Aaaah ~♪ estuvo delicioso. Muchas gracias Hakkekkyuu-san, de verdad usted es muy amable... ¿A usted no le hacen bromas hoy? - preguntó inocente la pelirroja comiendo la última golosina, un helado de glucosa de menta.
- Créeme, nadie se atreve a meterse conmigo - respondió el neutrófilo.
- Ah, que envidia. Eso debe ser porque es muy apreciado y querido por ser tan noble y valiente ¡El mejor glóbulo blanco! -
Los elogios de la chica tenían al albino sonrojado y embobado.
- Ah no soy tan bueno, solo hago mi trabajo ... - respondía humildemente el varón quitándose la gorra y sentándose junto a la chica. Al acomodar su cabello hacia atrás descubrió sus dos ojos negros captando la atención de la pelirroja que seguía disfrutando su helado.
- Es primera vez que le veo ambos ojos... Debería usar el cabello así más seguido -
- Ah, bu-bueno. E-eso vi-viniendo de tí es mu-muy ha-hamagador digo, halagados, digo halagador... Sekkekkyuu -
La distancia entre ambos era pequeña, había romance en el aire, la mirada oscura se reflejaba brillante en el ámbar de la joven que miraba el rostro del guapo soldado blanco que siempre aparecía a su rescate...
- Hakkekkyuu-san... -
- Sekkekkyuu... -
La distancia se acortaba más, casi inclinándose el uno al otro. Con la excusa de limpiar un poco de halado del rostro de la joven, el varón sostenía de la barbilla a la joven, ya no había nada más de que hablar, ambos estaban ansiosos por romper la tensión terminando de una vez por todas la distancia de sus rostros.
- ¡Inocentes palomitas! - 4989 les dejaba caer una cubeta con un líquido verde viscoso rompiendo todo el hermoso momento.
- ¡Al fin le hice una broma a 1146! - festejaba 4989 mientras un aura asesina cubría a la víctima de la broma pesada.
- Te doy 5 segundos para huir maldito gusano... ¡¡¡Y MAS TE VALE QUE TE PILLE CONFESADO!!! ¡¡¡ESTÁS MUERTO, MALDITO!!!-
Hakkekkyuu-san corría tras un 4989 que corría a toda velocidad para salvar su vida, mientras la pobre eritrocito se hacía el ánimo de ir al lavado a quitarse la baba del uniforme.
- Siempre yo... ¡No es justo! - se lamentó la pelirroja rumbo al lavado lamentando su suerte.
