¡Sensei! ¿Esta orgulloso?

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Continuación de: Sensei ¿Soy bonita?
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Habían pasado los días y la niña ya había crecido (apariencia de niña de 8 a 9 años).

(Les recuerdo que para ellos los días son como años xD).

El neutrófilo estaba dichoso de que la pequeña niña AE3803 estaba al corriente con sus compañeros, una parte de sí estaba algo nostálgico pues ya no necesitaría clases especiales, pero era mayor la satisfacción de ver a la pequeña niña jugar y aprender a la par con sus compañeritos.
El ciclo de la vida comenzaba a afectar al neutrófilo, si bien físicamente se veía igual, su velocidad ya no era la misma y la tolerancia al dolor tampoco... Ahora era maestro de Mielocitos en a médula ósea, le quedaba el consuelo que al cuidar a los niños jugar en el jardín común podía ver a su pequeña eritroblasto jugando y creciendo,  cuando ella lo veía corría a saludar feliz a "Hakkekkyuu-sensei" y platicar un rato con él.

- ¡Hakkekkyuu-sensei! Buen día Hakkekkyuu-sensei ¿Cómo está? - preguntó la niña corriendo a saludar de un abrazo al neutrófilo maestro. Los niños siempre miraban curiosos la extraña cercanía de esos dos, más no decían nada. En la mente de un niño, no hay espacio para el morbo.

- Hola pequeña AE-chan... Mi día estaba bien, pero ahora está mejor ¿Qué tal tú? - preguntó con una sonrisa serena el albino.

- ¡Muy bien! Hoy me saqué un 10 en el examen ¡Ni yo me lo creía! - relataba feliz la niña. El albino no pudo evitar recordar cuando una adulta AE le contaba que había hecho su primer recorrido sin perderse.

"Que orgulloso estoy de tí otra vez AE..."

El soldado blanco, ahora maestro de glóbulos blancos se inclinó para quedar a la altura de la niña sin embargo una molestia en la espalda lo hizo quejarse. Una lesión de batallas anteriores...

- ¡Sensei! ¿Duele mucho? ¿Lo ayudo? - la pequeña se abrazó a su maestro asustada, temía que su querido maestro estuviera enfermo. El albino sonrió ante el acto de preocupación de la niña.

- Estoy bien pequeña, estoy bien. No te preocupes... Cuéntame más de tu exámen ¿Si? -

El varón dejó a la niña hablar sobre sus días. Desde que se puso al corriente con sus compañeros ya no la hacían a un lado, tenía varios amiguitos y pronto sería toda una señorita.

El varón la miraba con nostalgia, pronto su vida útil llegaría a su fin.

- Y todo esa me pasó en la semana Hakkekkyuu-sensei... ¿Y usted qué me cuenta? - preguntó animosa la niña.

- Pequeña princesita, hay algo que debo decirte... - murmuró el varón acariciando la barbilla de la niña, ella adoraba cuando hacía eso, y él disfrutaba esa expresión que hacía la pequeña como si fuera un gatito recibiendo mimos.

- Hakkekkyuu-san ¿Es algo malo? De pronto estás un poquito triste... -

- Estoy en el ocaso de mi vida, princesita -

- ¿Eh? P-p-pero está igual que cuando lo conocí... Es joven, está bien, está vivo ¿Qué me quiere decir? ¿De que se trata? - la niña no quería admitir lo que era evidente, se acercaba una despedida.

- Lo diré sin rodeos, 
Hablaré de mi caso, del cual estoy seguro. 
He vivido una vida plena, 
Viajé por todos y cada uno de los caminos. 
Y más, mucho más que esto, 
Lo hice a mi manera -

La niña pelirroja comenzó a entender que esas palabras sonaban a despedida y sus ojitos comenzaron a llenarse de lágrimas.

- Arrepentimientos, he tenido unos pocos 
Pero igualmente, muy pocos como para mencionarlos
Hice lo que debía hacer 
Y lo hice sin exenciones. 
Planée cada programa de acción, 
Cada paso cuidadoso a lo largo del camino. 
Y más, mucho más que esto, 
Lo hice a mi manera-

Hataraku Saibou (Historias breves)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora